“Extraña”, “ilógica”, “inexplicable” ... Es la terminología que la última semana ha servido para definir lo que está ocurriendo con el precio del aceite de oliva en España, que está por los suelos en unos momentos en los que precisamente el país vive un momento de crecimiento en solitario de la producción frente a la caída que está experimentando el resto, una situación que ha puesto en jaque a los productores.
Según los datos del Poolred (el sistema de información de precios en origen del mercado de contado del aceite de oliva) en la semana del 14 al 20 de marzo el virgen extra se vendía de media a 2,38 euros por kilo; el virgen, a 2,18 euros; y el lampante, a 1,86 euros. Supone una caída de casi un 30%. Y está por debajo del coste medio ponderado de producción, que el Consejo Oleícola Internacional (COI) fijó en 2015 en 2,75 euros por litro y el estudio de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) de 2012, en 2,73 euros. En cambio, en Italia, el principal importador de aceite de España y su mayor competidor en este mercado, el precio está más alto que nunca, por encima de los seis euros.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha apostado por “seguir muy de cerca” esta situación y “no contribuir a que esta subida y bajada de precios sea todavía más inestable”. Por su parte, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de Andalucía, Carmen Crespo, en respuesta parlamentaria esta semana a C's, ha aseverado: “El sector requiere de la implicación de todas las administraciones desde el principio (...) en un tema tan sensible y tan importante para los agricultores”.
El sector quiere que pasen de la palabra a los hechos. El secretario general de la Confederación de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Andalucía, Miguel López, es tajante: “Cada día que no se actúa, los olivareros pierden tres millones de euros”. Y hay para ello una decena de propuestas, en su mayoría adoptadas por unanimidad en la reunión de urgencia el pasado día 15 del Consejo Andaluz del Olivar. Es más, en abril se reúne el Consejo Consultivo de Política Agrícola, y el sector exige que se incluya en su orden del día el análisis de la situación. La Junta de Andalucía ha prometido pelear por ello.
Una decena de demandas
El sector quiere, pues, poner en la agenda de los políticos una serie de medidas para corregir esta situación, y que podemos resumir en 10 propuestas.
Una de las medidas más inmediatas es que la Administración General del Estado responda a su petición del almacenamiento privado usando el apartado B del marco establecido por la UE donde se prevé la posibilidad de “responder de manera oportuna a una situación de mercado especialmente difícil o una evolución económica con impacto negativo significativo en los márgenes del sector”. O sea, guardan el producto un tiempo a cambio de una subvención autorizada por la UE. Se activa de manera automática cuando los precios bajan de una referencia, lo que no ha ocurrido de momento, porque se fijó hace casi 20 años y no se ha actualizado. Los umbrales establecidos por la UE se sitúan en 1.779 euros por tonelada para el virgen extra; 1.710 para el virgen; y 1.524 para el lampante.
En segundo lugar, quieren los mecanismos de autorregulación sean obligatorios y no voluntarios, por lo que apuestan por buscar fórmulas en la próxima reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC), pero mientras explorar posibles medidas que podrían aplicarse, siempre de obligado cumplimiento y a través de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Por ejemplo, extender el modelo del vino: habilitar la posibilidad de retirar aceite del mercado cuando se sobrepasen ciertos volúmenes y reintroducirlo cuando haya una cosecha baja.
Exigen que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación convoque una reunión con los grupos de comercialización que existen en España, “donde de manera conjunta se analicen las estrategias y las razones de cada uno de ellos”.
Y también le piden que dé los pasos necesarios para una modificación de la Ley de Cadena AlimentariaLey de Cadena Alimentaria “para que prohíba la venta a pérdidas”.
Otra de las demandas es la revisión del funcionamiento del PoolRed, desarrollado y mantenido por la Fundación para la Promoción y el Desarrollo del Olivar y del Aceite de Oliva, más conocida como la Fundación del Olivar.
También ha reclamado que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) investigue Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lo que está ocurriendo porque “no hay razones objetivas” para este comportamiento de los precios.
Para el Consejo Oleícola Internacional (COI) también tienen un encargo: más transparencia en cuanto a los datos de producción en países no europeos.
Poner en marcha un grupo de trabajo con las Entidades Asociativas Prioritarias, registro integrado en estos momentos por 11 que superan los 130.000 socios.
Impulsar los incentivos para los olivares de baja rentabilidad.
Elaborar un un informe de la repercusión de los precios en el empleo. No hay que perder de vista que existe una alta dependencia del olivar como motor económico del territorio, tanto en empleos directos como indirectos.
Las posibles explicaciones de la situación
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía ha anunciado que intensificará sus movilizaciones para hacer hincapié en una situación que responde, a su juicio, a “razones ocultas” que buscan “manipular el mercado”. En esas posibles motivaciones inciden desde la COAG: explican que la distorsión se da en España y no en sus principales competidores, Italia y Grecia, por lo que responde a “una especulación en el seno del mercado”.
Y es que la producción en España es mayor que en otras campañas, mientras esos países han visto muy reducidas sus cosechas. De manera que “el incremento de producción en España no se va a compensar la reducción a nivel mundial”. En este sentido, las estimaciones de campaña colocan a España como el único país con aceite para manejar el mercado mundial. Mientras que la producción en España se va a situar por encima de la media de las últimas campañas, en el resto del mundo va a sufrir bajadas cercanas a un 10% de media, por los fuertes descensos en países como Italia (-59%) y Grecia (-42%).
Desde AEMO apuntan como posible causa “el nerviosismo de las propias cooperativas y productores que, viendo fluir el nuevo aceite, temen que el precio se derrumbe en los próximos meses”. Insisten en que ese temor no tiene base racional alguna. Desde el grupo Interóleo, referente en la cuna del olivo que es Jaén, concretan en este sentido problemas financieros, falta de almacenamiento y masiva entrada de aceituna en las almazaras y cooperativas como consecuencia de ello.
No es lo único. Están las “prácticas desleales de la gran distribución”. El secretario general de UPA en Jaén, Cristóbal Cano, ha pedido a la Junta de Andalucía “mayor beligerancia” contra la venta a pérdidas y “un mayor compromiso en la persecución administrativa” de esta estrategia. ¿Es el problema la concentración en el sector? “Entendemos que la concentración es una buena opción, pero no la única”, deja caer.
El mejor ejemplo de concentración lo representa Dcoop, cooperativa de segundo grado, el mayor grupo agroalimentario del sur de España y líder mundial en producción de aceite y aceituna de mesa, con 400.000 hectáreas de olivar. Carmen Crespo visitó esta semana sus instalaciones en Dos Hermanas (Sevilla) y agradeció su esfuerzo por la integración. “La unión de empresas como una cuestión fundamental para aumentar la fortaleza en los mercados y abrir nuevas vías de negocio”, declaró la consejera.
Su presidente Antonio Luque sabe que muchos miran a ellos cuando hablan de caídas en los precios. “En los próximos años, la producción de aceite de oliva en España va a aumentar de forma importante, por el incremento de la superficie de olivar. Si no se venden esos 500.000 o 600.000 kilos más, tendremos un excedente estructural y nos vamos a cargar la situación de los precios”, asume en una entrevista con Efeagro.
En su opinión, “no tiene sentido” que en este contexto de sobreproducción haya competidores -en clara alusión a Deoleo la mayor distribuidora del mundo- que apuesten por que el sector del aceite de oliva español venda “sólo unos cuantos litros pero muy valorizados”. Reconoce que el conflicto entre los dos gigantes es “fatal” para el sector pero pone el foco en su rival.
Una campaña camino del récord en exportaciones
Andalucía cultiva más de 1,5 millones de hectáreas de olivar (60% del total de España), repartidas por 300 municipios de todas las provincias y ocupando el 33% de la superficie agraria útil de la comunidad autónoma, con más de 200.000 profesionales del sector, que generan cada año más de 18,5 millones de jornales. Las cifras de producción nacional de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) señalan que la producción el pasado mes de febrero en Andalucía sumó 1.377.718 toneladas, un 49,1% más que en febrero de 2018, y un 39% más que la media de los cinco últimos años. Es, de hecho, la mayor producción de la historia hasta ese mes.
Las exportaciones totales de las empresas de la Asociación Española de Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva y Aceites de Orujo (Asoliva), entre las que figura Carbonell, Sovena, Aceites Ybarra o Coosur, entre otras, batieron todas sus marcas en 2018 con 500.000 toneladas, es decir, más de la mitad del total vendido fuera por España. “Las empresas que forman parte de Asoliva nunca han exportado tanto”, ha explicado el director de la asociación, Rafael Pico. En concreto, Andalucía exportó el pasado mes de febrero 196 millones de euros en aceite (6,9% del total), de manera que estas ventas vuelven a tener crecimiento, un un 0,3% interanual, tras varios meses de bajada.
La Organización de Entidades de la Economía Social Agroalimentaria de Andalucía, por su parte, señala que volumen de las exportaciones entre octubre de 2018 y enero de 2019 fue un 11% más que en el mismo periodo del año anterior. El 73,8% de este aceite se exportó desde Andalucía, alcanzando más de 164.000 toneladas. Sin embargo, el valor de las exportaciones desde Andalucía fue de algo más de 630 millones de euros, un 7,1% menos.
E irá a más: la escuela de negocios EAE acaba de publicar el estudio El sector oleico: producción a nivel nacional e internacional donde vaticina que en la presente campaña 2018-2019 se batirán todas las marcas y se romperá la barrera del millón de toneladas en exportaciones por la citada bajada de la producción en todos los demás países mediterráneos, salvo Marruecos.