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La memoria histórica entra en las aulas

1 de marzo de 2023 19:38 h

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Soy de esos que suele reiterar aquel viejo argumento sobre que “el pueblo que desconoce su historia, está condenado a repetirla”.

Es esta la razón por la que es tan importante conocer lo que ocurrió durante la represión franquista en la Guerra Civil y posterior Dictadura como clave para garantizar que nunca vuelvan a repetirse hechos similares. El relato histórico que nos quedó de aquel episodio fue el que heredamos de los que ganaron aquel conflicto bélico y que, por ello, fueron primados durante la Dictadura, los victimarios. Sin embargo, apenas hemos recibido durante años la percepción de los que perdieron, el relato de las víctimas, plagado de sufrimiento y muerte silenciados por la mano represora y carentes de una justicia reparadora.

Alemania es un país que siempre estará marcado por la época de Adolf Hitler, precursor del nacionalcatolicismo, una ideología que llevó a la persecución y asesinato de judíos y otras minorías desde mitad de los años 30 del siglo pasado. Las cifras que manejan los dos principales centros de documentación del Holocausto, el Yad Vasen de Jerusalén y el Museo del Holocausto de Washington, hablan del exterminio de 17´6 millones personas (6 millones de estas, judías).

Casi un siglo después de uno de los mayores crímenes contra la humanidad, el currículo escolar alemán habla de que se debe enseñar convenientemente a los alumnos en los colegios lo terrible de la época de Adolf Hitler, de cómo se forjó el antisemitismo y del papel de los nazis durante la II Guerra Mundial. El conocimiento de la Verdad desde edades tempranas a través de las políticas educativas.

De esta forma, el Decreto de Berlín dice textualmente que “la misión de las escuelas es llevar a los estudiantes a su máximo potencial (…). El objetivo debe ser el desarrollo de personalidades capaces de oponerse decididamente a la ideología nacionalcatolicista y a todas las doctrinas destinadas a la tiranía”. Por eso no es posible que se deje para final de curso o aborde parcialmente un tema como el nazismo. Como, por el contrario, sí ocurre en España con el estudio de la Guerra Civil y la Dictadura franquista en la enseñanza del bloque de contenidos referentes a la historia contemporánea española.

La diferencia es que en Alemania el nazismo perdió la guerra y en España, el franquismo la ganó. Por ello, existen grandes diferencias en cómo se enseña el franquismo en las aulas españolas

Las leyes educativas son diferentes en cada Estado Federado pero en todos hay consenso sobre lo horrible que fue el Holocausto y así se debe enseñar.

Junto al nazismo en las aulas alemanas también se estudian otros totalitarismos como el fascismo italiano y el franquismo español.

La diferencia es que en Alemania el nazismo perdió la guerra y en España, el franquismo la ganó. Por ello, existen grandes diferencias en cómo se enseña el franquismo en las aulas españolas: sus contenidos curriculares actuales suelen ser excesivamente “neutrales” con el franquismo. Lo tratan como una época más y no podemos olvidar que nació de un Golpe de Estado que se dio contra una República votada por el pueblo. Todo esto teniendo en cuenta que es habitual tocar estos temas relegados a finales de curso y obviados por el profesorado. Como se obvia la formación del profesorado en estos temas junto al relato histórico de las víctimas, prevaleciendo el relato de los victimarios que ganaron la guerra.

La educación, por tanto, es importante. Se debe enseñar para recordar que nunca debe volver a ocurrir. Los países que menos memoria histórica tienen son los que poseen una extrema derecha más fuerte.

La izquierda española ha dado varias muestras de que esto lo tiene muy claro con el reciente impulso de normas donde, entre otras cosas, se hace referencia a la enseñanza escolar de la memoria histórica y democrática, así como a las medidas para la formación del profesorado en sus articulados (Ley Andaluza 2/2017 de 28 de marzo de Memoria Histórica y Democrática -Art. 47- y Ley 20/2022 de 19 de octubre de Memoria Democrática -Art. 44-).

Ambas normas se fundamentan en los principios de Verdad, Justicia, Reparación y Garantía de No Repetición, así como en los valores democráticos de concordia, convivencia, pluralismo político, derechos humanos, cultura de paz e igualdad de hombres y mujeres.

No ocurre lo mismo en la derecha española que habitualmente anuncian su futura derogación cuando les sea posible u obvian sus mandatos legales en las comunidades autónoma donde gobiernan.

Así ocurre con la enseñanza de la memoria histórica y democrática en las aulas escolares públicas andaluzas donde, desde que entró el Partido Popular en el Gobierno Andaluz, apenas se oferta al profesorado formación específica en materia de memoria histórica ni se desarrolla este tema en los contenidos curriculares.

De esta forma, sólo el 0,13 % de los 107.000 profesores andaluces se ha servido de las actividades formativas que los 32 centros que componen el Sistema Andaluz de Formación Permanente del Profesorado ofrecen a través de proyectos de formación.

Sólo 85 certificaciones en los tres cursos de 2019 a 2022, en los que gobierna el PP en Andalucía, han sido expedidas por la participación en grupos de trabajo en este caso a propuesta de profesores con inquietudes en la materia. Las certificaciones de grupos de trabajo en los tres últimos años a propuesta de los propios docentes casi superan las que ofrece la Junta de Andalucía para celebrar cursos y jornadas en materia de Memoria Histórica. Quedando prácticamente excluida esta materia de los planes de formación del profesorado pese a que la ley le obliga.

Se le fueron cerrando puertas a la huida de la derecha de este mandato legal. Ante lo cual, ésta ideó una nueva “tropelía institucional

La Junta, pese a que la Memoria Histórica ha desaparecido de las líneas estratégicas de formación del profesorado de los centros docentes, ofrece casi la misma formación a los profesores que la que estos mismos se proponen en grupos de trabajo de no más de 10 docentes. El director general de Tecnologías Avanzadas y Transformación Educativa reconoció que en los cursos de 2019 a 2022 sólo se han expedido 135 certificaciones individuales de asistencia a cursos de Memoria Histórica y 85 certificaciones también individuales mediante grupos de trabajo en su centro, éstos últimos a petición del interesado ante el correspondiente centro del profesorado.

Debemos recordar que, con motivo del mandato de la Ley Andaluza, en marzo de 2018 se creó un Equipo de Coordinación Pedagógica de Memoria Democrática por varios departamentos de la Junta para la elaboración de recursos didácticos en la materia con el fin de su inclusión transversal en el currículo escolar y que se encargaría de desarrollar el trabajo y de formar el profesorado tal y como se expresaba en aquellas líneas estratégicas de formación de agosto de 2018. Pero con la llegada del PP al gobierno andaluz todo se paralizó.

Con la aprobación de la Ley 20/2022 de 19 de octubre de Memoria Democrática, este mandato legal adquiere rango de normativa estatal. Ésta en el Art. 44.1 dice textualmente que “El sistema educativo español incluirá entre sus fines el conocimiento de la historia y de la Memoria Democrática española y la lucha por los valores y libertades democráticas desarrollando en los libros de texto y materiales curriculares la represión que se produjo durante la Guerra y la Dictadura.

A tal efecto, se procederá a la actualización de los contenidos curriculares para ESO, FP y Bachillerato“.

Así, se le fueron cerrando puertas a la huida de la derecha de este mandato legal. Ante lo cual, ésta ideó una nueva “tropelía institucional” que supone un golpe a la autonomía pedagógica de los centros escolares públicos andaluces y ataques a la libertad de expresión y de cátedra en éstos.

El pasado 19 de enero de 2023, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, a través de sus Delegaciones Territoriales, traslada una circular a los directores de centros escolares públicos andaluces en la que les advierte que ante las peticiones de visitas a los centros docentes públicos por entidades y personalidades públicas o privadas ajenos a la Consejería, tendrán que ser comunicadas por las direcciones de los centros, siempre que sea posible, con suficiente antelación a las Delegaciones Territoriales.

Desde el mismo momento de la comunicación, la organización de la visita, como el contacto con la entidad o personalidades que la realizan se llevará a cabo desde las Delegaciones Territoriales que establecerán las directrices oportunas y trabajarán de forma coordinada con las direcciones de los centros docentes públicos. Advirtiéndoles entre otras cosas que en ningún caso se podrán realizar visitas a las aulas, salvo que estén enmarcadas en actividades de carácter pedagógico previamente autorizadas por el Consejo Escolar del Centro.

Cambios legales

Volverá a ser el Gobierno de España, como ya viene ocurriendo con las exhumaciones de fosas comunes quien tendrá que darle salida a esta situación ante la inacción del PP en las comunidades donde gobierna, entre las que se encuentra Andalucía.

Así, ya se han hecho los cambios legales pertinentes para que la Memoria Democrática entre en la escuela. La aprobación de la Ley Orgánica 3/2020, de 29 diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación; el Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, en cuyo articulado (art. 26), respecto a lo referido en líneas anteriores, se hace referencia a la autonomía pedagógica de los centros.

Y el R.D. 243/2022, de 5 de abril, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato, en las competencias específicas de la materia sobre Historia de España, se hace referencia a la IIª República, a sus grandes cambios estructurales y a la transformación democrática. Y, por otro lado, se hace referencia al Golpe de Estado contra esta y que dio paso a la Guerra Civil y posterior dictadura franquista, equiparándola a otros sistemas autoritarios y totalitarios que utilizó la represión y motivó la resistencia y el exilio.

Además, este Real Decreto incorpora entre estas materias específicas la Memoria Democrática y el reconocimiento de las acciones y movimientos en favor de la libertad en la Historia contemporánea de España, la conciencia de los hechos traumáticos y dolorosos del pasado y el deber de no repetirlos. Así como el reconocimiento, reparación y dignificación de las víctimas y el conocimiento de los Lugares de Memoria.

Por último, en su Artículo 26 también hace referencia a la Autonomía Pedagógica de los Centros.

Soy de esos que suele reiterar aquel viejo argumento sobre que “el pueblo que desconoce su historia, está condenado a repetirla”.

Es esta la razón por la que es tan importante conocer lo que ocurrió durante la represión franquista en la Guerra Civil y posterior Dictadura como clave para garantizar que nunca vuelvan a repetirse hechos similares. El relato histórico que nos quedó de aquel episodio fue el que heredamos de los que ganaron aquel conflicto bélico y que, por ello, fueron primados durante la Dictadura, los victimarios. Sin embargo, apenas hemos recibido durante años la percepción de los que perdieron, el relato de las víctimas, plagado de sufrimiento y muerte silenciados por la mano represora y carentes de una justicia reparadora.