Andalucía Opinión y blogs

Sobre este blog

La desastrosa situación de las listas de espera sanitarias en Andalucía

Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía

0

Es un hecho bien establecido que en determinadas enfermedades su pronóstico depende mucho del tiempo que se tarda en aplicar el tratamiento correcto desde la aparición del primer síntoma. Es evidente que si un paciente se opera dentro de un mes tras notar molestias abdominales y ser diagnosticado de cáncer de estómago, hay muchas más probabilidades de que sea curado que si la intervención fuera realizada a los once meses cuando ya se hayan desarrollado metástasis hepáticas.

Otro hecho, quizás menos nombrado, es el notable sufrimiento personal que induce la espera sanitaria. Cuando una persona nota que está enferma y los procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos se alargan excesivamente, esa espera se convierte en una tortura continúa. La incertidumbre ante la posibilidad de una enfermedad grave o de malos resultados de un tratamiento, pueden destrozar la estabilidad anímica del individuo afectado.

Las consecuencias de un excesivo retraso diagnóstico y de la aplicación de las medidas terapéuticas necesarias son distintas dependiendo de la índole de la enfermedad causal, pero habitualmente ese retraso tiene consecuencias muy serias para la persona. Esta es la gran importancia de las listas de espera sanitarias, de por qué se miden, por qué son un importante índice de la eficacia del sistema sanitario de un país y por qué califican la gestión de una administración sanitaria concreta.

Un repaso de los hechos

Todos los datos que se presentan en este informe -salvo que se referencie otro origen- están tomados en accesos de la página web del Ministerio de Sanidad, en concreto, en Indicadores clave del Sistema Nacional de Salud y en el Sistema de Información de Listas de Espera del Sistema Nacional de Salud. Cuando es procedente, estas fuentes ofrecen la siguiente nota aclaratoria: “Rotura de serie (diciembre 2018) por cambio en el cómputo en la Comunidad Autónoma de Andalucía”. Así pues, a partir de esa fecha, las series de datos son homogéneamente evaluables. Veamos los hechos:

1.  En el año 2023 y en Andalucía, solo el 13,4 % de los ciudadanos que pedían cita en Atención Primaria eran atendidos en las primeras 24-48 h tras la petición. Esa cifra representaba el penúltimo lugar de todas las Comunidades Autónomas (CCAA) del país. La media nacional era de 21,4 % y la comunidad donde existía menos retraso en la atención era Navarra con un 57 %. En Andalucía y en 2018, ese indicador se situaba en el 51,9 %.

2.   En junio de 2024 y en Andalucía, el número de pacientes en espera por 1000 habitantes para una primera consulta de Atención especializada era de 101,5. Ese dato se situaba en el lugar 15 de las 17 CCAA del país. La media nacional era de 83,8 y la comunidad con menos pacientes en espera era Castilla La Mancha con 28,8.

Como se aprecia, la evolución de ese indicador en los últimos años y en Andalucía ha empeorado notable y progresivamente a partir de 2018.

3.  Para junio de 2024 y en Andalucía, el tiempo medio de espera para una cita de Atención especializada era de 135 días. Era la espera más larga entre todas las CCAA del país con excepción de Canarias (147 días). La media nacional de ese indicador es de 94 días y la comunidad con menos espera para esa citación es el País Vasco con 49 días.

Como se observa, ese tiempo de espera ha empeorado notablemente en los últimos años en Andalucía y muy por encima de la media nacional.

4. Para junio de 2024 y en Andalucía, el número de pacientes en espera por 1000 habitantes para una intervención quirúrgica no urgente es de 24,4. Ello representa la peor cifra de todas las CCAA del país a excepción de Cantabria (29,2). La media nacional de esa tasa es de 17,9.

De nuevo vuelve a constatarse el notable aumento del número de pacientes / 1000 habitantes en espera de una intervención quirúrgica en Andalucía en los últimos años y que esa evolución ha sido bastante peor que la media de todo el país.

5.    Para junio de 2024 y en Andalucía, el tiempo medio de espera para una intervención quirúrgica no urgente era de 169 días. Ello representa la espera más larga entre todas las CCAA del país. La media nacional de esa tasa es de 121 días.

Vuelve a constatarse otra vez el empeoramiento del tiempo de espera en Andalucía en los últimos años hasta situarse en los alarmantes niveles actuales y claramente por encima de la media nacional.

El subgrupo de pacientes con tiempo de espera para cirugía no urgente superior a 6 meses era en Andalucía el mayor del país con un 31,6 % (del total de enfermos en lista de espera quirúrgica). El valor medio en todo el estado es de 20,5. Este indicador era en 2017 en Andalucía del 8,7 %, pero a partir de 2018 experimentó un notable aumento hasta situarse en los niveles actuales.

Actualmente, en España las listas de espera se han convertido en un problema sanitario de primer orden. En todo el país la situación de la espera sanitaria es grave. Pero en Andalucía ha llegado ya a límites escandalosos.

Creemos que los datos aquí presentados, que pueden ser consultados por cualquiera, demuestra un estrepitoso fracaso en la gestión sanitaria del actual gobierno de la Junta de Andalucía. El empeoramiento de los indicadores analizados en los últimos años y el hecho de que los resultados en otras CCAA son sustancialmente mejores, demuestran la desastrosa política sanitaria que se hace actualmente en esta comunidad. La situación ha llegado a límites tan inquietantes que recientemente

La Coordinadora andaluza de las Mareas Blancas ha presentado ante la Fiscalía de las ocho provincias andaluzas la solicitud de una investigación que aclare si los derechos legales de los ciudadanos andaluces son vulnerados por unas esperas sanitarias tan prolongadas. Esa petición ha sido desestimada por la Fiscalía, pero el debate está planteado porque lo que no cabe duda es que estas listas de espera tan excesivas inducen un gran riesgo para las personas afectadas.

Cabe preguntarse, ¿los hechos descritos son el resultado de incompetencia o hay además otros motivos? Es un hecho bien conocido que el deterioro del Sistema Sanitario Público provoca una desviación a utilizar los recursos de la medicina privada. En Andalucía, el número de seguros privados aumenta anualmente de forma progresiva y la privatización sanitaria en esta comunidad ha crecido de forma vertiginosa en los últimos años: Actualmente, es la 4ª CCAA del país en cuanto a su grado de privatización sanitaria, cuando en 2019 ocupaba el lugar 13. En cuanto a intervenciones quirúrgicas se refiere y en los últimos años, su número ha ido aumentando en centros privados concertados y disminuyendo en los hospitales públicos como se aprecia en el gráfico (datos hasta 2022):

Este desastroso deterioro de los servicios sanitarios públicos en Andalucía ha inducido un clamor popular reivindicativo que cada vez es más potente. El pasado 17 de noviembre decenas de miles de andaluces coparon las calles de las capitales de provincia reclamando un cambio drástico de política sanitaria que la haga más eficaz y más equitativa y un cese tajante de las privatizaciones del sistema.

Y la acción popular ya está convocada. El Sistema Sanitario Público que conocimos está siendo desmantelado. En las próximas elecciones autonómicas tenemos que preguntarnos qué alternativa política defiende mejor un Sistema Sanitario Universal, 100% Público y de Calidad. Los aspectos esenciales de ese sistema están ya definidos y señalados. Y debemos votar en consecuencia.

Manuel Torres Tortosa. Ex jefe de sección (jubilado) de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario Punta de Europa, Algeciras (Cádiz).

José Antonio Brieva Romero. Ex jefe de servicio (jubilado) de Inmunología Clínica. Hospital Universitario Puerta del Mar, Cádiz.

Antonio Vergara de Campos. Ex jefe de sección (jubilado) de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz).

Es un hecho bien establecido que en determinadas enfermedades su pronóstico depende mucho del tiempo que se tarda en aplicar el tratamiento correcto desde la aparición del primer síntoma. Es evidente que si un paciente se opera dentro de un mes tras notar molestias abdominales y ser diagnosticado de cáncer de estómago, hay muchas más probabilidades de que sea curado que si la intervención fuera realizada a los once meses cuando ya se hayan desarrollado metástasis hepáticas.

Otro hecho, quizás menos nombrado, es el notable sufrimiento personal que induce la espera sanitaria. Cuando una persona nota que está enferma y los procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos se alargan excesivamente, esa espera se convierte en una tortura continúa. La incertidumbre ante la posibilidad de una enfermedad grave o de malos resultados de un tratamiento, pueden destrozar la estabilidad anímica del individuo afectado.