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VÍDEO | Tres historias, una misma realidad: 17 de octubre, el documental

EAPN-Andalucía

Paul Xavier Kenmogne sólo pide “un trabajo digno” adaptado a sus “habilidades y situación”, mientras que Soraya Vargas que sus hijos puedan acceder a la cultura -porque lo que gasta en el cine lo puede invertir “en el almuerzo de unos días”-, a ellos dos se suma Antonio Cárdenas, quien cierra lamentando que en su barrio haya “tantas y tantas familias soportando el peso de una crisis que no hemos generado nosotros”. Ellos tres protagonizan el corto ’17 de octubre. El documental’, una producción de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social que sirve de excusa para subir al escenario político una realidad: el 42,3% de las personas en Andalucía está en riesgo de pobreza.

Kenmogne, Vargas y Cárdenas son un claro reflejo de cómo las personas están afrontando la situación actual de empobrecimiento: necesitan trabajo, acceso a recursos básicos y sentirse valorados y respetados por una sociedad invadida por compromisos políticos que se pierden en el aire.

Paul Xavier Kenmogne necesita un trabajo. Él se suma al 30.98% de la población andaluza desempleada de 2015. Lo que quizás Paul desconoce es que contar con un trabajo hoy en día no otorga seguridad de salir del círculo de la pobreza. El 14% de las personas que se encuentran actualmente trabajando están en riesgo de pobreza. ¿Por qué? Muy simple, precariedad laboral. A todo esto, en la situación de Paul, se suma su origen africano por el que sufre, en ocasiones, la exclusión social.

Recientemente, cuenta en el documental, estaba buscando un piso junto con otros compañeros, pero su acento le delató: “La señora ─propietaria─ escuchó mi voz y se dio cuenta de que no soy español, por lo que aprovechó y me pidió más fianza de lo que pedía en el anuncio”. Paul es uno de tantos inmigrantes acogidos por Cáritas que forman parte de un itinerario a través del cual, además de aprender el español, realizan cursos de formación con el objetivo de empoderarse y encontrar trabajo pronto. “Ahora acabo de terminar un curso sobre rehabilitación de edificios. Cuando voy a echar currículum no me lo aceptan; muchas veces me ponen excusas, que la oferta ya está cerrada”.

Paul quiere vivir en Sevilla. Se siente respetado por las personas que le rodean y quiere contribuir a la economía del país con su esfuerzo y dedicación, aún así le cuesta entender porqué la gente no le da una oportunidad. Algo similar sucede con Soraya Vargas. Ella es de etnia gitana y, al igual que Paul, quiere una oportunidad.

Vargas tiene tres hijos y ellos forman parte del 51,1% de los menores de 17 años que están en riesgo de pobreza y exclusión social en nuestra comunidad. Además de buscar incansablemente un puesto de trabajo y encontrarse con las barreras de la exclusión social por su etnia, lucha por “normalizar” su situación en todos los aspectos. “Mis hijos, como el de otras muchas madres, quieren ir al cine y comprar ropa, pero no puedo, si les doy dinero para el cine o ropa, mañana no comen”. Y esto es una realidad.

El 9,5% de las personas en Andalucía padece privación material severa, es decir, no pueden permitirse hacer frente a gastos imprevistos, comer carne o pescado dos veces por semana o irse de vacaciones una semana al año. Esta realidad, que viven tantas y tantas personas, es una realidad sólo para los ojos del Tercer Sector y los afectados, pero no parece serlo para la clase política. Desde EAPN-A se recalca que la Administración Pública tiene que actuar urgentemente antes de que las personas lleguen a un estado de privación material severa, por eso es necesario que nuestros gobernantes promuevan desde la Administración medidas de urgencia, paliativas, pero sin olvidar las preventivas. Hay que ayudar a los que ya están en el círculo de la pobreza, pero también intentar que los que se aproximen a ella no caiga en la misma situación.

“Nos están recortando en sanidad, educación, en los pilares fundamentales de una sociedad”

Antonio Cárdenas, el tercer participante, vive con sus padres y “afortunadamente” puede salir adelante gracias a una ayuda que tiene por discapacidad. Pero esto no le excluye de no ver la realidad que le rodea. Él es participante de RAIS Fundación, voluntario, y trabaja a diario con personas que sufren exclusión social. “Nos están recortando en sanidad, educación, en los pilares fundamentales de una sociedad”, denuncia con semblante serio Cárdenas, quien considera que los varapalos de la crisis “solo los padecen los ciudadanos de a pie”, los de su barrio, y sobre todo “aquellos que menos recursos tienen para defenderse ante esta situación de completa vulnerabilidad”.

“¿Qué le pedirías a la clase política para cambiar tu situación?”, se les pregunta durante la grabación del documental. Callan. Los tres callan. “Es decir, si pudieras cambiar tu día a día, ¿qué queréis cambiar?”. Ahora si contestan. Están cansados. No confían en la clase política y no saben si su mensaje llegará a ellos. No creen en los compromisos que en las elecciones autonómicas y municipales se adquirieron. Están cansados de la política y los políticos. Desde la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social, en el marco de estas pasadas elecciones, solicitamos incansablemente la necesidad de invertir un 5% de los presupuestos de la comunidad en un Plan de Choque contra la Pobreza. Todos los partidos, a nivel regional, se comprometieron. A día de hoy no sabemos nada de esos compromisos adquiridos.Y tememos. Tememos que el próximo año, cuando volvamos a poner el foco de atención en la situación de la pobreza en nuestra comunidad, aún sigamos contando la historia de Paul por encontrar un trabajo digno, la historia de Soraya por tener acceso a la cultura para sus hijos y la historia de Antonio, cansado de las promesas de los políticos y de ver cómo su barrio soporta el peso de la crisis.

Este temor no nos echa para atrás a entidades como la nuestra, sino que nos impulsa a reforzar nuestro trabajo, a doblar los actos de incidencia y de sensibilización, y a no desistir. Y cuesta. Cuesta cuando los compromisos desaparecen como las pisadas después de la lluvia, pero aun así, seguimos y seguiremos, a la espera de encontrar, en algún momento, compromisos reales y valientes, decididos a cambiar, de verdad, la realidad que nos rodea en Andalucía.

Paul Xavier Kenmogne sólo pide “un trabajo digno” adaptado a sus “habilidades y situación”, mientras que Soraya Vargas que sus hijos puedan acceder a la cultura -porque lo que gasta en el cine lo puede invertir “en el almuerzo de unos días”-, a ellos dos se suma Antonio Cárdenas, quien cierra lamentando que en su barrio haya “tantas y tantas familias soportando el peso de una crisis que no hemos generado nosotros”. Ellos tres protagonizan el corto ’17 de octubre. El documental’, una producción de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social que sirve de excusa para subir al escenario político una realidad: el 42,3% de las personas en Andalucía está en riesgo de pobreza.