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La Zona Franca de Cádiz se reinventa como modelo de industria sostenible

10 de julio de 2021 21:09 h

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La Zona Franca de Cádiz está imprimiendo un sello de sostenibilidad a todas sus actuaciones y está optimizando sus instalaciones para un modelo industrial que respete el medioambiente, fomente las energías renovables y la movilidad sostenible e impulse la economía verde y azul. Todo ello, en línea con la Agenda 20-30 del Gobierno de España y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas.

Y es en la ciudad de Cádiz, embrión y centro neurálgico del consorcio, en donde se han iniciado diversas actuaciones que ya van tomando forma y que pronto reflejarán este cambio sustancial en el propio recinto fiscal y en el polígono exterior, configurando el principal espacio productivo de la capital. Con el objetivo de materializar un cambio a un modelo de industria, se está trabajando por crear un espacio productivo global en el que el recinto fiscal, con sus ventajas aduaneras y fiscales para el comercio exterior, forme un todo con el polígono. En ambos espacios, separados por la valla del perímetro fiscal, la Zona Franca de Cádiz ha iniciado diversas actuaciones que pronto reflejarán este cambio a un área productiva “moderna, eficaz, innovadora, que atraiga empresas y se consoliden, creando una necesaria actividad económica que se dejará sentir en toda la Bahía de Cádiz”.

Por un lado, en el recinto fiscal ya se ha iniciado un plan de mejora con una inversión que asciende a 1,5 millones de euros para modernizar las infraestructuras eléctricas e hidráulicas en el marco del protocolo de colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, firmado a finales del pasado octubre. El delegado del Estado en la Zona Franca de Cádiz, Fran González, entiende que asistimos a “un cambio importante en el modelo industrial de la ciudad”. En esta línea, habla de “una apuesta firme por el desarrollo y la reordenación del polígono, convencidos de que el futuro de la ciudad está vinculado a su desarrollo, dentro de los parámetros de sostenibilidad en los que estamos trabajando con el Ayuntamiento de Cádiz”.

Tres son las apuestas que podemos destacar en este compromiso con el respeto del medioambiente para asumir los restos del presente y el futuro, y cuyos cambios se concentrarán sobre todo en las antiguas instalaciones de Altadis.

Movilidad sostenible

En lo que se refiere a movilidad sostenible se pretende ofrecer equipamientos de calidad a los operadores. Está prevista la adquisición de vehículos ecoeficientes para la renovación del parque móvil con energías limpias y la instalación de electrolineras para clientes y empleados. También se están mejorando los aparcamientos para bicicletas para complementar así las conexiones con el carril bici de la ciudad, facilitando así su uso también para su plantilla y para sus clientes.

Energías renovables

El espacio productivo por excelencia de Cádiz quiere ser un referente en sostenibilidad incluyendo la instalación de placas solares en las cubiertas de los equipamientos para el autoconsumo. La primera fase en la instalación de placas solares afectará a 15 cubiertas industriales en donde se colocarán 7.000 paneles fotovoltaicos, sobre superficie total de 178.429 metros cuadrados y una producción estimada de 7.169.480 kilovatios. En esta iniciativa van también de la mano del Ayuntamiento de Cádiz.

Economía verde y azul

En el polígono exterior será fundamental el desarrollo de Zona Base y su incubadora tecnológica, Incubazul. El propio diseño original y novedoso del edificio será ejemplo de sostenibilidad ya que el equipamiento estará compuesto por contenedores marítimos reciclados, que habitualmente tienen una vida útil de 10 a 15 años.

Será donde se aloje la incubadora para proyectos vinculados al sector de la economía azul subvencionada con fondos europeos en el Marco del Programa Operativo Feder de Andalucía 2014-2020, Una manera de hacer Europa, a través de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio. Es un nuevo concepto de edificio que potencia el trabajo conjunto gracias a la versatilidad en la distribución, la generosidad en las zonas comunes y su apertura al exterior, con terrazas en todas las plantas y el aprovechamiento del sol apurando la eficiencia energética en todos los ámbitos. Se pretende agilizar al máximo la gestión en los trámites para que la incubadora esté funcionando en el nuevo edificio de Zona Base en el último trimestre de 2022.

“Quiere ser un modelo para la industria sostenible y una nueva forma de hacer y vivir el lugar de trabajo”, en palabras de Carlos Quevedo, arquitecto del estudio Carquero Arquitectura, y que ha diseñado el proyecto. Este centro de innovación y expansión tecnológica inicia la transformación de este enclave, “desde su corazón, para su conexión futura con el resto del tejido productivo”. Todo un concepto “absolutamente distinto a la industria tradicional”, explican desde el consorcio.

“La Zona Franca de Cádiz pretende aplicar estos criterios de sostenibilidad también en el resto de sus equipamientos y está realizando una potente mejora para ofrecer instalaciones que den respuesta a las necesidades de potenciales inversores la vez que permita consolidarse a los actuales clientes”, subrayan desde el consorcio. 

La Zona Franca de Cádiz está imprimiendo un sello de sostenibilidad a todas sus actuaciones y está optimizando sus instalaciones para un modelo industrial que respete el medioambiente, fomente las energías renovables y la movilidad sostenible e impulse la economía verde y azul. Todo ello, en línea con la Agenda 20-30 del Gobierno de España y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas.

Y es en la ciudad de Cádiz, embrión y centro neurálgico del consorcio, en donde se han iniciado diversas actuaciones que ya van tomando forma y que pronto reflejarán este cambio sustancial en el propio recinto fiscal y en el polígono exterior, configurando el principal espacio productivo de la capital. Con el objetivo de materializar un cambio a un modelo de industria, se está trabajando por crear un espacio productivo global en el que el recinto fiscal, con sus ventajas aduaneras y fiscales para el comercio exterior, forme un todo con el polígono. En ambos espacios, separados por la valla del perímetro fiscal, la Zona Franca de Cádiz ha iniciado diversas actuaciones que pronto reflejarán este cambio a un área productiva “moderna, eficaz, innovadora, que atraiga empresas y se consoliden, creando una necesaria actividad económica que se dejará sentir en toda la Bahía de Cádiz”.