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¿Día de la Paz o Día de las Víctimas del Terrorismo?

Marina Jiménez

Presidenta de CODAPA —
24 de enero de 2024 12:36 h

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Supongo que ya habrán leído las instrucciones enviadas desde la Consejería de Desarrollo Educativo y FP para el Día de la Paz. Habitualmente, en los centros educativos se trabaja con esta efeméride desde la promoción de la cultura de paz, la prevención de la violencia y la mejora de la convivencia escolar, fundamentándose en lo recogido en la Constitución española y en el Estatuto de autonomía andaluz de conformidad con la Declaración Universal de los derechos humanos. Son décadas de trabajo desde la red Escuela de Paz, coordinadas desde el Servicio de Convivencia e igualdad.

Ahora, las familias y el resto de la comunidad educativa nos encontramos en los medios de comunicación con un gran alboroto, producto de la última decisión del Gobierno de Moreno Bonilla. Hay que poner sobre la mesa que nuestra comunidad autónoma se convirtió en una más al recibir a menores y familias ucranianas huidas de la guerra hace casi dos años. Nos volcamos de manera solidaria ante esta tragedia, acogiendo a estos menores también en nuestras comunidades educativas. Fue una experiencia donde se puso en valor la convivencia, la solidaridad y la respuesta ante una guerra muy cercana y que continúa aún. Además, nuestra tierra tiene una larga trayectoria de unión y acogida de niños y niñas de muchas partes del mundo: en su día desde Bielorrusia y desde hace décadas desde el Sáhara. Acogidas de las que en muchas ocasiones las AMPAs andaluzas somos colaboradoras necesarias.

Actualmente, nuestros hijos e hijas viven una época histórica llena de conflictos, con una violencia que asusta y pone la piel de gallina, y que requiere, más que nunca, una educación que haga hincapié en el respeto, la diversidad, la solidaridad y la tolerancia, huyendo del auge de discursos de otra época.

No debemos dejar pasar y exponer nuestro malestar porque el Gobierno autonómico meta sus necesidades e intereses partidistas en nuestras aulas, siguiendo una inercia más a nivel estatal que andaluz

Una efeméride como la del día 30 debe mantener su espíritu transversal a todo el currículum educativo, como ha sido hasta ahora. Que en estas nuevas instrucciones se pretendan justificar unas actividades argumentando su relación con el contenido curricular de unas asignaturas muy concretas y no troncales, no hace sino mostrar las costuras de sus intenciones.

No debemos dejar pasar y exponer nuestro malestar porque el Gobierno autonómico meta sus necesidades e intereses partidistas en nuestras aulas, siguiendo una inercia más a nivel estatal que andaluz.

Quizá abrir esta reflexión se quiera tergiversar o malinterpretar como una postura partidista por nuestra parte, pero recordemos que las familias de la educación pública andaluza, las mayoritarias, somos de todos los colores, de diversos orígenes y con distintas ideologías, y que es desde esta heterogeneidad que pedimos, con más ahínco aún si cabe, que no se le dé a nuestra educación tintes partidistas.

Por eso lanzamos estas preguntas abiertas, para promover un pensamiento crítico entre nuestras comunidades educativas. Las mismas que nos han trasladado padres y madres ante las declaraciones de la Consejera en prensa, sorprendidos quizás por este nuevo cariz de una efeméride que siempre ha suscitado una profunda unanimidad, lejos de polémicas.

¿Qué se busca cuando se quiere resaltar en esta efeméride el terrorismo de ETA? ¿Solo nos podemos acordar de una parte de las víctimas de su terrorismo? ¿No nos podemos acordar de las víctimas del 11M, de los atentados de Barcelona, de los de Londres?

¿Qué se busca cuando se quiere resaltar en esta efeméride el terrorismo de ETA? ¿Solo nos podemos acordar de una parte de las víctimas de su terrorismo? ¿No nos podemos acordar de las víctimas del 11M, de los atentados de Barcelona, de los de Londres? España ha sido un país muy castigado por el terrorismo, de diversa índole, pero lo cierto es que ahora somos una sociedad que vive una realidad muy diferente a la de hace más de una década. Lejos quedaron las encuestas donde los resultados señalaban el terrorismo como una de las principales preocupaciones para la ciudadanía. Tal vez, los miedos actuales van por otro sitio, como por la emergencia climática, el auge de discursos de odio, la violencia machista y el resto de conflictos bélicos del mundo.

Y es que actualmente hay 60 guerras activas en el mundo y todos los días vemos la masacre que se está llevando a cabo en Gaza, con imágenes durísimas de niños y niñas muertos y heridos. Están destruyendo al pueblo palestino, sus vidas, sus escuelas, sus hospitales y su historia. Por esto es por lo que nos preguntan nuestros hijos e hijas en el día a día, y a sus preguntas de cómo es posible que pase esto en pleno siglo XXI es a las que familias y profesorado queremos darle respuesta también desde la escuela. En este año, al igual que en el 2022 con el conflicto ucraniano, esta efeméride y sus valores transversales tienen más importancia que nunca en nuestros colegios e institutos.

Pongamos en valor el trabajo que se hace en los centros educativos, donde profesorado, equipos directivos y familias trabajamos día a día y somos conocedoras de la normativa educativa y muy conscientes de nuestras funciones, así como de nuestras responsabilidades. Confiemos en la autonomía de nuestros centros y sigamos trabajando en el espacio que tenemos para ello, el consejo escolar, máximo órgano de gobierno de cada colegio e instituto en Andalucía.

 

Supongo que ya habrán leído las instrucciones enviadas desde la Consejería de Desarrollo Educativo y FP para el Día de la Paz. Habitualmente, en los centros educativos se trabaja con esta efeméride desde la promoción de la cultura de paz, la prevención de la violencia y la mejora de la convivencia escolar, fundamentándose en lo recogido en la Constitución española y en el Estatuto de autonomía andaluz de conformidad con la Declaración Universal de los derechos humanos. Son décadas de trabajo desde la red Escuela de Paz, coordinadas desde el Servicio de Convivencia e igualdad.

Ahora, las familias y el resto de la comunidad educativa nos encontramos en los medios de comunicación con un gran alboroto, producto de la última decisión del Gobierno de Moreno Bonilla. Hay que poner sobre la mesa que nuestra comunidad autónoma se convirtió en una más al recibir a menores y familias ucranianas huidas de la guerra hace casi dos años. Nos volcamos de manera solidaria ante esta tragedia, acogiendo a estos menores también en nuestras comunidades educativas. Fue una experiencia donde se puso en valor la convivencia, la solidaridad y la respuesta ante una guerra muy cercana y que continúa aún. Además, nuestra tierra tiene una larga trayectoria de unión y acogida de niños y niñas de muchas partes del mundo: en su día desde Bielorrusia y desde hace décadas desde el Sáhara. Acogidas de las que en muchas ocasiones las AMPAs andaluzas somos colaboradoras necesarias.