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Moonlight y Mechanic Games: el mundo cooperativo entra en los vídeojuegos
Hay en el imaginario colectivo una idea equivocada que lleva a pensar que en el sector empresarial andaluz priman sobre todo actividades del sector primario y del de servicios. Cuesta imaginar que desde el sur haya vanguardia en otros campos y casi parece utópico pensar que el de los videojuegos sea uno de ellos. Sin embargo, hay dos empresas de Andalucía, Moonlight y Mechanic Games, que no solo desmontan ese mito, sino que lo hacen desde un modelo cooperativista.
Porque el modelo cooperativo no es solo una tendencia en el mundo de los videojuegos, sino una práctica establecida con gran impacto en diversas industrias. En Andalucía, hay 4.500 empresas cooperativas que generan 80.000 puestos de trabajo y tienen un impacto económico de 16.000 millones de euros anuales, según datos de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas (FAECTA). Este sólido marco cooperativo ha demostrado ser una plataforma eficaz para el desarrollo económico y social en la región.
Presente y futuro cooperativo
Moonlight Games es uno de esos ejemplos. Fundada hace seis años en Jaén, esta cooperativa de videojuegos camina con paso firme en un sector en el que empieza a ser referencia. Daniel Burgos, uno de sus socios, tiene claro que el modelo cooperativista es el que les ha permitido generar una estructura que fomenta la colaboración y la inclusión en sus proyectos. Con seis miembros principales y varios asociados, Moonlight opera bajo un principio básico: una persona, un voto. Este enfoque garantiza que todas las voces sean escuchadas y que cada decisión refleje el consenso del equipo.
“Para nosotros, este modelo nos facilita mucho cualquier reunión o acercarnos al apoyo institucional porque cada persona se siente representada”, apunta Burgos. Este modelo ha sido particularmente exitoso en su primer proyecto: “Hunt de Night”, un videojuego financiado a través de Kickstarter que mezcla efectos especiales modernos con un estilo retro, creando una experiencia única para los jugadores a través de una aventura gráfica: “Hemos mezclado efectos especiales modernos en videojuegos de corte antiguo. Eso hace que el juego tenga una aura característica y su arte se sienta muy peculiar”.
No en vano asumen el reto de generar entretenimiento sin olvidar su propia enseñanza. Pues Moonlight es una empresa joven, en la que todos rondan los treinta años, y como tal se han formado en el mundo del videojuego a través de la experiencia. “Sabemos bien lo que es tener una Game Boy en la mano, jugar a la Play o a Pokémon”, reconoce Burgos.
En ese sentido, la cooperativa requiere de la participación de múltiples perfiles. Por eso se adoptó el principio cooperativista. Porque el desarrollo de videojuegos es multidisciplinar y necesita de la colaboración de múltiples áreas como diseño, música, animación y programación. “Cuando nosotros tenemos una junta, cada persona sabe que su opinión cuenta, que nadie está por encima de nadie”.
Además, Moonlight está comprometida con la formación de futuros desarrolladores. En colaboración con el Ayuntamiento de Jaén, están trabajando en un proyecto para promover la educación en el desarrollo de videojuegos entre los jóvenes. “Somos auténticos embajadores de la cooperativa y cualquier acción para nosotros es muy buena. Cuando tengamos más casos de éxito, será como una piedra que se tira al agua y empieza a hacer onda,” confía Daniel Burgos.
“Un mundo más ético e inclusivo” a través de los videojuegos
Pero el impulso de esta cooperativa jiennense de videojuegos no es el único ejemplo andaluz que está revolucionando el sector. Mechanic Games en Huelva hace lo propio. Aunque se fundó en 2021, la idea nació mucho antes. Tres amigos que se conocieron en Madrid en 2013 y que decidieron darse el sí quiero en el mundo cooperativista para triunfar. Operaban ya de esa forma, pero no fue hasta la pandemia cuando la empresa se convirtió oficialmente en cooperativa, guiada, según explican sus socios, por principios de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
Mechanic Games se dedica a desarrollar videojuegos con un fuerte enfoque en el impacto social, como por ejemplo “Crea tu propio monstruo”, que sirve para que los niños desarrollen su imaginación y derriben estigmas. Se asocian con empresas públicas y privadas para crear experiencias digitales innovadoras que utilizan la gamificación para resolver problemas cotidianos y mejorar procesos empresariales y educativos.
Además, Mechanic Games promueve una cultura de educación continua entre sus miembros y colabora activamente con universidades y centros educativos para ofrecer prácticas enriquecedoras a los estudiantes. “Nos aseguramos de que las personas que estén con nosotros tengan una experiencia realmente enriquecedora,” cuenta Garrido, convencido de que podrán ampliar la plantilla a corto plazo y sumar gente a los tres socios.
“Queremos aprovechar el poder transformador de los videojuegos para inspirar a los jugadores a construir un mundo más ético, inclusivo y sostenible”, explican en Mechanic Games. No es para menos, en esta cooperativa utilizan también técnicas de gamificación para mejorar procesos empresariales y educativos, creando juegos serios con fines didácticos. Es decir, exportan su propio modelo para que otros puedan hacer uso de él.
En Mechanic Games asumen que es vital encontrar un equipo alineado con una visión común y la dedicación al trabajo conjunto para emprender con éxito. Pese a que, como señala Garrido, el camino pueda ser complicado a la hora de emprender, el modelo cooperativo ofrece una plataforma sólida para construir un futuro innovador y cooperativo.
Ventajas competitivas
Ambas cooperativas destacan la importancia de los valores compartidos en su éxito. Daniel Burgos de Moonlight enfatiza la equidad y la colaboración en su modelo de trabajo, mientras que Rafa Garrido de Mechanic Games subraya la ayuda mutua y la solidaridad como pilares fundamentales de su operación. Ambos resaltan el respaldo de FAECTA a la hora de constituir su empresa en este formato y después como asesores. En cualquier caso, los dos ejemplos hacen real la máxima de que el cooperativismo es una idea que encaja a la perfección con modelos de negocio como el que proponen.
La adopción del modelo cooperativo ha permitido a estas empresas no solo prosperar en un mercado competitivo, sino también crear productos innovadores y socialmente responsables. Con proyectos exitosos y un compromiso con la educación y la comunidad, Moonlight y Mechanic Games están estableciendo un nuevo estándar en la industria del desarrollo de videojuegos.
Ejemplos que demuestran que el modelo cooperativo no solo es viable, sino que también puede ser una ventaja competitiva. Con un enfoque en la equidad, la colaboración y el impacto social, cooperativas como Moonlight y Mechanic Games están transformando la forma en que se desarrollan y se perciben los videojuegos en todo el mundo.
Hay en el imaginario colectivo una idea equivocada que lleva a pensar que en el sector empresarial andaluz priman sobre todo actividades del sector primario y del de servicios. Cuesta imaginar que desde el sur haya vanguardia en otros campos y casi parece utópico pensar que el de los videojuegos sea uno de ellos. Sin embargo, hay dos empresas de Andalucía, Moonlight y Mechanic Games, que no solo desmontan ese mito, sino que lo hacen desde un modelo cooperativista.
Porque el modelo cooperativo no es solo una tendencia en el mundo de los videojuegos, sino una práctica establecida con gran impacto en diversas industrias. En Andalucía, hay 4.500 empresas cooperativas que generan 80.000 puestos de trabajo y tienen un impacto económico de 16.000 millones de euros anuales, según datos de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas (FAECTA). Este sólido marco cooperativo ha demostrado ser una plataforma eficaz para el desarrollo económico y social en la región.