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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Obedecer el mandato de las urnas

Desde 1889, el Día Internacional del Trabajo ha ido adaptándose a las diferentes etapas vividas en nuestro país, pero siempre, de un modo u otro, ha tenido un hilo conductor: el de reivindicar los derechos laborales y unas condiciones de vida dignas para la clase trabajadora.

Este Primero de Mayo, hemos de seguir reivindicando cuestiones que tendrían que estar más que superadas tras más de un siglo desde su origen y de 40 años de democracia en España. En CCOO tenemos el convencimiento de que las personas tienen que estar por encima de los intereses económicos, de que la agenda social y el mundo del trabajo han de ser centrales en la agenda política de España y, especialmente, de Andalucía.

En nuestra comunidad, la brecha salarial continúa por encima del 23%, un 12,61% de los hogares tiene a todos sus miembros en paro, sufrimos una tasa de temporalidad en el empleo del 34,9%, una de cada dos personas no llega a 1000 euros de salario y el 46% de la población trabajadora está por debajo del Salario Mínimo Interprofesional.

Es intolerable que cuando más falta le hace a las personas, cuando se sufre el desempleo debido la crisis provocada por los poderes dominantes, se recorten los presupuestos en materia de protección social. Pero más vergonzoso es, si cabe, que una de cada cuatro personas trabajadoras sean pobres y no tengan suficientes recursos para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia, y que el escenario laboral, donde las empresas imponen a las personas una realidad de abuso comenzando por el fraude en la contratación, esté marcado por la precariedad y los salarios de miseria.

Tras las elecciones generales, para el movimiento sindical es primordial extraer las conclusiones del mandato que proyectan las urnas: conformar un Gobierno progresista y estable, con una Agenda Social que apueste por el empleo de calidad y la igualdad, por un reequilibrio de las relaciones laborales derogando las últimas reformas impuestas en la crisis, por garantizar unas pensiones públicas dignas y por el refuerzo de los servicios públicos como son la sanidad, la educación o la atención a la dependencia. Para ello, es imprescindible articular una fiscalidad justa y progresiva para que pague más quien más gane o tenga.

No se puede obviar a las personas trabajadoras

En Andalucía, tenemos el triste récord de estar en el pódium del desempleo, y las políticas del Gobierno andaluz en nada están contribuyendo al bienestar de la clase trabajadora, con bajadas y eliminación de impuestos que benefician a una minoría con mayor nivel de renta que comprometen la calidad y sostenibilidad de nuestros servicios públicos. En este sentido, los resultados electorales impugnan su gestión y envían un mensaje de rechazo a su política de imposición unilateral, de favorecer a las rentas más altas y de noquear los servicios públicos. El Gobierno andaluz no puede obviar a las personas trabajadoras, porque tienen derecho a participar de las políticas que van a afectar a sus vidas. Estamos en momentos históricos en los que el diálogo será imprescindible, y en particular el diálogo social, algo que el Gobierno de Andalucía no puede ni debe descuidar.

CCOO ha sido consciente desde el primer momento de la importancia de estas elecciones y por ello hicimos un llamamiento masivo a las personas trabajadoras para que decidieran su futuro y el modelo social en el que querían vivir. Y han votado. Por tanto, ahora toca que los partidos sean corresponsables con el mandato de las urnas configurando un Gobierno sólido y de izquierdas que piense en el progreso y en dar respuestas a las necesidades de las personas. Las urnas reclaman un necesario y urgente giro social que acabe con la desigualdad creciente, la precariedad y el empobrecimiento de la gente y ponemos la vista en las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo, porque son citas decisivas igualmente, donde se deciden desde lo más cercano hasta lo más lejano y nos afecta de manera muy directa.

Este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, vamos a reivindicar con más fuerza que nunca, llenando las calles, exigiendo que en el BOE y el BOJA se escriban derechos sociales y laborales, reivindicando que el empresariado deje de escudarse en las políticas afines a sus intereses puestas en marcha en Andalucía y reclamando que las personas trabajadoras participen de los beneficios empresariales mejorando su salario y sus condiciones de vida.

Es el momento de alcanzar más cohesión social, más igualdad y más derechos. Por todo ello, primero las personas.

Desde 1889, el Día Internacional del Trabajo ha ido adaptándose a las diferentes etapas vividas en nuestro país, pero siempre, de un modo u otro, ha tenido un hilo conductor: el de reivindicar los derechos laborales y unas condiciones de vida dignas para la clase trabajadora.

Este Primero de Mayo, hemos de seguir reivindicando cuestiones que tendrían que estar más que superadas tras más de un siglo desde su origen y de 40 años de democracia en España. En CCOO tenemos el convencimiento de que las personas tienen que estar por encima de los intereses económicos, de que la agenda social y el mundo del trabajo han de ser centrales en la agenda política de España y, especialmente, de Andalucía.