Espadas gana las primarias del PSOE andaluz, fulmina la carrera de Susana Díaz y abre un nuevo ciclo político
El PSOE andaluz ha dado la espalda a su líder, Susana Díaz, y se ha encomendado a Juan Espadas para recuperar el Gobierno de la Junta de Andalucía. El alcalde de Sevilla ha ganado este domingo las primarias con una distancia muy holgada sobre su principal competidora y se convierte así en el candidato socialista para las próximas elecciones autonómicas, aún por convocar. La proclamación oficial de Espadas será el próximo 17 de junio, una vez se confirmen los resultados definitivos.
El socialismo andaluz inicia un cambio de ciclo, cargado de interrogantes y dificultades, y deja atrás a la persona que aún ostenta la secretaría general de la federación más potente del partido en España. La militancia del PSOE andaluz, el último bastión al que apelaba Díaz para mantenerse en el poder, ha apostado por ese “cambio y revulsivo” que promulgaba Espadas.
Con el 93% escrutado, la participación ha sido del 75,29% de los 46.577 militantes, un porcentaje esclarecedor por lo elevado, próximo al de las primarias de 2017 que enfrentaron a Díaz contra Pedro Sánchez. Espadas ha obtenido el 55,10% del escrutinio -17.415 votos-, 16,7 puntos de ventaja sobre Díaz (38,43% y 12.127 papeletas), y muy lejos del profesor Luis Ángel Hierro (5,51% y 1.740 votos). La líder del PSOE andaluz ha perdido la mitad de los votos que obtuvo en las primarias de 2017 en Andalucía, entonces fueron 24.519 papeletas, un 63,19% del escrutinio, frente a los 12.274 votos de Sánchez (31,63%).
El alcalde hispalense ha vencido en cinco de las ocho provincias andaluzas -Cádiz, Granada, Huelva, Jaén y Sevilla-, mientras que la sevillana se ha impuesto en Almería, Córdoba y Málaga (ésta última por un estrecho margen). El resultado por provincias revela el apoyo de los aparatos provinciales a cada uno de los candidatos, pero también la profunda fractura que divide al PSOE andaluz, porque la diferencia en Sevilla, Málaga y Córdoba es de apenas dos o tres puntos porcentuales.
Los socialistas pasan página tras el fracaso electoral de 2018, que supuso la pérdida de la Junta de Andalucía tras casi 37 años en el poder. Susana Díaz ha encajado su segundo golpe mortal de los militantes en cinco años: en el primero le dijeron que no la querían para liderar el PSOE federal, y devolvieron el poder a un Pedro Sánchez que había sido apartado en el convulso comité federal de octubre de 2016; en el segundo golpe le han dicho que no la quieren como cartel electoral en las andaluzas, pese a haber ganado en los últimos comicios de 2018.
Díaz no se presentará a la reelección
Díaz no se presentará a la reelección como secretaria general del PSOE de Andalucía en el congreso regional de diciembre. Lo ha anunciado este domingo en la sede del partido, en la calle sevillana de San Vicente, donde ha comparecido emocionada y rodeada de todo su equipo. “Doy un paso al lado y me pongo a disposición de Juan [Espadas] para esta transición”, ha dicho. Susana Díaz lo ha sido todo en el PSOE andaluz. Desde los 17 años ha encadenado 14 cargos de responsabilidad institucional u orgánica, hasta llegar a liderar la federación más potente del partido en España y el gobierno de la comunidad más poblada. Las primarias de Andalucía pueden enterrar por anticipado la carrera política de una de las mujeres que más poder ha ostentado en España, y que hace apenas un lustro despuntaba como la futura secretaria general del PSOE federal y posible primera presidenta del Gobierno.
En octubre de 2016, Díaz encabezó una operación para cargarse al entonces líder del partido, un Pedro Sánchez al que ella misma había ayudado en su designación, y contó con el respaldo de los barones socialistas y de la aristocracia del partido (Felipe González, Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba…). La mitad de la ejecutiva federal dimitió en bloque, forzando el cese de Sánchez, e iniciando el guerracivilismo entre sanchistas y susanistas. El PSOE se partió en dos y la fractura se extendió hasta las primarias de 2017, en las que Susana Díaz, con el respaldo de todo el aparato de poder orgánico, fue derrotada contra todo pronóstico.
Se retiró a su fuero, Andalucía, donde un 37% de la militancia había votado contra ella. Ese porcentaje crítico de 2017, cuando Díaz aún era presidenta de la Junta, se ha ensanchado tras perder el poder en las elecciones de diciembre de 2018. Las nuevas primarias rematan la caída política de una dirigente que lo ha sido todo en el PSOE y aspiró a convertirse en la primera mujer en Moncloa. Cerca de las diez de la noche, y con el 98% escrutado, el presidente del Gobierno telefoneó a Espadas para felicitarle por su victoria, informa Irene Castro.
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