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Pint of Science Sevilla 2018: Qué hace un científico como tú en un bar como este
Desde hace unos años, desde mayo de 2011, más o menos, me dedico a la divulgación científica en casi todos los formatos posibles. Unos con más y otros con menos éxito. Y me gusta. Y estoy convencida de que cada día que pasa es más necesario. Podría tirarme el farol de que comencé a divulgar porque así lo establece el artículo 38 de la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, publicada en BOE núm. 131, del 2 de junio de 2011. Pero no, no fue por eso. Yo empecé a divulgar cuando mis hijos tenían 6 y 8 años porque descubrí que existía un público al que contar matemáticas distinto de mis estudiantes o mis compañeros de profesión. Y, mira, de paso, cumplimos con la jefatura del Estado. Empecé por mis hijos, sí, pero continúo porque cada vez, como he dicho antes, se me antoja más necesario dotar a la sociedad de cultura y conocimiento científico. Una sociedad bien informada es siempre más libre y menos manipulable.
A partir del lunes 14 y hasta el miércoles 16 de mayo, en 56 ciudades españolas, se celebrará el festival de divulgación científica Pint of Science y, por segundo año consecutivo, formo parte del grupo de 15 voluntarios que lo organizan en Sevilla. Durantes esos 3 días, desde las 19.30 hasta las 21.00 horas, en tres bares de Sevilla (Bulebar Café, Gallo Rojo y La Sra. Pop) se impartirán charlas de ciencia, rigurosas, divertidas y gratuitas. 18 investigadores (10 investigadoras y 8 investigadores) de distintos centros (CSIC, Universidad de Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, Universidad de Cádiz) entrarán en estos bares para contar, en lenguaje sencillo y ameno, las investigaciones que llevan a cabo en sus respectivos centros. Pero, ¿por qué?
¿Por qué entra un científico en un bar? Esto que suena como el chiste aquel de por qué la gallina cruzó la carretera podría tener un primera respuesta ingeniosa y con muy poca gracia: posiblemente porque el científico trabaja allí de camarero. Y es que en este país como pueden ver en la siguiente gráfica la ciencia está convaleciente y con riesgo de muerte.
En España la inversión en ciencia ha descendido a los niveles de 1999 y se sitúa en el 1,19% del PIB, la mitad de la UE. Tenemos 90.000 empleos menos de los que deberíamos tener en el sector científico. Como dicen, con razón, 300 científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el principal organismo de investigación biomédica en España, la Ciencia en España se muere. Es por esto que la respuesta a la pregunta de por qué entran los científicos en el bar tiene que ver más con buscar el apoyo de la sociedad en el sentido que María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, afirmaba no hace mucho en una entrevista: “Si la gente supiera que se puede hacer algo para acabar con las enfermedades (como es invertir en investigación) y que no se está haciendo, se rebelaría. Eso es lo que nos hace falta a los científicos: que la sociedad sea nuestra aliada.”
Por esa razón, principalmente, llevamos la ciencia a los bares, allí donde está la gente. Indudablemente estas charlas se organizan mejor y más fácilmente en los espacios que las universidades o los institutos de investigación disponen para ello pero es mucho más difícil conseguir que las personas ajenas a esto centros se ‘atrevan’ a entrar a una de estas salas de conferencia, posiblemente porque les puede imponer demasiado.
Hay que ir donde está la gente o donde la gente se puede encontrar, sin darse cuenta, en medio de esta ‘emboscada’ científica y disfrutar, sobre todo, disfrutar del gusto de aprender y conocer qué se está investigando con el escaso dinero que, de sus impuestos, dedica el Estado a la Ciencia. Pero, eso sí, en un ambiente relajado y alegre, narrando la belleza y la utilidad de las investigaciones presentadas. Queremos, como dice Blasco, que la sociedad sea nuestra aliada pero también que disfrute, que aprenda y que sepa en qué se invierte el dinero público que se destina a investigación y desarrollo. De paso, queremos mostrar que más allá del trapicheo que algunos mandatarios (y mandatarias) políticos tienen con algunos personajes infestos de algunas universidades, en la universidad pública española hay mucha gente honesta trabajando para mejorar nuestra vida, nuestra salud, nuestro bienestar, nuestro futuro, desarrollando nuevas técnicas de diagnóstico, nuevos tratamientos, y/o nuevos algoritmos; y no falsificando títulos académicos.
Estamos convencidos de que este país necesita mejorar su cultura científica y nos vamos a los bares de España para aportar nuestro granito de arena, esperando sembrar en los asistentes semillas de curiosidad científica que ellos consigan regar y hacer brotar buscando más divulgación científica en otros formatos más reposados, maÅ profundos y más extensos. Evidentemente con solo tres días al año no vamos a acabar con la incultura científica ni con los charlatanes de feria que venden productos milagrosos (como la homeopatía o el reiki) para la salud pero, parafraseando a Libertad, la amiga entusiasta activista de Mafalda, una pulga no puede picar a una locomotora pero puede llenar de ronchas al maquinista.
Tomen nota: del 14 al 16 de mayo, los bares de 56 ciudades españolas se llenarán de Ciencia y buen rollo. Busquen aquí cuáles son los bares de su ciudad. Por nuestra parte, en Sevilla, llenaremos de ciencia el Bulebar Café, el Gallo Rojo y La Sra. Pop.
¿Saben que más de la mitad de la biodiversidad de la Tierra está integrada por parásitos? ¿Que las hormigas son los animales más agresivos y belicosos que existen? ¿Se puede fabricar un órgano completo o tejido en el laboratorio? ¿Podemos cambiar nuestra herencia genética? Y si pudiésemos, ¿deberíamos? ¿Se puede detectar un glaucoma solo con el teléfono móvil? ¿De qué va eso de la detección temprana de catástrofes naturales? ¿Qué tienen que ver Guardiola con los hongos y los trenes? ¿Saben qué es exactamente un transgénico? Y CRISPR, ¿qué es eso de la edición genética con CRISPR? ¿Podemos predecir las invasiones biológicas antes de que se produzcan y evitarlas?
Todas estas preguntas más las que surjan serán respondidas por expertos en los bares de Pint of Science Sevilla 2018. Vengan a disfrutar de la ciencia en un ambiente alegre y distendido y, quién sabe, igual hasta se llevan un regalito (libro o camiseta) de regalo a casa. Déjense seducir por los progresos científicos y olvidar por un rato este incompresible momento histórico que vivimos.
Nos vemos en los bares.
Desde hace unos años, desde mayo de 2011, más o menos, me dedico a la divulgación científica en casi todos los formatos posibles. Unos con más y otros con menos éxito. Y me gusta. Y estoy convencida de que cada día que pasa es más necesario. Podría tirarme el farol de que comencé a divulgar porque así lo establece el artículo 38 de la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, publicada en BOE núm. 131, del 2 de junio de 2011. Pero no, no fue por eso. Yo empecé a divulgar cuando mis hijos tenían 6 y 8 años porque descubrí que existía un público al que contar matemáticas distinto de mis estudiantes o mis compañeros de profesión. Y, mira, de paso, cumplimos con la jefatura del Estado. Empecé por mis hijos, sí, pero continúo porque cada vez, como he dicho antes, se me antoja más necesario dotar a la sociedad de cultura y conocimiento científico. Una sociedad bien informada es siempre más libre y menos manipulable.
A partir del lunes 14 y hasta el miércoles 16 de mayo, en 56 ciudades españolas, se celebrará el festival de divulgación científica Pint of Science y, por segundo año consecutivo, formo parte del grupo de 15 voluntarios que lo organizan en Sevilla. Durantes esos 3 días, desde las 19.30 hasta las 21.00 horas, en tres bares de Sevilla (Bulebar Café, Gallo Rojo y La Sra. Pop) se impartirán charlas de ciencia, rigurosas, divertidas y gratuitas. 18 investigadores (10 investigadoras y 8 investigadores) de distintos centros (CSIC, Universidad de Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, Universidad de Cádiz) entrarán en estos bares para contar, en lenguaje sencillo y ameno, las investigaciones que llevan a cabo en sus respectivos centros. Pero, ¿por qué?