La historia del dragado de profundización del Guadalquivir va camino de hacerse mayor de edad con episodios de todo tipo. En su penúltimo capítulo, el Gobierno central cerró en falso el proyecto, eliminándolo de los presupuestos generales, pero dejando la puerta entreabierta: el dragado no quedaba cancelado, sino suspendido sine die.
“El muerto sigue muy vivo”, le señalaba a este diario el mayor experto en el Guadalquivir, Miguel Losada, quien hace siete años radiografió el estado del río con un equipo formado por un centenar de científicos y desmontó el proyecto del dragado con su demoledor informe: el río estaba en “estado terminal”, nadie acudía en su auxilio y el dragado sería la puntilla.
Según Losada, “el Puerto no es el único responsable. La Confederación no se ha sentado con el Puerto para ver cuánta agua dulce tiene que aportar en función de un perspectiva ecosistémica del Estuario. Ni la Junta ha dicho cuántas zonas puedo inundar, regenerar, para que su territorio, trabajando con las otras administraciones, se convierta en un territorio limpio, saludable, sostenible, ecosistémico, donde se favorezcan otras economías como la pesca o el turismo”.
Con este mar de fondo, la Junta de Andalucía ha querido este miércoles hacer un gesto de apoyo al Puerto de Sevilla. Ambas instituciones han comparecido junto al biólogo de la Universidad de Sevilla José Carlos García Gómez, que lidera los nuevos estudios del estuario. ¿Quién faltaba en esa foto de familia? La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que es la institución que gestiona los recursos del río.
Y es que todos los índices apuntan en la misma dirección: la CHG tiene que asumir su responsabilidad. Leandro del Moral, experto en nueva cultura del agua de la Universidad de Sevilla, afirma que “la actitud más reprochable es la de la CHG, ya que, a pesar de su responsabilidad en el plan hidrológico del Guadalquivir, se llevó un varapalo jurídico ante el Tribunal Supremo y eso no le ha impedido volver a meter el dragado en el ciclo actual (de planificación)”.
Las administraciones, según dejan entrever, temen ya las sanciones que puedan proceder desde Europa a partir de 2023, si no intervienen ya en el Guadalquivir. En 2010, el llamado informe Losada lo decía claro: hay que actuar ya, en las condiciones actuales no se puede llevar a cabo un dragado de profundización que aumente la turbidez y apuntale la muerte del río.
Mayor transparencia
Han pasado siete años y la situación ambiental del río no ha mejorado. Durante ese tiempo, se ha tratado de sacar adelante, de una manera u otra, un dragado de profundización que, según los científicos, dañaría el río Guadalquivir. Juan José Carmona, responsable de la organización ecologista WWF en Andalucía, señala que “el proyecto actual se tiene que cancelar. Necesitamos mayor transparencia en los estudios, el Puerto está encargándoselo a los investigadores que ellos quieren. El Puerto tiene que cancelar este proyecto y si no, se lo tiene que cancelar el Gobierno. Decirle a la Unesco y a Europa que no lo va a hacer, pero dejarlo sin final administrativo es un fraude”. Según WWF hace falta una gobernanza del río entre administraciones públicas, científicos y ciudadanía.
Desde el 29 de mayo de 2013, José Carlos García Gómez tiene firmado un contrato con la Autoridad Portuaria de Sevilla para el “desarrollo de actividades científicas y docentes vinculadas al acuario del puerto de Sevilla y al Estuario del Río Guadalquivir y zonas marinas aledañas”. Ese estudio ha de culminarse en mayo de este año y sus conclusiones se presentarán, según palabras del propio García Gómez, a finales de este año. El propio Losada denuncia que este tipo de estudios carecen de una comisión científica externa, “no se ha publicado lo que van a hacer y no se informa de los datos que obtienen”.
Tras las críticas vertidas por el mayor experto en el Guadalquivir, los agentes implicados, el propio investigador y el Puerto, acompañados de la Junta de Andalucía han tratado de hacer un ejercicio de transparencia, aportando algunos datos del proyecto que está a punto de finalizar. “Nos ha sorprendido mucho la pobreza extrema del estuario, en su parte casi final, en fauna vinculada al fondo. Hemos tenido oportunidad de compararlo con el Guadiana, el Tinto o el Odiel y que, a pesar de que sufren una contaminación mayor, cuentan con una biodiversidad superior”.
Entre los aspectos positivos, que han sorprendido al equipo de biólogos del catedrático de biología una gran cantidad de larvas y juveniles de peces, algo que relaciona con la abundancia de zooplancton en el estuario del río. García Gómez señala que especies como la dorada, la lubina o la corvina desovan en estuarios turbios. También han descubierto corales, esponjas y hasta colonias de gorgonia gigante en la desembocadura.
¿Servirá este estudio para justificar un dragado, apoyándose en estos bioindicadores? Según el presidente del puerto, Manuel Gracia, simplemente “estamos cumpliendo con una de las cosas que dijo la comisión científica y es que se hagan los estudios científicos que permita que se haga una gestión integral del estuario. Entonces se podrán plantear proyectos de la mejora del calado”.
Un dragado, por tanto, sólo se contemplaría a medio plazo, según lo que den “de sí estos estudios. Al puerto le interesa conseguir el mejor calado posible en la vía navegable, pero somos conscientes de que no se puede conseguir de cualquier manera”.