Se cumplen diez años de la llamada Tragedia de El Tarajal, la actuación de la Guardia Civil que, el 6 de febrero de 2014, originó la muerte por ahogamiento de al menos 14 personas que trataban de entrar en territorio español.
La Tragedia de El Tarajal es uno de los hechos más relevantes de los que han sucedido en las fronteras españolas. Esa relevancia no está vinculada a su alcance o a su rareza. No. Tragedias como la de El Tarajal se han venido produciendo y se siguen produciendo en los procesos migratorios desde África hacia España, hacia Europa.
Lo que convierte a la Tragedia de El Tarajal en un símbolo es su visibilidad. Una actuación policial que se grabó, que se pudo visualizar, sobre la que incluso hay algún largometraje y que, sin embargo, se ha cerrado en España sin depurar ningún tipo de responsabilidades.
Este sábado se congregaron en Ceuta, en la playa de El Tarajal, casi medio millar de personas en recuerdo de las 14 víctimas de aquella tragedia. Exigían, una vez más, como han hecho en las diez convocatorias anteriores, justicia y reparación por aquellos hechos y exigían el fin de la impunidad con el que las autoridades españolas, a través de mentiras y la utilización de los diversos poderes del Estado, cubrieron aquella tragedia.
Fue un hito más en la gestión inhumana de las fronteras españolas y europeas, un caso que se inserta en el contexto de unas políticas migratorias criminales, que vulneran derechos humanos
Porque aquella tragedia, como decimos, fue un hito más en la gestión inhumana de las fronteras españolas y europeas, un caso que se inserta en el contexto de unas políticas migratorias criminales, que vulneran derechos humanos y llevan hasta la muerte, bien por omisión, dejando morir a quienes tratan de entrar por vía marítima, bien por acción, como ocurrió en el caso de El Tarajal. Y como ocurrió en junio de 2022 en el paso del Barrio Chino de Melilla. Otra actuación, en este caso conjunta, entre las autoridades españolas y las marroquíes que propició un número indeterminado de muertes.
Una de las razones por las que estas tragedias, estas masacres, se repiten, es por la ausencia absoluta de responsabilidad para sus autores. La impunidad es el caldo de cultivo perfecto para que se mantengan actuaciones racistas en las fronteras que provocan resultados funestos como las 14 muertes del 6 de febrero de 2014, las al menos 37 que fallecieron el 24 de junio de 2022 en Melilla y tantas más que venimos documentando desde la APDHA.
La tragedia de El Tarajal sigue presente porque se mantienen las mismas políticas de cierre de fronteras, de exclusión, de militarización, de externalización, de criminalización
Precisamente en estos días se ha conocido la noticia de la denuncia interpuesta por uno de los supervivientes de la tragedia de El Tarajal ante el Comité de Naciones Unidas contra la Tortura. Se trata del enésimo intento para obtener una respuesta, para que los hechos se investiguen adecuadamente, para que se haga justicia y las familias reciban la reparación adecuada, para que se ponga fin a la impunidad.
Y han tenido que acudir a las instancias internacionales para intentar revertir esta situación puesto que la justicia española ha resultado absolutamente ineficaz para responder a estas 14 muertes. Como lo ha sido también para responder a lo ocurrido en Melilla en junio de 2022.
Diez años después la tragedia de El Tarajal sigue presente porque se mantienen las mismas políticas de cierre de fronteras, de exclusión, de militarización, de externalización, de criminalización. Porque se mantiene la misma sensación de impunidad. Porque se mantiene la misma inacción de la Justicia. También porque se mantiene el esfuerzo colectivo de organizaciones sociales, de activistas, de tantos y tantas que mantendremos nuestra voz para honrar la memoria de quienes perdieron la vida en los trayectos migratorios, que seguiremos luchando para que los responsables de estas tragedias asuman su culpa, que continuaremos trabajando contra las fronteras cerradas que matan.
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