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Espadas crea una dirección coral y cinco portavocías en el Parlamento para reflotar al PSOE andaluz en la oposición

Daniel Cela

13 de julio de 2022 17:36 h

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El PSOE andaluz va a cambiar drásticamente la estructura del grupo parlamentario -el más menguado que jamás ha tenido- y la metodología de trabajo para encarar una legislatura que se antoja larga, marcada por la mayoría absoluta del Gobierno de Juan Manuel Moreno. Su secretario general, Juan Espadas, propondrá a los órganos de dirección un nuevo esquema de trabajo en el que habrá una dirección colegiada del grupo con ocho responsables -los cabeza de cartel en las ocho provincias- más una portavocía coral de cinco personas.

Ángeles Férriz, vicesecretaria general del partido, repetirá como portavoz en la Cámara, escudada por cuatro adjuntos, en vez de los dos habituales: serán los diputados electos María Márquez, Isabel Ambrosio, Juan Antonio Lorenzo y Josele Aguilar. Espadas se reserva el papel de presidente del grupo parlamentario y será quien dé la réplica al presidente Moreno en las sesiones de control al Gobierno cada 15 días. Se les unen dos secretarios generales del grupo (en vez de uno), “para apoyar en organización interna, tramitación parlamentaria y apoyo específico a la Mesa”. Serán los diputados Pilar Navarro y Gerardo Sánchez. 

“Mi gobierno en la sombra será abierto y participativo, y pretendo que esa estructura de dirección del Grupo Socialista se refuerce con cuatro compañeros más en tareas de coordinación con el partido y a la sociedad: el PSOE-A va a transitar en sede parlamentaria y a llevar el Parlamento a la calle”, ha asegurado Espadas.

El nuevo formato del grupo parlamentario será, en realidad, el estreno del PSOE como líder de la oposición en Andalucía, después de una legislatura en la que los socialistas nunca interiorizaron del todo que habían perdido el poder, tras 37 años ininterrumpidos en la Junta. El propio Espadas sustituyó en el puesto a Susana Díaz, ex presidenta andaluza, criticando que el PSOE no había ejercido correctamente su labor de oposición, y que había dejado pasar demasiado tiempo permitiendo que Moreno consolidase una imagen de líder “moderado y centrista”, a costa de arrebatar símbolos, discursos y mensajes antaño identificados con las siglas del PSOE.

La estructura del grupo socialista, ha explicado este miércoles Espadas, busca coordinar el trabajo parlamentario con la realidad y reivindicaciones de las ocho provincias, aunque el líder del PSOE-A ha querido subrayar que se trata de “un proyecto regional, no de ocho proyectos provinciales”. “No es que cada uno de los ocho miembros de la nueva dirección colegiada venga con los problemas de su provincia”, ha matizado. Los socialistas cuentan con 30 diputados -tres menos que en la pasada legislatura- y su reparto de tareas es más complejo que en el pasado. Ahora tienen que hacer más con menos personal y recursos.

El nuevo consejo de dirección del grupo parlamentario socialista, formado por los ocho cabeza de listas provinciales, se reunirá una vez por semana para “ejercer de gobierno en la sombra de Moreno”, ha recalcado Espadas. Las cinco portavocías también servirán de “apoyo específico” a los dos miembros que el PSOE espera tener en la Mesa del Parlamento, órgano rector de la Cámara que el PP controlará con mayoría absoluta. Los elegidos son Irene García, ex presidenta de la Diputación de Cádiz, y Noel López, secretario de Organización del PSOE y alcalde de Maracena (Granada) hasta hace dos días.

Estos nombramientos van a depender de la votación que tendrá lugar este jueves durante la sesión constitutiva del Parlamento andaluz, que dará comienzo a la XII legislatura. El PSOE, con 30 escaños, reclama dos de los siete miembros de la Mesa. Al PP le corresponderían los otros cinco si no hay acuerdo entre las formaciones para tratar de compaginar el peso proporcional de cada grupo con el reglamento de la Cámara, que obliga a que todos los grupos políticos tengan representación en este órgano de dirección. Ni López ni García tienen experiencia como parlamentarios y mucho menos en la Mesa del Parlamento, donde se decide el ritmo y los debates de la legislatura. Tampoco la tiene la persona propuesta por Moreno para presidir esta Cámara, el todavía consejero de Salud, Jesús Aguirre, que será el primer presidente del PP en 40 años de autonomía.

Los socialistas se aferran al criterio del Tribunal Constitucional que, precisamente a demanda de una diputada del PP (Patricia del Pozo) hace un par de legislaturas, ordenó al Parlamento andaluz corregir la composición inicial de la Mesa al considerar que los populares estaban infrarrepresentados. De alguna manera, la Cámara debe dar cabida a otros dos grupos con representación, Vox (14 diputados) y Por Andalucía (cinco).

Los populares se prestan a ceder uno de sus sillones, porque con cuatro miembros seguirían conservando la mayoría absoluta dentro de la Mesa, pero no quieren ceder ese puesto a Vox para que, acto seguido, el PSOE haga una lectura política que les perjudique. Sin acuerdo, la opción más plausible es que se amplíe la Mesa con uno o dos miembros más con voz peros sin voto, aunque tanto Vox como Por Andalucía son reacios a aceptar esta fórmula.

Adelante Andalucía cuenta sólo con dos parlamentarias -Teresa Rodríguez y Maribel Mora- y se constituirán como grupo mixto, al carecer de los cinco escaños necesarios para tener grupo propio. El reglamento de la Cámara les niega la representación en la Mesa precisamente por esta razón, aunque una sentencia del Tribunal Constitucional les concede el mismo tiempo de intervención y margen legislativo que el resto de grupos.