Cronología de la sangría industrial de la Bahía de Cádiz en siete capítulos
La triple A (astilleros, aeronáutica y automoción) de la Bahía de Cádiz parece desmoronarse sin remedio. Se unen a eso las factorías que están siempre en vilo, como Navantia, en función de la carga de trabajo en un mercado cada vez más competitivo y marcado por la deslocalización. La crisis de la Covid ha intensificado la incertidumbre laboral, con los conflictos todavía no cerrados de Alestis y Airbus, como máximo exponente.
El cierre de Delphi en 2007 marcó un punto de no retorno. El plan Bahía Competitiva para reindustrializar el territorio y paliar los efectos de ese varapalo acabó en los tribunales. Beneficiarios de estos fondos públicos han dejado en la calle a cientos de trabajadores tras recibir millones de euros de dinero público y montar negocios que fracasaron.
Empresas de otros sectores del llamado a ser uno de los polos industriales de referencia en el país, y que se beneficiaron de este plan de reindustrialización, han seguido esa estela. Todo ello, con el efecto dominó en la industria auxiliar, a lo que se ha sumado el efecto pandemia. Así, se dibujan casi tres lustros de golpes a una de las provincias con más paro del país (una tasa del 23,16% hasta el tercer trimestre según la EPA) y que estos días se echa a la calle con la huelga del metal. Esta es una breve cronología de la involución industrial de la zona la última década y media.
2007 Delphi
El 22 de febrero del 2007 la dirección de Delphi (fábrica de automoción situada en Puerto Real) comunicó al comité de empresa la decisión de cerrar su fábrica tras dos décadas de historia de una planta que daba trabajo a cerca de 1.500 empleados. Los sindicatos mantuvieron un encierro de 1.074 días. La Junta de Andalucía pagó más de 200 millones de euros en prejubilaciones, talleres de formación y otras ayudas hasta 2012 para intentar amortiguar un golpe, que implicó el inicio de una ristra de promesas y frustraciones. Todo este protocolo terminó en los tribunales confundido en la madeja del llamado caso ERE.
2011 Cádiz Electrónica
Esta filial de Visteon Corporation, fabricante de componentes electrónicos para la industria automovilística, vinculada a la Ford e instalada en El Puerto de Santa María, dejó en la calle a 396 trabajadores de la noche a la mañana. La firma estadounidense pilló por sorpresa a comité de empresa, empleados y administración laboral cuando se toparon con un contundente y definitivo comunicado.
2012 Gadir Solar
Gadir Solar, en Puerto Real, cerró en el peor momento de la crisis económica de 2008, y después de haber recibido casi 30 millones de euros de dinero público en el marco del plan Bahía Competitiva. Un mazazo para 196 trabajadores, entre ellos un centenar de la desaparecida Delphi que habían encontrado una segunda oportunidad.
2014 Altadis y SDS
En 2008, Altadis había vendido su planta de Cádiz a la británica Imperial Tobacco, cuyo plan de reestructuración supuso ya 236 empleos menos. Seis años después, en 2014, la cerró para trasladar su producción a Polonia. Dejó fuera a los 78 trabajadores que quedaban en una factoría que llegó a tener más de 1.000, pero la plantilla llevaba dos décadas menguando. Fue otro cerrojazo simbólico tras 273 años de historia en Cádiz. Torrot intentó poner en esas instalaciones su empresa Velocípedo (para fabricar motos eléctricas), pero el año pasado desistió. También en 2014, Sadiel Desarrollo y Sistemas (SDS), empresa de informática que se instaló en Puerto Real igualmente con fondos del plan Bahía Competitiva, alegó caída del negocio y anunció su marcha dejando en la calle a 73 empleados. Había llegado a tener el doble.
2020 LTK
La empresa logística LTK cerró su planta en Cádiz hace un año, dejando sin ocupación a 70 trabajadores que estaban en ERTE en el marco del plan para frenar la sangría laboral de la crisis sanitaria.
2021 Airbus
El gigante Airbus ha anunciado este año el cierre de la planta de Puerto Real, con 280 empleados. Este noviembre se acaba de cerrar un preacuerdo con la plantilla que incluye el desalojo y el traslado del empleo a la factoría de El Puerto de Santa María. Mientras, Alestis, que se había quedado con 350 de los despedidos de Delphi, anunció hace unos meses 585 extinciones. Finalmente, se optó por los ERTE rotatorios para 414, pero eso deja abierto para finales de este año la posibilidad del despido de un centenar de trabajadores y mantiene a los sindicatos en alerta.
Este goteo permanente de cierres y apuestas fallidas han generado un caldo de cultivo de desconfianza que tiene su máxima expresión en las protestas de estos días. Por eso, el secretario provincial de la Federación de Industrias de UGT en Cádiz, Antonio Montoro, asegura que la provincia “no se cree ya las promesas políticas” porque entiende que no se han cumplido: “Hemos sido pioneros en la industria aeronáutica, del automóvil y naval, pero siempre somos noticia por lo que se llevan y no por lo que traen”.
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