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La derecha andaluza desprecia a las víctimas del franquismo
Han sido muchas las ocasiones en las que la derecha ha dado muestras de no tener el menor interés en atender las numerosas reclamaciones que permanentemente plantean las víctimas del franquismo y sus familias.
Unas demandas que van en la línea de que se repare el daño causado durante la represión franquista, se recuperen los cuerpos de las más de 55.000 víctimas en Andalucía y dignifique sus memorias, se conozca toda la verdad de lo que ocurrió con ellas y que se ofrezcan las garantías necesarias para que nunca más se vuelvan a repetir atrocidades similares.
Esto, necesariamente, dejará en evidencia la importancia de preservar nuestra democracia y libertades ante posibles amenazas futuras, como ha venido ocurriendo en numerosas ocasiones en Europa durante el convulso siglo XX o como también ocurrió en España a mediados de siglo pasado tras el golpe militar fascista contra la democracia española.
Quizás sea porque la dictadura a la que dio pie aquel golpe militar aquilató los privilegios de los sectores más conservadores de este país lo que explique ese apego que, aún en estos tiempos, la derecha española muestra por el franquismo del que tiene serias dificultades para desvincularse definitivamente.
Junto a eso, también se aprecia con absoluta facilidad la falta de empatía que siempre muestran con el dolor de las víctimas del franquismo. Jamás se celebró desde la Junta de Andalucía algún acto de homenaje y recuerdo institucional a las víctimas del franquismo, como establece la Ley andaluza de Memoria Histórica y Democrática, y desde la entrada en vigor de ésta hasta la actualidad.
La negativa a declarar como lugar de memoria el lugar que fue la tumba indeseada de Blas Infante y de otros muchos andaluces evidencia además la impostura de ese falso andalucismo con el que se quiere mostrar en la actualidad la derecha andaluza
El pasado 29 de mayo, durante sesión plenaria del Parlamento andaluz, la oposición en bloque le volvió a pedir al Gobierno andaluz de derechas el cumplimiento y desarrollo efectivo de la vigente ley memorialista andaluza. Y, entre otras cosas, se reclamó a la Presidencia de la Junta de Andalucía que encabezase un acto de homenaje a las víctimas andaluzas del franquismo el 14 de junio como establece la citada ley, que se iniciase la formación del profesorado andaluz en materias específicas y relacionadas con la recuperación de la memoria histórica y democrática, que se produjese de manera definitiva la modificación de los contenidos curriculares escolares en la línea que establece la propia ley memorialista andaluza y que se declarase como Lugar de Memoria la fosa donde ha estado enterrado durante 88 años el Padre de la Patria Andaluza junto con más de 1.700 víctimas del franquismo.
A todo esto, la derecha andaluza parlamentaria votó en contra. A pesar de que previamente había garantizado “el cumplimiento y hacer cumplir la ley andaluza de memoria en todo el territorio andaluza”. Todas esas peticiones son de actuaciones previstas en esa ley.
La negativa a declarar como lugar de memoria el lugar que fue la tumba indeseada de Blas Infante y de otros muchos andaluces evidencia además la impostura de ese falso andalucismo con el que se quiere mostrar en la actualidad la derecha andaluza y la falta de interés que muestra por las víctimas del franquismo.
La Presidencia de la Junta de Andalucía no estuvo presente en ningún acto de homenaje y recuerdo a las víctimas del franquismo, que se conmemoró el pasado 14 de junio como establece la referida ley memorialista. Sin embargo, ante la insistencia de algunos periodistas, horas antes se anunció precipitadamente la visita de un viceconsejero a los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en una fosa de Osuna, que va ya por la segunda fase de actuación, y con la que se ha querido maquillar la negativa que mostraron hace 15 días en sede parlamentaria a participar en ningún acto de homenaje y recuerdo a las víctimas andaluzas del franquismo. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Estas circunstancias definen muy bien la falta de empatía existente en la actualidad entre la derecha andaluza, sus representantes públicos y la Presidencia de la Junta con respecto a las víctimas del franquismo
A todo esto, la semana pasada también se conocía, con cinco años de retraso, la composición del Comité de Expertos en Simbologías y Actos contrarios a la memoria histórica. Todo ello, tras haber reiterado el propio consejero competente en la materia que no encontraban ningún historiador experto en estos asuntos y que eso era lo que justificaba la demora. Días después se anuncia el nombre de los tres integrantes de ese comité, de los cuales dos de ellos carecen de formación específica y especializada en Memoria Histórica, golpe militar del 36, represión franquista y dictadura. Incluso de uno de ellos hemos conocido en multitud de ocasiones desafortunados y graves pronunciamientos en sus publicaciones contrarios a la memoria de las víctimas.
Estas circunstancias definen muy bien la falta de empatía existente en la actualidad entre la derecha andaluza, sus representantes públicos y la Presidencia de la Junta con respecto a las víctimas del franquismo. Víctimas a la que todavía tenemos, tienen, mucho que agradecer. No en vano, defendieron, ante el fascismo, la democracia española y sus libertades pagando con su vida ese empeño admirable.
Ese desprecio de la derecha andaluza por los protagonistas de aquellos acontecimientos, invita a pensar en los motivos y relaciones existentes entre la defensa de una democracia de la que hoy disfrutamos y se benefician y el apego que muchos muestran con actitudes y posiciones reaccionarias en favor de un fascismo que acabó con aquellas libertades y que lo volverá a hacer cuando se vuelvan a dar las condiciones. Sin duda.
Han sido muchas las ocasiones en las que la derecha ha dado muestras de no tener el menor interés en atender las numerosas reclamaciones que permanentemente plantean las víctimas del franquismo y sus familias.
Unas demandas que van en la línea de que se repare el daño causado durante la represión franquista, se recuperen los cuerpos de las más de 55.000 víctimas en Andalucía y dignifique sus memorias, se conozca toda la verdad de lo que ocurrió con ellas y que se ofrezcan las garantías necesarias para que nunca más se vuelvan a repetir atrocidades similares.