La foto fija del Barómetro del CIS ha marcado el arranque de campaña de las décimas elecciones andaluzas del próximo 22 de marzo. La sombra de los datos, hechos públicos el mismo día, ha sobrevolado por cada uno de los arranques de campaña con poca pegada de carteles, y todos los candidatos y candidatas han hecho alguna referencia al augurio del CIS. Se trata de unos datos que dan de nuevo la victoria al PSOE aunque once escaños por debajo de la mayoría absoluta que les permitiría gobernar en solitario con comodidad; deja como segunda y tercera fuerza al PP y a Podemos, respectivamente, y relegaría a IU a un cuarto o quinto puesto en función de cómo quedase Ciudadanos.
Esa foto fija ha servido de acicate a todos los partidos al comienzo de la batalla electoral. Todos tienen motivos para sentirse aludidos y parece que los datos hacen esta campaña electoral más necesaria y decisiva que nunca. En el caso del PSOE, Susana Díaz ha apelado a la necesidad de “ganar bien”, “ampliamente”, ante la amenaza evidente de partidos emergentes como Podemos y ante la previsible fragmentación del Parlamento, y ha utilizado, una vez más, su táctica de ignorar al candidato popular andaluz interpelando directamente a Mariano Rajoy.
También tras las palabras de Antonio Maíllo, coordinador general de IU en Andalucía, han pesado los pronósticos electorales que les auguran pérdida de votos y escaños. De hecho, a lo largo de la jornada ya ha expresado que “IU va a marcar muchos más goles de los que prevén las encuestas”. “Hay un partido de 15 días (...) y los partidos se juegan y, hasta el último minuto, no se sabe quién marcará más goles”, ha expresado con el ánimo de no tirar la toalla pese a los pronósticos.
Los indecisos del CIS, un 41% según la encuesta, han sido el objetivo de Juan Manuel Moreno, candidato del PP andaluz, en su primer discurso de campaña. “Yo hago un llamamiento a esos andaluces que están todavía dudando: que estén con el Partido Popular”, y entre sus filas aseguran que sus encuestas internas sólo les dan dos puntos de diferencia con su principal oponente. Sin embargo, no ha evitado mencionar la irrupción de Ciudadanos asegurando que no hay que fijarse en “partidos cuyos intereses no están en Andalucía”.
Para Teresa Rodríguez, el dato del 19,2% de los votos, que podría colocar a Podemos en el Parlamento con 21 o 22 escaños, sin duda ha estado detrás de las frase “no todo está decidido”, que ha pronunciado en la primera noche de campaña y a una de las pocas candidatas a la que se le ha visto con la tradicional pegada de carteles. “Estas dos semanas serán decisivas para seguir creciendo. Cada día somos un poquito más grandes”.
Desde Ciudadanos se han recibido los datos con optimismo ya que la mera entrada en el Parlamento andaluz sería para ellos una victoria. Aunque han optado por la prudencia: “lo que sirve es el día a día; es lo único en que confiamos a pesar de que los sondeos pues dicen lo que dicen”, asegura Juan Marín.
Esperanza, cambio, paro, corrupción, principios, personas, gente... han sido palabras utilizadas en este aperitivo de una campaña que va a tener muchos platos que digerir. Una campaña en la que todos aseguran que van a ganar pero en la que se va a hablar de pactos: posibles, imposibles, increíbles, atribuyéndoles categoría de peligro (como en el caso del PP cuya estrategia gira entorno a la dicotomía pacto PSOE-Podemos o estabilidad del PP) o de ficción (mientras dure la campaña). Una campaña en la que todos se juegan mucho y cuyos resultados van a marcar el intensivo año electoral que se avecina en toda España.