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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Silenciar una catástrofe en Cuba y el tornado que nunca existió: algunos datos

Sodepaz Andalucía

Un tornado asoló varios municipios de La Habana la tarde del domingo 27 de enero, en el curso de una tormenta de invierno que afectó varias provincias cubanas. Y pese a que causó seis muertes humanas y dañó casi 5.000 viviendas, buena parte destruidas, la mayoría de los medios de comunicación españoles no informaron sobre él.

Los tornados son llamados por los cubanos rabos de nube debe ser porque, efectivamente, unen la tierra con una nube especial. Se clasifican con la escala Fujita mejorada o escala EF que tiene 5 grados. Según todas las informaciones este tornado alcanzó la categoría EF4 al alcanzar vientos de 300 Km/h. Cualitativamente se consideran devastadores y su fuerza se equipara a la de los huracanes 4/5, los más intensos, aunque con impacto localizado y corto.

Desde el día 25 la Defensa Civil cubana informaba de la llegada de una tormenta fuera de temporada que entraría por el oeste de la Isla. Pero nadie pudo prever que se formaría un tornado, algo excepcional que no se producía en La Habana desde 1940. Sin la exhaustiva preparación previa que en Cuba organizan frente a los huracanes, reiteradamente avalada por la ONU, los momentos iniciales fueron dramáticos. En sólo 16 minutos, en 11 kms lineales de la ciudad, aparecieron más de 6.000 damnificados, árboles y estructuras arrancados, viviendas y edificios públicos derrumbados, coches hechos chatarra incrustados en el hormigón, falta de luz, agua y teléfono.

Lo primeros datos provisionales de las autoridades locales contabilizaron, en los municipios de Regla, Guanabacoa, Diez de Octubre, Habana del Este y San Miguel del Padrón, 6 fallecidos y 195 heridos de consideración; 3.870 viviendas dañadas de ellas 372 derrumbes totales, 518 parciales, 1580 techos destruidos y daños significativos en 7 centros de salud, 46 escuelas, 21 guarderías infantiles y numerosas empresas e infraestructuras de agua, electricidad y comunicación.

Se produjeron daños por la tormenta en otras zonas de La Habana como el Malecón y el litoral residencial y en las provincias de Pinar del Río, Artemisa y Mayabeque. Daños menores ocurrieron al dirigirse la tormenta al centro del país con menor fuerza. Puede ser útil recordar que en septiembre de 2017 el poderoso huracán Irma afectó 12 de las 15 provincias cubanas, dejando pérdidas por 13.185 millones de dólares.

De forma inmediata la población, la Defensa Civil y las instituciones se movilizaron para parar el golpe e iniciar la reconstrucción. Del Hospital Materno Infantil Hijas de Galicia fueron evacuadas 82 embarazadas y 14 neonatos y se organizó el realojamiento de 5.000 personas; brigadas de trabajadores y voluntarios se distribuyeron en el territorio. A la mañana siguiente las autoridades dispusieron la venta de comida a precio simbólico y la de materiales de construcción a precio subvencionado o gratis para los afectados; se iniciaron trabajos de remodelación en varios edificios públicos para convertirlos en viviendas provisionales.

En los últimos días de enero y primeros de febrero se constituyeron en diferentes zonas del Estado español iniciativas ciudadanas para cooperar en la reparación de los daños, especialmente la reconstrucción de viviendas.

Ante esta monumental desgracia de la población civil de un pueblo históricamente hermano, donde al menos la mitad tiene sangre española, sorprende la indiferencia y el silencio de los medios españoles y occidentales que se han dicho preocupados por las condiciones de vida de los cubanos y que disponen en Cuba de amplios recursos periodísticos. Es triste pensar que no ha influido la solidaridad ni el sentido común ni la necesaria colaboración entre las comunidades. Y da un poco de miedo imaginar qué intereses llevan a ocultar el sufrimiento humano o a discriminar cuál se difunde y cuál no.

Un tornado asoló varios municipios de La Habana la tarde del domingo 27 de enero, en el curso de una tormenta de invierno que afectó varias provincias cubanas. Y pese a que causó seis muertes humanas y dañó casi 5.000 viviendas, buena parte destruidas, la mayoría de los medios de comunicación españoles no informaron sobre él.

Los tornados son llamados por los cubanos rabos de nube debe ser porque, efectivamente, unen la tierra con una nube especial. Se clasifican con la escala Fujita mejorada o escala EF que tiene 5 grados. Según todas las informaciones este tornado alcanzó la categoría EF4 al alcanzar vientos de 300 Km/h. Cualitativamente se consideran devastadores y su fuerza se equipara a la de los huracanes 4/5, los más intensos, aunque con impacto localizado y corto.