La Andalucía verde que será noticia en 2017
Doñana seguirá en el punto de mira este 2017. El espacio protegido ha sido el gran protagonista verde del año que termina. Sumadas 14.000 hectáreas bajo la máxima protección ambiental, el parque nacional tendrá que enfrentarse en este 2017 a tres duros rivales: el gas, el agua y las sanciones.
Tanto las organizaciones ecologistas, como partidos políticos (Podemos, Equo...) seguirán poniendo toda la carne en el asador para que Gas Natural no transforme el subsuelo de Doñana en un almacén de gas. Cercada por amenazas como las minas, la sobreexplotación de los acuíferos por parte la agricultura ilegal (fresas y frutos rojos, principalmente) y los gasoductos, en junio de este año la Unesco decidirá si incluye Doñana dentro de la lista de Patrimonios Mundiales de la Humanidad en peligro.
Sobre España pende además una sanción por parte de la Comisión Europea, al haber “incumplido” ésta su obligación de proteger este punto neurálgico del planeta, donde, cada año, hibernan y descansan millones de aves en su paso entre África y Europa.
La Sierra de las Nieves, por su parte, se convertirá en el tercer parque nacional de Andalucía, convirtiendo así a la comunidad autónoma en la región con más espacios protegidos de esta categoría de la Península Ibérica. Previsto para finales de año, los milenarios pinsapares quedarán incluidos, por orden del Gobierno central, a la misma altura que otras joyas naturales de Andalucía como Doñana y Sierra Nevada.
A ras de río, las inundaciones se han vuelto a cebar con Andalucía, dejando un reguero de muerte y destrucción. Los expertos han advertido en numerosas ocasiones del peligro de invadir los cauces naturales de los ríos con viviendas, carreteras y otras infraestructuras. De difícil solución, la Junta invertirá el próximo año unos austeros 5 millones de euros “para la limpieza de cauces y la reducción del riesgo de inundaciones”, además de aprobar un nuevo decreto para prevenir las arriadas.
Tregua relativa del fuego
Si el agua no ha dado tregua, el fuego sí lo ha hecho, relativamente. Las llamas han devorado este año casi 3.500 hectáreas de bosques andaluces, casi una cuarta parte que el año anterior (más de 12.000), gracias, entre otras razones, a que no ha habido incendios de enormes proporciones como el de 2015 en Quesada (Granada), en el quedaron calcinadas 9.300 hectáreas. La lucha contra incendios mantendrá el mismo presupuesto que el año anterior: 164 millones de euros, divididos a partes iguales entre la extinción y la prevención.
Donde el fuego continuará encontrando mucho combustible será en los tribunales. Las investigaciones del caso del 'cártel del fuego' se ha cobrado víctimas políticas y empresariales, tanto en Andalucía como el resto de España, poniendo de relieve la presunta manipulación de los concursos públicos de lucha aérea contra incendios. Los 70 millones de euros concedidos a Faasa por el fletamiento de aeronaves desde 2015 hasta 2018 han terminado con el jefe de contratación de la Consejería de Medio Ambiente investigado y con el exdirector del Infoca, presente también en la mesa de adjudicación, cesando en mitad de las investigaciones judiciales.
El peligro nuclear
Mientras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a amenazar al mundo con el espantajo de la amenaza nuclear, Andalucía seguirá pendiente de los peligros de esta energía. Lo hace desde tres provincias y tres frentes: los residuos radioactivos del accidente de Palomares (Almería), las balsas de fosfoyesos (Huelva) y los submarinos nucleares del Estrecho de Gibraltar (Cádiz). 2017 no será el año en el que se resuelva ninguna de estas amenazas.
¿Será el año en el que por fin caiga El Algarrobico? En una entrevista con el diario El Mundo, José Dominguez, el abogado que lleva una eternidad batallando en todos los tribunales imaginables vaticina que aún quedan al menos dos años para ver el famoso hotel almeriense reducido a escombros... para los que Greenpeace, por cierto, presentó este año un plan de reciclaje.
Otro 'quiste' ambiental: la ley andaluza de cambio climático. Tras anunciarse la llegada del proyecto de ley al Parlamento andaluz para el año pasado, la lentitud de la tramitación no augura su aprobación definitiva para este 2017. En caso de que sí lo hiciera, las empresas que contaminen más de lo previsto, tendrán que compensar la contaminación con proyectos ambientales, como reforestaciones y conservación de humedales.
En cuanto a la biodiversidad, el protagonismo seguirá siendo de los grandes carnívoros: el lobo y el lince ibérico. Con un proyecto Life en marcha, el cánido podría ser declarado por fin especie en peligro de extinción por la Junta de Andalucía. Lo hará tarde: las manadas de lobos han desaparecido de la región.
El que, pasito a pasito, continúa alejándose de la extinción es el lince ibérico. No lo hace sin serias amenazas, como los atropellos (que se redujeron en 2016) o la falta de alimento (la pandemia del conejo), pero sí con la tranquilidad de haber cuadriplicado su población en 14 años. Los paliativos empleados contra ambas amenazas auguran un incremento de la población, para llevar al lince ibérico a ser una especie fuera de peligro, algo que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, tendrá lugar dentro de cinco años. Pero eso, ya es otra historia... la de 2021.