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El sorprendente desborde de la generación Greta: Se nos está acabando el tiempo y se os han acabado las Excusas

Esteban de Manuel

profesor de la E.T.S. Arquitectura de Sevilla y candidato a coportavoz de Equo Andalucía —

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Leo esta mañana en la prensa británica que el movimiento estudiantil iniciado por Greta Thumberg en Suecia, y que movilizó a 75.000 estudiantes en Bruselas, llega este viernes 15 de febrero a Gran Bretaña. Una corriente eléctrica me ha recorrido la columna vertebral, he dejado lo que estaba haciendo y me he puesto a escribir. Los estudiantes harán huelga y se manifestarán exigiendo la declaración del Estado de Emergencia Climática y una campaña para educar al pueblo británico sobre la gravedad del Cambio Climático en curso y sobre las medidas urgentes que es preciso emprender.

Me impresionó el vídeo de la intervención de Greta Thumberg en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018, celebrada en Katowice del 3 al 14 de diciembre. Pidió a los responsables políticos hablar claro, sin miedo a ser impopulares, sobre las amenazas del Cambio Climático y sobre los cambios que debíamos hacer y no estamos implementando para incidir significativamente en el problema. Su determinación, la rotundidad de su mensaje, me cautivaron y me hicieron dudar de que pudiera estar escuchando a una chica de quince años.

La historia de Greta Thumberg comenzó cuando un día, teniendo ocho años, oyó en la escuela hablar de la amenaza del cambio climático y de que no estábamos haciendo lo suficiente. Lo contó en casa y sus padres la apoyaron y la ayudaron a investigar sobre el tema. Un día decidió que si los líderes mundiales seguían sin hacer nada era necesario pasar a la acción y comenzó una movilización estudiantil en Suecia, que llevaba a suspender las clases los viernes para ir a manifestarse frente al Parlamento exigiendo del Gobierno medidas efectivas para cumplir con los compromisos de lucha contra el cambio climático.

“Contamos con los recursos y el tiempo”

Hay que decir que los científicos del panel de Cambio Climático de la ONU ya no saben qué hacer para que les prestemos atención ante la gran amenaza que se cierne sobre nosotros. El informe que se debía haber aprobado en esta cumbre y no se aprobó decía lo siguiente: “Contamos con los recursos y el tiempo suficiente para evitar que el calentamiento global supere 1,5ºC, pero se necesita un esfuerzo sin precedentes. Si no recortamos tajantemente las emisiones industriales y de transporte, la temperatura global ascenderá a 1,5ºC en algún momento entre 2030 y 2052. Se necesitarían cambios de gran alcance y sin precedentes en cuestión de energía, industria, transporte, agricultura, ciudades y edificios. Llegar a reducir alrededor de un 45% las emisiones globales de CO2 de origen humano en 2030, respecto a los niveles de 2010, y lograr el cero neto en 2050”.

La pasada campaña andaluza centré mis intervenciones en poner en primer plano dos cosas: la necesidad de hablar claro, como demanda Greta, de no ocultar por riesgo de parecer impopulares la amenaza a la que nos enfrentamos, y la de las propuestas para hacer frente a la crisis climática y crisis eco-social en todas sus manifestaciones. Con medidas que nos permitirían vivir mejor, de forma más saludable, generando empleo, haciendo de nuestra gran amenaza la mayor oportunidad en la gigantesca tarea de cambiar rápidamente el modo en que generamos energía, nos movemos, nos alimentamos, producimos y consumimos y organizamos nuestros edificios y ciudades. No tuvimos altavoz y pasamos desapercibidos. Y esto me hizo concebir un reto que parece improbable pero que es posible: lo mismo que parecía improbable que la Ola Trumposa llegase a España y lo ha hecho con fuerza desde Andalucía.

Se me ocurrió poner en práctica un pequeño experimento que podíamos hacer con pocos recursos. Diseñamos una octavilla a doble cara: en la cara A con el titular de la intervención de Greta Thumberg, la imagen de su intervención en Katowice y el texto íntegro de su intervención. En un reino en el que nos dicen que no se lee, es un atrevimiento arriesgado. Pero el discurso de Greta no sólo no tiene desperdicio, sino que atrapa desde el primer instante. En la cara B, una breve y sintética cita de las conclusiones del panel científico que fueron ignoradas por los líderes mundiales encabezados por Trump. A continuación, nuestras medidas, extraídas de ese programa que presentamos a las elecciones andaluzas y que pasó tan desapercibido a los votantes como las advertencias de los científicos. El sábado tuvimos la oportunidad de poner a prueba el experimento y funcionó bien, especialmente entre la juventud y entre familias que paseaban con sus hijos e hijas.

La pregunta es: ¿puede el movimiento juvenil por el Clima que se está extendiendo por Europa arraigar en Andalucía en particular y en España en general? Va a depender de nuestros jóvenes, pero presiento que va a ocurrir, ya se están organizando. En cuanto se les habla claro entienden perfectamente que les estamos negando el futuro y no se van a resignar.

1#HuellaEcológica de Sevilla. Álvaro Reyes de la Rosa, 2016

El viernes 8 de marzo recibí la visita en mi aula de arquitectura, de un grupo de jóvenes de un centro de secundaria de La Barzola. Su profesor, antiguo alumno mío, quería que les hablase de sostenibilidad. No habían oído el término así que lo construimos desde cero a partir de sus aportaciones. Sostenibilidad tiene que ver con lo que se sostiene, lo que no se cae, respondió una chica.

¿Qué es lo que no se puede caer? Aquello que sostiene la vida, les di esa pista. ¿Y qué es? Me respondieron: el agua limpia, el aire puro, los alimentos, … el trabajo para conseguir los alimentos y una casa… ¡Ya está! Soy profesor de dibujo en tercer curso de arquitectura y les impartí una charla a la que titulé “12 lecciones de dibujo y algo más”.

2#CambioClimático Alejandro Antonio Ayala Carmona, 2018

A través de los dibujos de mis estudiantes repasamos doce ideas para promover ciudades más sostenibles. Mis estudiantes tenían que trabajar con ideas nuevas para ellos y hacer dibujos expresivos para comunicarlas a la sociedad. Empezamos hablando de #HuellaEcológica y seguimos por #CambioClimático,… llegados a este punto entró Greta en escena, su discurso, la movilización que encabeza y que desde Suecia, los viernes, se ha extendido a Bélgica, los jueves. Una chica me interrumpió y afirmó: nosotros la vamos a hacer los miércoles. ¡Ya está! Seguimos hablando a través de los dibujos de decrecimiento, movilidad sostenible, caminos escolares y pedibuses, ecobarrios, … Cuando terminé de presentarles los 12 dibujos les volví a preguntar: ¿Qué es entonces sostenibilidad? Y una chica me respondió: hacer las cosas mejor de cómo se hacen.

Es sólo una anécdota, sólo son dos pequeños experimentos. Pero miro con sorpresa el movimiento de la generación Greta y pienso: es nuestra última esperanza, no hay tiempo para otra oportunidad. Van a necesitar el apoyo de los adultos. Va a ser necesario que, en España, que andamos metidos en un círculo vicioso de mentiras y odio como vía para obtener rédito político, pasemos a dejarnos interpelar por los jóvenes y nos sumemos a su ola. A la Ola Verde que recorre Europa y que puede significar nuestra última oportunidad. Que políticos, periodistas, artistas y educadores asumamos nuestra función social en estos momentos clave y nos unamos a la causa de la supervivencia de la humanidad, fundada en grandes valores de la solidaridad y la cooperación, de los cuidados mutuos y del cuidado a la naturaleza de la que dependemos para sostener la vida humana y no humana.

Los científicos no son milenaristas ni apocalípticos. Simplemente están acumulando evidencias que son abrumadoras que apuntan al colapso climático, energético, alimentario, poblacional, de la biodiversidad…

Como dice Greta Thumberg: nos estamos quedando sin tiempo y os estáis quedando sin excusas. ¿Estamos dispuestos a asumir ese reto o les vamos a dar la espalda y vamos a seguir haciendo nuestros negocios como de costumbre? Cada una de las personas que habitamos en este mundo podemos hacer algo, ninguna somos demasiado pequeña para ser insignificante, como bien dice Greta. Pero unidas en un movimiento por la causa de la supervivencia de la humanidad es posible que lo logremos y que experimentemos que podemos vivir mejor y tener la tranquilidad de que puedan hacerlo también nuestros hijos e hijas, nuestros nietos y nietas.

Leo esta mañana en la prensa británica que el movimiento estudiantil iniciado por Greta Thumberg en Suecia, y que movilizó a 75.000 estudiantes en Bruselas, llega este viernes 15 de febrero a Gran Bretaña. Una corriente eléctrica me ha recorrido la columna vertebral, he dejado lo que estaba haciendo y me he puesto a escribir. Los estudiantes harán huelga y se manifestarán exigiendo la declaración del Estado de Emergencia Climática y una campaña para educar al pueblo británico sobre la gravedad del Cambio Climático en curso y sobre las medidas urgentes que es preciso emprender.

Me impresionó el vídeo de la intervención de Greta Thumberg en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018, celebrada en Katowice del 3 al 14 de diciembre. Pidió a los responsables políticos hablar claro, sin miedo a ser impopulares, sobre las amenazas del Cambio Climático y sobre los cambios que debíamos hacer y no estamos implementando para incidir significativamente en el problema. Su determinación, la rotundidad de su mensaje, me cautivaron y me hicieron dudar de que pudiera estar escuchando a una chica de quince años.