La noche del 24 de junio de 2017 no resulta fácil de olvidar en buena parte de la franja costera onubense. Aquella noche dio comienzo uno de los fuegos más virulentos que ha vivido Andalucía en las últimas décadas. Cuatro jornadas después, las llamas habían devorado más de 8.000 hectáreas de monte de un extraordinario valor ecológico. Lo hicieron tras uno de los peores episodios por calor extremo para un mes de junio desde que se tienen registros. En septiembre de 2021, Sierra Bermeja sufría un incendio de “sexta generación” que dejaba una víctima mortal y cerca de 10.000 hectáreas de monte completamente arrasadas. Andalucía se encontraba entonces en un periodo de riesgo por incendios similar al que ahora comienza en el inicio de un episodio por altas temperaturas que promete pasar a los anales meteorológicos de la Península Ibérica.
Casi todo el territorio andaluz se encuentra estos días en riesgo extremo de incendios forestales. Aunque no sea la primera vez, resulta significativo que casi el cien por cien de la región andaluza viva bajo la amenaza del fuego durante un episodio por altas temperaturas. Tampoco será la última. Ya en la última gran ola de calor del pasado año, en agosto de 2021, cuando Montoro dejaba una nueva máxima absoluta nacional de 47.4 °C, el riesgo extremo por fuego abarcaba la práctica totalidad de Andalucía.
En palabras de Juan de Dios del Pino, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología en Andalucía, “los incendios forestales son, junto con la afectación a personas vulnerables, uno de los principales riesgos en los episodios de calor extremo”. Ante ellos, la propia Agencia emite previsiones por el riesgo de incendios que se basan “por un lado en indicadores meteorológicos previstos de temperaturas y humedad relativa, como de precipitación pasada” y por otro “en factores propios del territorio como la reserva de humedad del suelo”. La extensión del riesgo extremo a casi toda la región tampoco es novedad, aunque sí son significativos los datos en cuanto a la severidad de los episodios por calor extremo a los que suelen ir asociados.
El mapa elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología establece que la práctica totalidad de Andalucía se encuentra durante estos días en riesgo extremo de incendios forestales. Sólo la franja costera mediterránea se salva, gracias al flujo de levante que estos días azota al litoral andaluz. Y es precisamente el viento uno de los ingredientes clave ante la formación y propagación de fuegos forestales.
La conocida como “regla de los tres 30”, que establece como muy elevado el riesgo de propagación de un incendio, se basa en tres indicadores meteorológicos: que haya temperaturas en superficie superiores a los 30 grados, que la humedad relativa sea inferior al 30 %, y que el viento pueda alcanzar rachas iguales o superiores a los 30 km/h. Todas ellas se darán durante los próximos días en el territorio andaluz, a excepción del litoral mediterráneo. Con previsiones que apuntan que podrán alcanzarse los 45 grados en amplias zonas del valle del Guadalquivir, y con buena parte del interior de la región sobrepasando la barrera de los 40 grados de manera prolongada desde la tarde del martes 12 de julio, se han disparado todas las alertas en los dispositivos de emergencias y prevención y control de incendios e la Comunidad.
En declaraciones a Canal Sur, Juan Sánchez, director del Centro Operativo Regional del INFOCA, ha afirmado que “el mayor riesgo de incendio probablemente se tenga a partir del próximo fin de semana” ya que “en Andalucía los grandes incendios se han producido después de las olas de calor”. Apunta también Sánchez a la extrema sequedad que alcanza estos días la vegetación en Andalucía, que actúa como combustible ante la aparición del fuego. La sequedad y la baja humedad relativa son dos de los elementos claves en la formación de incendios. Estos días se han dado registros extremos de sequedad en los que la humedad en superficie ha llegado a caer hasta el entorno del 5 %. Y así va a seguir hasta la próxima semana, con índices de humedad en superficie especialmente bajos sobre extensas zonas de Sierra Morena, donde el intenso aire cálido en altura podría dejar máximas de hasta 42 ó 43 grados en superficie.
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