Incertidumbre: falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. Esta es la definición que mejor describe la situación que se vive en el sector agroalimentario andaluz ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
El brexit tiene como consecuencia un divorcio doloroso, cuya ruptura se prolongará al menos por unos dos años, y que prevé unas duras y difíciles negociaciones, donde cada sector y cada país miembro luchará por sacar adelante la solución más ventajosa para él. Porque los intereses de Alemania no son los mismos que los de España y la agricultura continental es distinta a la mediterránea.
El sector agroalimentario andaluz no solo no es ajeno a esta disputa sino que se ve directamente afectado, ya que Reino Unido es uno de sus principales clientes y se veía además como un mercado en auge.
Las organizaciones agrarias y la Consejería de Agricultura andaluza, coinciden en que todavía es pronto para saber a ciencia cierta las consecuencias que tendrán en el agro andaluz, pero las incertidumbres se centran en tres frentes.
1.- Exportaciones
El Reino Unido es el cuarto mayor cliente de alimentos y bebidas de Andalucía, con unas ventas que en 2015 superaron los 888 millones de euros, el 10 por ciento de las exportaciones del sector. Sólo la provincia de Almería vendió en ese año alimentos y bebidas al Reino Unido por valor de 266 millones de euros.
La mayor parte de las exportaciones andaluzas son productos hortofrutícolas (622 millones de euros), de hecho el Reino Unido es el principal cliente de fresas y frutos rojos (con más de 240 millones de euros) y de vino andaluz (más de 38 millones de euros) especialmente de los vinos de Jerez (25 millones). A esto hay que añadir el aceite de oliva, que suponen exportaciones por valor de 90 millones de euros, el 5 por ciento de la exportación andaluza de este producto, y carne de cerdo y pollo, según datos de la Consejería.
El mercado andaluz tiene como ventaja que es referencia entre los británicos por ofrecer una alta calidad en los productos, y en la distribución de los mismos. La incertidumbre se centra en la depreciación de la libra, que encarece las importaciones, la caída de la confianza de los consumidores del Reino Unido, lo que reduce el consumo, y el aumento de la presión del mercado interno, lo que provocaría que otros países, habituales exportadores de Reino Unido, se dirigieran por el aumento de las dificultades, a otros mercados de destino de productos españoles. A esto habría que añadir una posible implantación de aranceles, cambios legales o impuestos a los productos europeos.
El problema de la devaluación de la libra, lo que se ha producido en varias ocasiones desde la celebración del referéndum, ya ha afectado al mercado creando tensiones. Los ciudadanos británicos notan la bajada de su nivel adquisitivo y esto repercute en el productor que pierde cota de venta. Según explica el secretario de Organización de Coag Andalucía, Eduardo López, ya han detectado algunas empresas, que se han visto obligadas a hacer reajustes en los envíos, algo que antes no se había vivido.
2.- Presupuesto europeo y la PAC
La segunda incertidumbre llega con la necesidad de tener que reajustar las cuentas teniendo en cuenta que hay un país menos. La aportación del Reino Unido a la Política Agraria Comunitaria (PAC) era de 3.900 millones de euros, de un presupuesto total de 55.500 millones.
Para alcanzar el equilibrio presupuestario se barajan varias opciones. Por un lado la reducción del presupuesto lineal, con lo que Andalucía perdería 190 millones de euros anuales, según aseguró la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, en una intervención. Otra opción sería una mayor aportación de los estados miembros para compensar el llamado cheque británico, lo que supondrían 105 millones menos para Andalucía.
Para el presidente de Asaja Andalucía, Ricardo Serra, todo está muy abierto, y el problema es que se ha juntado todo a la vez, el brexit, las elecciones en la comisión europea, la negociación del presupuesto...
Sin embargo, también ve lo que puede ser un aspecto positivo de la salida del Reino Unido y es que los británicos han sido siempre uno de “los enemigos” de la PAC, junto a Holanda y Suecia, muy reticentes a las medidas que se proponían.
3.- Terceros países
La salida del Reino Unido, supondrá que habrá 64 millones de consumidores menos en la UE, por lo que se hará necesario, y así lo piden las organizaciones agrarias, una renegociación de los acuerdos agrícolas de libre comercio. De lo contrario se puede producir una saturación de productos en el mercado y una bajada de precios.
Un ejemplo puede ser la entrada en la UE de tomate marroquí, cuyos contingentes se negociaron teniendo en cuenta una población europea que tras el brexit será menor. Pero igual puede ocurrir con los acuerdos con Turquía, Egipto o Israel.
Dos años de incertidumbre que se prolongarán por lo menos hasta el verano de 2019 y que arrancaron oficialmente el día 29 de marzo con la entrega del Reino Unido de la carta al presidente del Consejo Europeo, invocando el Artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Según el presidente de Asaja Andalucía, “Europa siempre ha avanzado en momentos de crisis” y ese era el sentimiento que se respiraba el día 29 en Bruselas donde se encontraba participando en el pleno del Consejo Económico Social europeo. Y donde incluso algunos miembros británicos manifestaron que consideraban disparatada la decisión tomada por su país y que era “un día triste” para el conjunto de la UE.