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El andalucismo de Moreno tropieza ante las urnas: de la crítica a la defensa de la España “plurinacional” en tres años

Daniel Cela

16 de mayo de 2022 21:07 h

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El PP ha tropezado con el espinoso debate territorial a tres semanas del inicio de la campaña de las elecciones andaluzas del 19 de junio, un asunto que marcó los comicios de 2018 –con Cataluña en el epicentro– y que se convirtió en un ariete en manos de los populares y de Vox para atizar al PSOE de Susana Díaz.

El coordinador general del PP nacional y portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha filtreado este lunes con el término España “plurinacional” –que atribuye al ex presidente José María Aznar– para modular la posición de su partido en Catalunya, a la que define como “una nacionalidad, como cualquier otra comunidad autónoma”. “Yo creo que, efectivamente, España es un Estado plurinacional”, ha subrayado Bendodo en una entrevista en El Mundo, publicada este domingo, que ha zarandeado la precampaña electoral, ha puesto en alerta a todo el PP andaluz -empezando por su candidato, el presidente Juan Manuel Moreno- y le ha obligado a matizar sus palabras.

El concepto de la España “plurinacional” fue popularizado por Podemos, asumido más tarde por un Pedro Sánchez en su pugna interna por recuperar el control del PSOE -orillado después de lograr la presidencia del Gobierno y el liderazgo total del partido- y finalmente ha recalado en el lenguaje interno del nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo. En boca de los populares distorsiona los oídos, porque han sido ellos -desde Andalucía y desde Madrid- quienes más han cargado contra los socialistas por defender esa “España como una nación de naciones”.

Bendodo enmarcaba este diseño territorial en el contexto de Cataluña, la segunda comunidad más poblada del país, determinante en el equilibrio de poderes en el Congreso. Los populares son irrelevantes en esta comunidad -sobrepasados incluso por Vox en las últimas elecciones- y Feijóo espera modular su discurso para recuperar ese espacio político, fundamental para llegar a la Moncloa. “El objetivo es volver a conectar con la sociedad catalana”, ha dicho el portavoz de la Junta, para hablar un “catalanismo integrador”.

Las palabras del número 3 de Feijóo, a la sazón número 2 de Moreno en la Junta de Andalucía, representan un giro discursivo no solo en el PP nacional, también en un PP andaluz que ha hecho de la confrontación y el agravio comparativo con Catalunya un estilo de hacer política reivindicativa desde el sur. La tesis de Bendodo –“Cataluña es una nacionalidad como cualquier otra comunidad”– choca frontalmente con el llamado “andalucismo moderno” que abandera el presidente de la Junta y candidato popular a la reelección, Juan Manuel Moreno, que ha hecho suya la reivindicación autonomista del 28 de febrero de 1981, cuando Andalucía quedó definida en su Estatuto como una “nacionalidad histórica”.

El PP andaluz, en la reforma estatutaria

El Estatuto se reformó en 2006, por primera vez con la connivencia del PP, que 25 años atrás se había opuesto a que Andalucía tuviera una autonomía de primer nivel, asimilable a las de Catalunya, Euskadi y Galicia. En el preámbulo de aquella reforma estatutaria, avalada posteriormente por otro referéndum, Andalucía aparece descrita como “realidad nacional”, un término que pactaron PSOE, PP e IU, y que al entonces líder popular, Javier Arenas, le costó un duro enfrentamiento interno con su partido. “Me he quitado una espinita”, diría Arenas más tarde, en referencia al rechazo frontal de Alianza Popular al referéndum de autonomía del 81.

Seis años después los populares ganarían por primera vez las elecciones andaluzas [2012], aunque no llegarían a gobernar hasta 2018. El PP andaluz no volvió a apearse del discurso autonómico. Es más, con la llegada de Moreno a la Presidencia de la Junta, se acrecentó ese perfil andalucista, aferrándose a los mismos símbolos territoriales que el PSOE había monopolizado durante 37 años.

La paradoja es que “el líder del PP andaluz más autonomista” llegó a la Presidencia de la Junta de Andalucía con ayuda de un partido –Vox– abiertamente contrario al Estado de las Autonomías. En la campaña de 2018, además, Moreno tuvo que sortear las preguntas de los periodistas que le perseguían preguntándole si apoyaba la devolución de las competencias en Sanidad y Educación al Gobierno central, como defendía el entonces líder de su partido, Pablo Casado, haciendo campaña en paralelo para aquellas mismas elecciones.

Al sacar a colación el concepto de España “plurinacional” a un mes de los comicios del 19 de junio, Bendodo puede haber zarandeado la campaña en favor de la extrema derecha, su gran competidor por el voto conservador más significado. Durante el debate entre candidatos de Canal Sur, televisado el 19 de noviembre de 2018, el entonces aspirante popular a la Presidencia de la Junta, Juan Manuel Moreno, preguntó directamente a la líder socialista: “¿Usted cree que España es un Estado plurinacional?”.

Moreno sacó un libro de texto de la asignatura Educación para la Ciudadanía, señaló la página 73, e indicó que allí se describía España como “un Estado plurinacional”. “¿Esto es lo que usted defiende, señora Díaz? ¿Esto es lo que queremos enseñarle a nuestros hijos? Que España es un Estado donde hay múltiples naciones...”, insistió Moreno.

El asunto siguió vivo el resto de campaña. El candidato del PP siguió preguntando a Díaz en cada mitin sobre el tema territorial, instándole a responder si defendía, como el presidente Pedro Sánchez, que España era un Estado plurinacional. Moreno exigió a la ex presidenta andaluza la retirada del libro de texto que recogía aquella referencia, toda vez que había sido autorizado por la Consejería de Educación y se usaba en algunos institutos de la comunidad.

Catalunya, 'leit motiv' en las andaluzas

Cataluña, el órdago secesionista y los primeros pasos del Gobierno de Sánchez para retomar el entendimiento con las fuerzas catalanistas –de las que dependía su estabilidad parlamentaria– se convirtió en uno de los leit motiv de las fuerzas conservadoras en la campaña electoral andaluza, en clave nacional desde el principio. El resultado del 2 de diciembre de 2018 hizo que PP, Ciudadanos y Vox sumaran más, por primera vez, que las fuerzas de izquierdas, convirtiendo presidente a Moreno y relegando al PSOE a la oposición por primera vez en 37 años.

Ahora, a las puertas de otras elecciones andaluzas, el PP nacional acaba de mutar la ejecutiva, poniéndose en manos de Alberto Núñez Feijóo, que abandera un modelo tan moderado y centrista como el del propio Moreno. El PP se convirtió en una fuerza residual en las últimas elecciones de Catalunya, sobrepasado incluso por Vox. Este fin de semana, Feijóo cambió de repente el discurso que su partido ha mantenido en las comunidades históricas y bilingües –como su propia Galicia– al hablar de Catalunya como una “nacionalidad”, algo jamás defendido públicamente por la dirección nacional del PP y por ninguno de sus presidentes autonómicos.

Así se lo plantearon este lunes, en una entrevista en El Mundo, al número tres de Feijóo y portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, que respondió con unos términos que hace solo tres años eran demonizados por el hoy presidente Moreno: “Yo le he oído a Aznar afirmar públicamente que España era un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüístico. Eso es una realidad. Cataluña no es una nación dentro de España. No es lo mismo nación que nacionalidad. Esto que quede claro: Cataluña sí es una nacionalidad del Estado español, como cualquier otra comunidad autónoma. El PP tiene que conseguir volver a conectar con la sociedad catalana”.

Precisamente en Sevilla, el pasado mes de septiembre, y ante toda la cúpula anterior del PP presidida entonces por Pablo Casado, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, fue tajante al respecto del debate territorial: “Probablemente Cataluña es el asunto más grave que tenemos, las dudas sobre la propia existencia de España. España es una nación. No plurinacional ni multinivel, ni la madre que los parió”, dijo.

Nacionalidad y nación histórica

Bendodo subraya que Catalunya es “una nacionalidad del Estado español, como cualquier otra comunidad autónoma”, equiparándola al conjunto del territorio. El número tres de Feijóo defiende así el nuevo relato político del PP en una comunidad donde apenas tiene asidero político y ve cómo Vox acapara gran parte de lo que fue su electorado. Sus palabras han generado “desconcierto” entre dirigentes del PP andaluz, que creen que “no le hará ningún bien a Juanma” en esta campaña.

Andalucía es una “nacionalidad histórica”, porque así viene recogida en el Estatuto de Autonomía de 1981, que tiene rango de Ley Orgánica y, por tanto, es un extremo no homologable “a cualquier otra comunidad autónoma”, como sostiene el portavoz de la Junta. “Andalucía es, en términos estatutarios y constitucionales, una nacionalidad”, decía Moreno en una entrevista con El Español en 2019, al poco de ser investido presidente. El dirigente popular rechazaba entonces de plano la tesis del PSOE sobre una “España plurinacional”, y distinguía entre “singularidades”, reconocibles en las 17 autonomías, y “nacionalidades” históricas.

La reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía, aprobada por una mayoría en el Congreso de los Diputados en 2007, calca muchos aspectos del Estatut catalán, validado en 2006. Hay profundas coincidencias, en parte, porque los partidos que negociaron el texto andaluz –PSOE, PP e IU– miraron de reojo la norma que había confeccionado Catalunya para evitar agravios territoriales de ningún tipo. En ambos textos se habla de “realidad nacional” y de “nacionalidad”. Sin embargo, el PP recurrió la norma catalana ante el Tribunal Constitucional, que cercenó parte de su contenido, que se mantiene intacto en el Estatuto andaluz, porque los populares nunca lo recurrieron.

El jaleo que han desencadenado las declaraciones de Bendodo han obligado al portavoz de la Junta a matizar sus palabras durante un acto de partido en Málaga. “Mi postura es clara pero ayer no la expliqué correctamente. La aclaro”, ha escrito en su cuenta de Twitter: “España es una Nación indisoluble de 17 autonomías con identidades propias. Se pueden respetar las diferencias de cada comunidad y defender una España única y respetuosa con el artículo 2 de la Constitución”.

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