La cuerda entre los ganaderos andaluces y Lactalis-Puleva se ha tensado tanto que se ha roto. La multinacional francesa, con sede en Granada y dedicada a la venta de productos lácteos, ha roto con Alba Ganaderos, la principal cooperativa de vaqueros de Andalucía, después de la campaña 'Yo tiro mi leche' en la que los ganaderos protestaban por la rebaja, por parte de Puleva, en la compra del litro de leche en origen. La compañía alega que los productores lácteos han llevado a cabo una maniobra de “desprestigio” que les ha obligado a acabar con el proceso de negociación.
Es decir, Lactalis-Puleva va a dejar de comprarle la leche a Alba Ganaderos, la cooperativa que engloba a 97 explotaciones de vacuno de todas las provincias de Andalucía –a excepción de Huelva y Almería–. La ruptura entre las partes llega a consecuencia de una propuesta de contrato que ha enfadado a los vaqueros porque denuncian que les ahoga económicamente. Si hasta la fecha lo que pagaba Puleva por el litro de leche al ganadero rondaba los 59 céntimos, ahora les ofrecía alrededor de 50 céntimos. La rebaja, según la compañía, busca equilibrar precios y ajustarlos con el coste de las materias primas y la energía.
“Los precios en origen más altos de Europa”
Para el sector esta rebaja es “muy dura” por, explican, el encarecimiento de los costes de producción. Y por eso los afectados protagonizaron una campaña para visibilizar su descontento. Multitud de ganaderos de toda Andalucía tiraron litros de leche –alrededor de 600.000 litros diarios– porque Puleva se negaba a recogérsela si no aceptaban las nuevas condiciones, mientras los vaqueros pedían que se les comprase al precio habitual, como mínimo. Tras días con las conversaciones, finalmente Puleva les ha enviado un burofax comunicándoles que rompe cualquier proceso de negociación.
La multinacional francesa se escuda en “la profunda campaña de desprestigio hacia la compañía y hacia sus marcas a propósito de lo que es un proceso de negociación legítimo, así como las descalificaciones recibidas, injurias, calumnias y falsa información difundida” como la principal razón para romper con Alba Ganaderos. Según Puleva, “las ofertas propuestas por la compañía han tenido en consideración los costes de producción de las ganaderías en Andalucía y, en todo momento, se ha conducido el proceso de negociación en términos de respeto hacia el sector productor andaluz, ofreciendo los precios por la leche en origen más altos de Europa”.
Una ruptura histórica
Esta ruptura pone fin a más de medio siglo de relación entre Puleva y los ganaderos de vacuno de Andalucía. En concreto, con los de Granada. Cabe recordar que Puleva ahora pertenece al grupo francés Lactalis, pero en su origen fue una empresa granadina que nació al calor de las ganaderías que había en la Vega de Granada. De hecho, junto a su actual sede en el Camino de Purchil llegó a haber más de 200 explotaciones de este tipo. Hoy, en toda la provincia granadina, apenas llegan a la veintena.
“Puleva nació por nosotros y nos está ahogando”, asegura Ana Belén Atienza de Ganadería Lotero, que pertenece a la Alba Ganaderos. A sus 40 años, su familia lleva toda la vida vinculada al negocio de la leche y conoce de primera mano cómo ha evolucionado el sector primario en las últimas décadas. “La propuesta que ha hecho Puleva nos ahoga porque apenas podemos cubrir los costes de producción”. En su caso, cuenta con 400 cabezas de ganado y calcula las pérdidas mensuales que suponen esta rebajaen unos 50.000 euros. Ahora, sin poder vender a Puleva-Lactalis, el futuro es incierto, pero lo prefiere. “Ya sabemos cómo funcionan porque lo hemos vivido antes. Te ofrecen un contrato digno que te pagan bien el primer mes y después ya no lo vuelven a pagar así”.
El principal problema al que se enfrentan ahora es al temor a que Puleva presione a los ganaderos de la cooperativa uno a uno con mejores condiciones para que la abandonen. “Quieren debilitarnos y que acabemos haciendo lo que quieren, como llevan haciendo desde hace años”. Puleva evita responder al respecto, pero COAG Andalucía recuerda que hace tan solo dos años ya hubo otro enfrentamiento entre ganaderos y empresa por el precio al que se abonaba la leche. Esta vez, sin embargo, la solución ha desaparecido a la vez que un posible acuerdo. La principal cooperativa andaluza de vaqueros y Puleva no van a volver a trabajar juntas, al menos de momento.
“El contrato que nos ofrecían no nos permitía asumir los costes los meses de mayo, junio y julio. Las vacas tienen que seguir comiendo y nosotros tenemos que seguir sacándole la leche porque son seres vivos, pero no podemos cubrir lo que cuesta la explotación a ese precio”, insiste Atienza. Una opinión que comparte Miguel Monferrer, portavoz de COAG Granada: “Puleva ha presionado a los ganaderos y ha conseguido convencer a los que son más pequeños y no tienen fuerza para luchar como sí la tiene esta cooperativa”.
Un problema a corto y medio plazo
Además, según explica, no se trata tan solo de un problema de la leche, “sino de todo lo relacionado con las vacas”. El trabajo en el sector primario se ha “encarecido” y con la sequía “hay que seguir dando de comer a los animales a pesar de las dificultades”. Al final, estima, la solución pasará por “sacrificar a las reses porque no será rentable mantenerlas”.
Según Lactalis-Puleva, su producción no corre peligro. “La compañía continúa y continuará recogiendo leche con normalidad de las numerosas ganaderías con las que existe un contrato firmado, a las que agradece su confianza y reitera su compromiso con el desarrollo del sector productor de leche andaluz”, explican en un comunicado en el que recuerdan que tienen suscritos acuerdos con más de 1.000 explotaciones ganaderas. Pero desde COAG Granada, Miguel Monferrer asume que esos contratos precarizarán al sector: “No es asumible que los ganaderos puedan cobrar la leche con un margen de apenas 4 céntimos. Si el precio de la leche en el supermercado baja, tiene que bajar lo que cobra toda la cadena de suministro y no solo lo que percibe el vaquero”.
Por su parte, los ganaderos de la cooperativa Alba se han reunido este martes en Antequera para explorar nuevas vías de negocio tras su ruptura con la multinacional francesa. “Lo positivo es que ahora, gracias a nuestra lucha, Puleva se verá obliga a ofrecer mejores condiciones a los ganaderos con los que firme acuerdos. Nosotros nos alegramos”, sentencian Ana Belén Atienza, una de las ganaderas granadinas que, de momento, no volverán a vender su leche a la empresa que nació en la Vega que se extiende bajo la Alhambra y que ahora no operará con los productores locales.