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Una sociedad civil fragmentada no puede avanzar

Catedrático de Universidad en el Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla —
7 de abril de 2024 21:58 h

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En la sociedad actual de los países democráticos es muy común observar un apoyo mayoritario a las instituciones y valores de la democracia y un sentimiento de desconfianza hacia la política, los partidos y los políticos profesionales. Es algo que ha ido creciendo en los últimos años.

Una posible explicación a esta paradoja se puede encontrar en la frustración ante los resultados de la política. Especialmente cuando las fuerzas políticas se revelan incapaces de garantizar un modelo de sociedad y de desarrollo económico que satisfaga a sus votantes. Esto es especialmente preocupante en la parte progresista de la sociedad. Esta desconfianza hacia los partidos políticos progresistas, basada en la falta de efectividad para conseguir los objetivos que pregonan, se está canalizando en muchos casos hacia el alejamiento de la política. Esto hace que muchos votantes de partidos progresistas pasen al bloque, ya muy grande, de la abstención. 

En otros muchos casos la desconfianza hacia los partidos políticos progresistas se ha ido orientando hacia la búsqueda de reivindicaciones específicas y renunciando a buscar objetivos globales para la mayoría social. La sociedad civil progresista se ha ido fragmentando en movimientos, progresistas si, pero aislados uno de otros y sin objetivos comunes para alcanzar las mayorías parlamentarias necesarias. Ecologistas, feministas, memorialistas, jubilados, etc. son ejemplo de lo que decimos. Además con una amplia fragmentación dentro de cada movimiento.

Una tercera manera en la que se está manifestando la desconfianza hacia los partidos políticos progresistas es en el sentimiento de derrota de una buena parte de la sociedad civil progresista. Es lo que muchos manifiestan como la imposibilidad de cambiar las cosas en general y en Andalucía en particular. Asumen y difunden que todo está controlado por el actual Gobierno del PP y sus redes clientelares y que así no se puede hacer nada.

Ser simplemente ecologista, feminista, memorialista, jubilado, etc. sin una perspectiva global es insuficiente. Insuficiente para conseguir las mayorías parlamentarias necesarias

Los medios de comunicación, controlados en su mayoría por intereses que pretenden mantener los privilegios de unos pocos, difunden y aumentan el mensaje de que todos los políticos son iguales. Que no se puede confiar en ninguno. Este mensaje, aceptado e interiorizado en muchos casos por los sectores progresistas, está produciendo desafección hacia la política, aumento de los ciudadanos que no votan o como mucho militan en movimientos que luchan por causas justas, pero sin objetivos globales para conquistar las mayorías parlamentarias necesarias.

Pero la cruda realidad nos indica que sin mayorías parlamentarias amplias que puedan cambiar las leyes por otras más justas, que puedan formar gobiernos que velen por los intereses de la mayoría social, es imposible avanzar. Creo que ser simplemente ecologista, feminista, memorialista, jubilado, etc. sin una perspectiva global es insuficiente. Insuficiente para conseguir las mayorías parlamentarias necesarias.

Con esto no estoy defendiendo la formación de una única coalición electoral de todas la fuerzas y movimientos progresistas. En el momento actual en Andalucía eso no sería viable y, además, creo que es contraproducente.

Lo que estoy defendiendo es la idea de que podemos cambiar esta situación. De que es posible volver a tener mayorías parlamentarias progresistas en Andalucía. Que es posible revertir las políticas del actual Gobierno del PP que está dejando deteriorarse la sanidad pública, que está propiciando las universidades privadas, que está manteniendo la desigual distribución del reparto de agua en beneficio de grandes propietarios y fondos de inversión, que sigue sin asumir los problemas asociados al cambio climático y que el único modelo de desarrollo que contempla para Andalucía es el incremento de un turismo basado en bajos costes de la mano de obra.

Tenemos que crear espacios donde se puedan desarrollar las complicidades necesarias entre los movimientos sociales progresistas y entre estos y los partidos progresistas

Ahora podríamos preguntarnos cómo revertir el sentimiento actual de derrota, de desconfianza de algunos movimientos sociales entre sí e internamente, de desconfianza de algunos movimientos sociales hacia los partidos, de desconfianza de algunos partidos progresistas entre sí, de desconfianza de votantes hacia los partidos por los que depositaron su voto, etc. La respuesta no es fácil. Pero lo que sí tengo claro es que si no hacemos nada, si nos justificamos diciendo que las cosas están muy mal y es imposible cambiarlas, si nos refugiamos solo en reivindicaciones muy importantes, pero sin aspiraciones a conseguir mayorías parlamentarias progresistas, entonces las cosas no cambiarán.

Frente a eso tenemos que crear espacios donde se puedan desarrollar las complicidades necesarias entre los movimientos sociales progresistas y entre estos y los partidos progresistas. Espacios que permitan construir de forma consensuada y con cierto detalle los cambios que queremos para la sociedad andaluza en la que vivimos. Espacios que sean una fuente de irradiación de la posibilidad de cambio, de la posibilidad de alcanzar de nuevo mayorías parlamentarias progresistas en Andalucía. Espacios que sean una fábrica de nuevas Alianzas de Ilusiones, según la expresión acuñada por Roberto Lakidain en la presentación de la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social.

La Plataforma Andaluza por la Mayoría Social que se presentó en público el 18 de marzo de 2024 nace con el objetivo de cambiar la situación de pesimismo actual de los sectores progresistas. Nace como un espacio donde crear las complicidades y confianzas necesarias entre movimientos sociales y partidos progresistas. Nace como un espacio que permita construir de forma consensuada y con cierto detalle los cambios que queremos para la sociedad andaluza en la que vivimos. Nace como una nueva Alianza de Ilusiones.

En la sociedad actual de los países democráticos es muy común observar un apoyo mayoritario a las instituciones y valores de la democracia y un sentimiento de desconfianza hacia la política, los partidos y los políticos profesionales. Es algo que ha ido creciendo en los últimos años.

Una posible explicación a esta paradoja se puede encontrar en la frustración ante los resultados de la política. Especialmente cuando las fuerzas políticas se revelan incapaces de garantizar un modelo de sociedad y de desarrollo económico que satisfaga a sus votantes. Esto es especialmente preocupante en la parte progresista de la sociedad. Esta desconfianza hacia los partidos políticos progresistas, basada en la falta de efectividad para conseguir los objetivos que pregonan, se está canalizando en muchos casos hacia el alejamiento de la política. Esto hace que muchos votantes de partidos progresistas pasen al bloque, ya muy grande, de la abstención.