El 28 de febrero, día de Andalucía, es también el último día del invierno climático. Desde el 1 de marzo la primavera echa a andar durante los siguientes tres meses, al menos la que se tiene en cuenta para el estudio del comportamiento climático. La atmósfera en el hemisferio norte comienza desde ya a modificar ligeramente su comportamiento, con una mayor proporción de horas de sol diarias, con el congelador polar comenzando su etapa anual de “descomposición”. Eso hace que la corriente en chorro, el conocido ‘jet stream’, presente una tendencia a ondularse, con frecuentes incursiones hacia latitudes templadas o subtropicales.
Esa es la dinámica básica que favorece la formación de depresiones aisladas en el entorno peninsular, las conocidas danas, y que por su naturaleza se traduce en ambiente inestable, variable y caótico tan característico de la primavera andaluza. Así será como se despida la atmósfera andaluza del invierno, con la variabilidad meteorológica como fondo de escenario con los que celebrar tres días de puente festivo autonómico, con temperaturas suaves, ambiente nuboso, y alta probabilidad de chubascos de carácter tormentoso a partir del domingo 28 de febrero.
Una dana con “sabor andaluz”
Desde últimas horas del jueves 25, un área de baja presión quedará aislada sobre le vertical del Cabo de San Vicente. Su recorrido por el norte africano a lo largo del fin de semana, y su integración posterior en la circulación general atmosférica, ofrecerán los ingredientes necesarios para que Andalucía viva el primer episodio de chubascos generalizados del año. Los primeros en notar los efectos de la dana será el extremo occidental andaluz, que desde la noche del jueves al viernes podrá registrar precipitaciones de cierta intensidad, más probables en áreas costeras de las provincias de Huelva y Cádiz.
La posición de la baja dejará además un marcado flujo de poniente en el mar de Alborán, lo que derivará en importantes rachas de viento en la costa mediterránea durante el viernes 26 de febrero, que se extenderá a áreas cercanas al Estrecho de Gibraltar a lo largo del sábado. Fuerte viento que dejará mala mar, con oleaje de hasta tres metros de altura y ante el que la Agencia Estatal de Meteorología tiene activado el aviso amarillo desde el litoral gaditano hasta el levante almeriense. En el resto de la región los cielos permanecerán poco nubosos o despejados y temperaturas muy suaves, con máximas que se mantendrán en el entorno de los 20 grados salvo el extremo oriental, donde el termómetro llegará hasta el entorno de los 16 a 18 grados.
Chubascos aislados y lluvia de barro para el 28 F
Será durante el domingo 28 de febrero cuando la inestabilidad se extienda al resto de la Comunidad. El desplazamiento hacia el norte de la dana provocará que los chubascos empiecen a salpicar la mitad occidental andaluza a partir de mediodía, extendiéndose a la mitad oriental ya en la madrugada del lunes 1 de marzo. Las precipitaciones ganarán en intensidad durante dicha jornada, pudiendo ser de carácter tormentoso, con mayor probabilidad en las provincias de Huelva, Sevilla y Córdoba. La lluvia además podrá venir acompañada de barro debido a la alta concentración de polvo en suspensión que estos días enturbia los cielos andaluces. El viento además volverá a soplar con mucha intensidad a lo largo del mar de Alborán, donde las rachas de levante podrán alcanzar los 90 km/h en la costa granadina y los 70 a 80 km/h en el área del Estrecho.
Aunque las precipitaciones continuarán produciéndose de forma aislada durante el martes 2, estas irán a menos a medida que la dana pierda potencia al quedar integrada en la circulación general de la atmósfera. Los escasos chubascos ocasionales irán remitiendo a mediados de semana para dar paso de nuevo a la dorsal anticiclónica. Desde entonces se abrirá un nuevo paréntesis de estabilidad atmosférica, ya casi plenamente sumergidos en la primavera andaluza. Poco invierno queda.