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Actividad física, sedentarismo y sueño, factores clave en la salud y el bienestar de personas con trastorno mental grave

9 de octubre de 2021 20:25 h

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La actividad física, el sedentarismo y el sueño son tres hábitos clave que inciden sobre la calidad de vida relacionada con la salud, así como el riesgo de dependencia y muerte, en personas con trastorno mental grave. Sobre ellas, un grupo de investigadores de la Universidad Pablo de Olavide trabaja en una técnica estadística capaz de estimar y desarrollar planes personalizados, que permitan maximizar sus beneficios en este colectivo.

A través de un proyecto financiado por el Programa Estadal de I+D+I, en su convocatoria de 2020, el equipo liderado por Diego Munguía Izquierdo va a profundizar en conocer cómo el cambio de hábitos diarios puede afectar sobre variables de salud como condición física, función pulmonar y calidad de vida, en personas con esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión profunda, entre otros problemas de salud mental.

“Se trata de personas que presentan multimorbilidad con mayor frecuencia que las personas sin trastornos mentales, junto a factores típicos de los trastornos mentales como obesidad, diabetes, tabaquismo… Y sobre ello influyen también niveles bajos de condición física, como la fuerza o la condición aeróbica, que son de potentes predictores del riesgo de muerte por cualquier causa”, apunta Javier Bueno Antequera, uno de los colaboradores en esta línea.

En concreto, el estudio de la UPO abordará los cambios vinculados a la actividad física, sedentarismo y sueño diario, aplicando sobre ellos una técnica estadística llamada análisis de datos composicionales.

“Este tipo de análisis nos permite conocer el impacto de las actividades físicas, sedentarias y sueño que componen las 24 horas del día sobre la salud, así como, estimar el efecto sobre esta de sustituir periodos de tiempo concretos en dos de esas tres actividades, por ejemplo 10 minutos de estar sentados por 10 minutos de actividad física, manteniendo las mismas horas de sueño”, comenta Javier Bueno.

 Para su puesta a punto, el proyecto se realizará a través de una muestra representativa de personas con trastorno mental grave en Andalucía. Un conjunto de patologías, caracterizadas por la psicosis o prepsicosis, y que afecta a entre 1,5 y 2,5 personas de cada 1.000, según datos de la Consejería de Salud y Familias.

La adherencia a la actividad física

Junto al análisis estadístico, el proyecto iniciado desde la UPO busca medir la capacidad de incidir sobre la adherencia a la actividad física de este colectivo de personas. En concreto, durante tres meses van a desarrollar un programa de entrenamiento de ejercicio físico supervisado que permitirá estudiar los efectos sobre la salud y actividades diarias, y posteriormente, analizar si los cambios se mantienen en el tiempo.

“No pretendemos que sea un programa, sino una transformación en su día a día, que lo asuman como algo importante en su rutina. Que adquieran hábitos más saludables”, señala Javier Bueno. Un objetivo para el que cuentan con una baza: la gamificación. “Tratamos que la práctica sea lo más divertida posible, con música y con equipamiento que se autorregulan según la persona, de modo que nos permite centrarnos más en corregir, seguir y animar, lo que favorece un clima más agradable para hacer ejercicio”, apunta.

En el estudio de adherencia a la actividad física, además del proyecto aprobado en la Agencia Estatal de Investigación, también incide una tesis doctoral sobre la que está trabajando Álvaro López Moral desde la universidad Pablo de Olavide. Su caso concreto se centra en estudiar las barreras y facilitadores de la práctica de actividad física y programas para mejorar la adherencia a la práctica de actividad física en personas con problemas de salud mental.

Así, recurre a instrumentos como las pulseras de actividad diaria y establece metas adaptativas. Es decir, personaliza los retos de actividad para cada individuo para que sea asequible y evite generar frustración.

Con la idea de trabajar sobre el contexto más real posible, el trabajo de campo de esta tesis está previsto que tenga lugar en los centros de salud mental. “Queremos sacar esta línea de investigación del contexto universitario y controlado de laboratorio, llevarlo a los centros de salud y asociaciones donde los usuarios de salud mental reciben otros tratamientos, y así visibilizar también la importancia de incorporar a los educadores físicos en estos espacios”, señala Javier Bueno.

Transferencia del conocimiento: Proyecto PowerONyou

Tras casi una década de investigación en este campo, desde el equipo de científicos de la Pablo de Olavide se ha comenzado a explorar el ámbito de la divulgación para acercar la ciencia a la sociedad. Una de sus acciones se desarrolla en el portal YouTube, mediante la publicación de una serie de vídeos para ayudar a personas con trastorno mental grave a mejorar su calidad de vida con hábitos saludables como el ejercicio físico basándose en la evidencia científica disponible.

A ellos, pronto se sumará una colección de entrevistas donde se busca dar voz a los protagonistas de la salud mental. “Queremos visibilizar a los usuarios, a los familiares y a los profesionales, romper tabúes sobre salud mental para conocer mejor la situación actual del sistema de salud mental y estudiar posibles vías de mejora” reflexiona Javier Bueno.

Por último, y como traslación directa de los resultados de investigación a la sociedad, se está poniendo en marcha una spin-off universitaria, orientada a dar servicio de entrenamiento personal a personas con trastorno mental grave, acompañando de inicio a fin en esta tarea.

La actividad física, el sedentarismo y el sueño son tres hábitos clave que inciden sobre la calidad de vida relacionada con la salud, así como el riesgo de dependencia y muerte, en personas con trastorno mental grave. Sobre ellas, un grupo de investigadores de la Universidad Pablo de Olavide trabaja en una técnica estadística capaz de estimar y desarrollar planes personalizados, que permitan maximizar sus beneficios en este colectivo.

A través de un proyecto financiado por el Programa Estadal de I+D+I, en su convocatoria de 2020, el equipo liderado por Diego Munguía Izquierdo va a profundizar en conocer cómo el cambio de hábitos diarios puede afectar sobre variables de salud como condición física, función pulmonar y calidad de vida, en personas con esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión profunda, entre otros problemas de salud mental.