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La insignificancia de la Andalucía de Susana Díaz
Un andaluz con sentido de pueblo no puede olvidar nuestro tortuoso pasado, las imposiciones del régimen, el aplastamiento del centralismo, la utilización chabacana de nuestra cultura, la explotación y el exilio de nuestras gentes y el ansia de soberanía popular, de emancipación como pueblo (pedid tierra y libertad, dice nuestro himno), que hizo que hoy seamos reconocidos legalmente en el Estado español como una nacionalidad histórica.
Me toca un #4D, justo en este contexto, fuera de casa, pero muy cerca de Andalucía. En Barna. Qué mejor que rendir homenaje a Blas Infante en el Parc de la Guineueta, donde este busto honra su figura. Blas Infante, “padre de la patria andaluza”, visitó en 1934 a Companys, en el penal de El Puerto de Santa María; algo más tarde, en 1936, iniciados los trabajos de la junta que redactaría nuestro primer Estatuto de autonomía, Infante fue fusilado.
De hecho, en el 36, ya no vivía ninguno de los dos. En 1977, el pueblo andaluz se desbandó en manifestaciones masivas, recogiendo el calor de las ascuas de aquel proceso autonomista republicano, para exigir autogobierno, soberanía, libertad, respeto, igualdad. Calles abarrotadas, corazones llenos. República (entonces la lograron), Federal (en aquellos momentos es en lo que estábamos). El pueblo andaluz, en aquellos años, sufrió la represión, el crimen (Caparrós, in memorian), y la violencia del régimen franquista.
No nos quedaríamos como en el 36. Y nuestra movilización torció la hoja de ruta de Madrid (y Barcelona), referéndum incluido, para que pudiéramos dotarnos de figuras legislativas, instituciones propias y competencias plenas, como los que más. No pedimos; sino exigimos. No esperamos; sino anticipamos, provocamos. Y lo legal, a través de lo político, encontró acomodo. 3 años después, el 28F, la fecha oficial del Gobierno andaluz, 40 años casi bajo el mismo partido, se celebró un referéndum que, en principio, no tenía acomodo legal, pero para el que el Gobierno central encontró fórmulas de respeto e integración, buscó lugares de encaje y desarrollo. Curioso que la UCD de aquel momento fuera más honda que sus herederos en el gobierno de hoy.
¿Qué pensaría el padre de nuestra patria acerca del papel de Andalucía hoy? ¿De su lugar en el mundo? ¿De la labor de sus instituciones? ¿De nuestro nivel de desarrollo económico? ¿Humano? ¿Democrático? ¿Y territorialmente? Por lo que perdieron la vida Infante y Caparrós, pero tantos otros/as anònimos héroes y heroínas, a lo largo del tiempo, también. ¿Qué pensaría Infante del papel de Andalucía en la actual crisis territorial? El espacio subsidiario, sin perfil, insignificante, sin ofrecer, exigir, tercera vía, diálogo político, del Gobierno andaluz, en esta crisis territorial.
No sólo andamos más lejos que nunca de los objetivos de aquellas luchas: ser libres, elegir nuestro destino, para brillar, alumbrar a la humanidad, dice el himno, vivir plenamente, ser felices; sino que andamos más lejos que nunca de nosotros mismos, de nuestro propio pasado, de nuestros propios héroes, de nuestras propias madres patrias y de la sangre propia de aquellos que la derramaron ayer por nosotros ahora y por el futuro de nuestros hijos/as mañana.
Andalucía debe alzar la voz con rotundidad, ejercer de contrapeso, proclamar que la independencia, la DUI, es una locura y una trampa demagógica, pero al mismo tiempo debe exigir al Gobierno central que se abran cauces, que se acuda al diálogo (sin renunciar a la ley en la forma) pero atendiendo a las necesidades en el fondo, que se reconstruyan puentes, y se trabaje políticamente por una salida de encuentro. Exactamente lo que ha hecho el Gobierno vasco.
Por mi parte, admirado Blas Infante, espero que todo el sufrimiento que pasaste para que nuestro pueblo tuviera las riendas de su propio futuro, no sea en balde, ni se siga utilizado tu estela torticeramente por el sistema de poder psoista en Andalucía. Que si bien ha utilizado tu nombre y tu figura hasta la saciedad, hoy también es el mayor apoyo de la peor versión de gobierno central de los últimos 40 años: la de M. Rajoy. Aquí, lejos de la tierra, pero cerca de Andalucía, te honro, tan lejos y tan cerca, de nuestra soberanía: ¡Viva Andalucía libre!
Tasio Oliver es alcalde de Castilleja de Guzmán (Sevilla)
Un andaluz con sentido de pueblo no puede olvidar nuestro tortuoso pasado, las imposiciones del régimen, el aplastamiento del centralismo, la utilización chabacana de nuestra cultura, la explotación y el exilio de nuestras gentes y el ansia de soberanía popular, de emancipación como pueblo (pedid tierra y libertad, dice nuestro himno), que hizo que hoy seamos reconocidos legalmente en el Estado español como una nacionalidad histórica.
Me toca un #4D, justo en este contexto, fuera de casa, pero muy cerca de Andalucía. En Barna. Qué mejor que rendir homenaje a Blas Infante en el Parc de la Guineueta, donde este busto honra su figura. Blas Infante, “padre de la patria andaluza”, visitó en 1934 a Companys, en el penal de El Puerto de Santa María; algo más tarde, en 1936, iniciados los trabajos de la junta que redactaría nuestro primer Estatuto de autonomía, Infante fue fusilado.