Salvador Hernández, alcalde de Carboneras, municipio en el que se ubica el hotel El Algarrobico, lamenta que “Greenpeace utilice el hotel para autopublicitarse. Lamento que los activistas tengan que acogerse al hotel para promocionarse. Los poderes gubernamentales y judiciales actuarán como tengan que actuar”.
“Lo único que puedo decir -añade- es que no considero muy normal el allanamiento o introducirse en la propiedad privada en un edificio, que parece que en principio tiene dueño. Confío en el estado de derecho pero esto no es normal”. En cuanto al proceso, reclama “un poco de celeridad: ya llevamos ocho años, cuatro ministros, no sé cuántos consejeros, dos presidentes de Gobierno y el hotel está ahí”.
Dolores Yllescas: “Hay una estrategia para que sea urbanizable”
Dolores Yllescas, portavoz de Ecologistas en Acción en Andalucía, afirma sin dudarlo que su valoración es “positiva”. “Nos solidarizamos con la acción de los compañeros de Greenpeace” porque “estamos todos muy preocupados con lo que está pasando el Algarrobico despues de una veintena de sentencias condenatorias. Y ahora llega esta nueva sentencia en la que declara el suelo urbanizable”. Para Yllescas, se trata de “toda una estrategia encaminada a la declaración de urbanizable, en la que parte del hotel permanecería”.
“El juez que ha dictado esta primera sentencia es un juez que no tenía que estar en este juzgado -afirma Yllescas- y se le traslada ahora donde se van a seguir viendo temas del Algarronibo. Y está todo en manos de la Justicia”. Así están, a la espera, las administraciones competentes, pero desde Ecologistas en Acción creen que se podría haber hecho más: “Por lo pronto, el Ministerio de Medio Ambiente podía estar pidiendo la ejecución de la sentencia de derribo de la parte que incumple claramente la ley de costa. La otra parte que depende de la normativa andaluza es más dudosa”. Y vuelve a repetir: “la última palabra la tiene la justicia”.
La empresa propietaria del hotel no ha querido pronunciarse sobre la ocupación del hotel y la acción reivindicativa de Greenpeace y la Consejería de Medio Ambiente tampoco.