Naturalmente que sí. Yo así lo creo porque no hay corazón, sometido a intensos y continuados episodios de estrés, que pueda tener largo recorrido.
Ha de tenerse en cuenta que, hace 14 años, Mbaye fue desarraigado de su tierra y de su familia con una migración forzada. Una frontera frenó su huida. Llegó a Canarias en transporte de patera, viaje estresante en grado sumo. Su rechazo continuó en España, siempre ofreciendo sus servicios laborales y siempre negados los permisos de residencia y trabajo. Siempre intentando comer sin delinquir y creyendo que la actividad comercial de mantero podría mantener su subsistencia sin ofender a los conciudadanos. Sin recibir alternativa para su subsistencia, la ley se le puso en contra, la autoridad, también, y los policías, ejecutando órdenes, también.
Vida de angustia en la que, intento tras intento para “regularizar” su situación, siempre hubo un fracaso tras fracaso, condenado a ser un “sin papeles”, a pesar de que ningún ser humano es ilegal. Con ansiedad de prófugo se vio obligado a repetir sus carreras delante de los policías, tratando de salvar la libertad y el hatillo de sus pertenencias y, tras la última carrera, el corazón no pudo más y se paró. Muerte muy normal y natural.
“Muerte natural”, se han apresurado a reconocer muchos, quizás por liberar su conciencia. Muerte natural, sí, pero con seguridad, muerte provocada. Hay situaciones de estrés que no hay corazón humano que las resista.
Ahora bien, con los que en este momento dicen “muerte natural” y miran para otro lado, habrá que preguntarse: ¿Quién y por qué forzó a Mbaye a salir de Senegal? ¿Quién y por qué le cerró el paso con una frontera? ¿Quién y por qué le obligó a embarcarse en una patera arriesgando su vida para poder llegar a España? Ofreciendo sus manos, valores y cualidades para mejorar España, ¿quién y por qué rechazó su oferta en perjuicio de su persona y de la ciudadanía española? ¿Quién ha tenido la voluntad y por qué, de condenar a Mbaye a lo que llaman un “sin papeles”? ¿Quién le ha condenado y por qué, a que durante 14 años de angustia, tuviera que correr delante de los policías hasta que al final de la última carrera el corazón se parara?
Ocurría en Madrid en la tarde del día 15 de marzo de 2018. Mbaye ha muerto y se ha privado a esta sociedad de una vida joven, fecunda en valores humanos.
Hay responsables. Y dicen que no son racistas... ni xenófobos...
Jesús Roiz Corcuera es miembro de la delegación de Sevilla de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA)
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