Cárcel por atar a un perro a una piedra para que se ahogara en la playa

EFE

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva ha condenado a tres meses de cárcel a un hombre que ató al perro de su madre a una piedra de grandes dimensiones en una playa de Ayamonte (Huelva) para que muriera ahogado cuando subiera la marea en marzo de 2013.

Según han informado a Efe fuentes jurídicas, la sentencia, a pesar de que el acusado negara los hechos en la vista oral, considera “suficiente” para condenarlo la prueba indiciaria entre la que se encuentra su confesión ante la Guardia Civil y ante el médico forense, así como el “pantallazo” de Facebook donde explicaba los motivos que le llevaron a hacer lo que hizo y la inspección ocular llevada a cabo en el lugar.

Por ello lo considera responsable de un delito de maltrato animal y le impone la pena de prisión por entender que “no sólo quería” causar la muerte del perro, sino también su sufrimiento “innecesario e injustificado”.

Se considera probado que esta persona en fecha no determinada pero en todo caso alrededor del día 25 de marzo de 2013, llevó al perro de compañía de su madre hasta un caño perteneciente al Paraje Natural de las Marismas de Isla Cristina, del término municipal de Ayamonte (Huelva).

Una vez allí lo ató a una piedra de grandes dimensiones, que le impedía cualquier tipo de escape, con la finalidad de que el animal se ahogara cuando subiera la marea, causándole de esta manera no sólo la muerte, sino un sufrimiento innecesario e injustificado.

El acusado fue detenido en su día como consecuencia de una investigación que comenzó después de que un ciudadano alertara a la Guardia Civil a través de su página web, de que había visto en Facebook una fotografía de un perro muerto a orillas del mar en la provincia de Huelva, aportando el enlace de la misma.

Según pudieron comprobar en los distintos “muros” de Facebook consultados, las causas que guiaron al dueño del animal a matarle de esta manera es que no tenía dinero para sacrificarle por los medios legales, así que decidió dejar amarrado al animal a una gran piedra a orillas de la playa, para que la marea, cuando subiera lo ahogara.