La revisión del caso ERE tras las sentencias del Tribunal Constitucional ha sacudido la política andaluza, en general, empoderando al PSOE andaluz, que ha pasado de la defensa al contraataque.
Pero la última derivada del nuevo escenario judicial es la reapertura del cisma interno en el socialismo andaluz, un choque en abierto entre el actual líder, Juan Espadas, y su antecesora, Susana Díaz, justo cuando un sector crítico con la ejecutiva actual empieza a movilizarse y a armar una candidatura alternativa para las elecciones de 2026.
El Constitucional ha anulado total o parcialmente las condenas por el caso ERE contra una decena de exdirigentes socialistas -incluidos los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán-, inyectando oxígeno a un PSOE andaluz que llevaba 15 años sumido en una profunda desolación.
Chaves ha marcado el nuevo rumbo de la formación que ahora dirige Juan Espadas, al proclamar que los fallos del tribunal de garantías marcan “un punto de inflexión” en la política andaluza, y que son “el principio del fin del ciclo de Gobierno del PP en Andalucía”, que hoy ostenta el partido de Juan Manuel Moreno con una sólida mayoría absoluta.
En efecto, la revisión del caso ERE ha vigorizado el discurso y la acción política de los socialistas andaluces, pero también ha reabierto la crisis que se cerró en falso cuando Espadas, aupado por Pedro Sánchez, ganó las primarias a la exsecretaria general y expresidenta andaluza, Susana Díaz, en junio de 2021.
El ejemplo más palmario ha llegado de la mano del propio Espadas, que este miércoles publica en el Huffington Post un durísimo artículo donde acusa directamente a Díaz de haber “dañado la imagen del PSOE” y la “honorabilidad” de sus compañeros condenados por los ERE por haber pactado con Ciudadanos un acuerdo contra la corrupción, a cambio de sus votos en la investidura de 2015, que sirvió al PP para promocionar su “causa general” contra los 23 años de gobiernos socialistas.
La expresidenta no ha tardado en afearle en redes sociales, sin mencionarle, por “intentar reescribir su pasado”. Varias cuentas de X (antes Twitter) de apoyo a Díaz han empezado a republicar noticias de Espadas, ya como líder del PSOE-A, con una posición defensiva “blanda” mientras Chaves y Griñán estaban procesados y, luego, condenados por el Tribunal Supremo.
Las críticas de Espadas y su entorno contra Susana Díaz se habían escuchado muchas veces en privado estos últimos años, cuando les preguntaban por qué el partido estuvo tanto tiempo en silencio, durante la larga instrucción del caso ERE, sin aportar matices que distinguiesen entre quienes ejecutaron el fraude y quienes tuvieron una responsabilidad “in vigilando”.
Entre los primeros, los responsables de la Consejería de Empleo, entre los segundos, los expresidentes y el departamento de Hacienda, que elaboró la Ley de Presupuestos, siempre según el relato de los socialistas.
En el artículo, Espadas hace una relectura de aquellos días en los que Chaves y Griñán acababan de ser imputados en el caso ERE, Susana Díaz había ganado las elecciones andaluzas de 2015 con mayoría simple y buscaba los nueve votos de Ciudadanos para ser investida presidenta.
El líder del PSOE-A recuerda que, en 2019, el dirigente de Ciudadanos, Juan Marín, ya entonces vicepresidente de la Junta en el primer Gobierno de Moreno, alardeó en Twitter de haber exigido a Díaz, años atrás, que Chaves y Griñán “entregasen sus actas y respondiesen por corrupción” para firmar el acuerdo de su investidura. Y añadía: “hoy la Justicia condena 23 años de gobiernos del PSOE por robar el dinero de los parados andaluces”.
Luego, Espadas cita el discurso de investidura de Susana Díaz en el Parlamento andaluz, el 4 de mayo de 2015: “La corrupción es hoy por hoy la mayor causa de desprestigio de la política y también de las instituciones públicas. Mi Gobierno se compromete a tomar una serie de medidas en distintos ámbitos, y propongo que se enmarquen en un gran acuerdo de todos contra la corrupción. Un acuerdo que dé tranquilidad y que dé también confianza a los ciudadanos de que casos como los de los ERE o la formación, por referirme a casos andaluces, no volverán a repetirse”.
Y finalmente, termina reprochando a la expresidenta andaluza que siguiera el juego al PP, contribuyendo así al desgaste, la pérdida de credibilidad y el descrédito de su propio partido durante todos estos años: “Como desgraciadamente hemos comprobado después, los cortafuegos vestidos de acuerdos contra la corrupción que implícitamente reconocían una culpa general o que no explicaron bien lo que ahora la sentencia del TC hace de forma muy pedagógica, apoyando la legalidad de las actuaciones de los gobiernos socialistas o lo aprobado por el Parlamento y desmontando el gran relato falso, sólo contribuyó, a mi juicio, y vista la cacería del PP y sus socios de VOX que continua en la actualidad, a dañar la imagen del PSOE y la honorabilidad de las personas a las que se han vulnerado sus derechos”, concluye el artículo.
A media tarde, Díaz siguió contratacando el relato de Espadas: “Algunos en su desesperación por buscar su sitio dicen muchas tonterías”, ha escrito en la red X, junto a un vídeo con titulares de prensa (y un audio de fondo) que subrayan “el apoyo” que ha brindado a los expresidentes Chaves y Griñán a lo largo de los años, que concluye con el letrero: “Manteniendo la inocencia de Chaves y Griñán desde el principio”.
“Reescribir el pasado”
Horas después de hacerse público este artículo, Susana Díaz ha publicado en su perfil de X (antes Twitter) este mensaje: “Algunos están intentando reescribir su pasado para quedar bien”. La expresidenta andaluza fue de las pocas dirigentes socialistas en activo -es senadora por designación de esta comunidad- que firmó a favor del pedir al Gobierno de Sánchez el indulto para Chaves y Griñán tras la sentencia condenatoria que dictó el Tribunal Supremo en 2022, algo que Espadas rechazó de plano.
La semana pasada, en una entrevista en Canal Sur Televisión, Chaves volvió a reconocer su “responsabilidad política” en el caso ERE -“por eso dimití y dejé el partido”-, pero negó que hubiera “un gran fraude”, como lo definió Griñán a las puertas del Supremo, donde también subrayó que “no hubo un gran plan”. “Si hubo un gran fraude, como dijo Pepe Griñán, el Constitucional ya ha dicho que no hubo un gran fraude, no hubo trama política”, matizó Chaves.
El expresidente también aclaró una de las frases que le atribuyen las crónicas, desde hace diez años, por sus desavenencias con la expresidenta Susana Díaz: “Pepe, Susana nos ha matado. Es como si nos hubiera clavado un puñal en el corazón”, le dijo entonces, por teléfono, a Griñán, como recoge el periodista Manuel Pérez Alcázar en su libro Delfines y tiburones, sobre el ascenso de Susana Díaz.
En 2015, la entonces líder del PSOE-A pidió públicamente que todos los cargos públicos imputados por delitos de corrupción dimitiesen, antes de la apertura de juicio oral, como establece el código ético del partido. Se entendió entonces que Díaz precipitaba la salida de los expresidentes, que dimitieron meses después, y que lo hizo en respuesta a la exigencia de Ciudadanos a cambio de apoyar su investidura tras las elecciones de aquel año, en la que los socialistas lograron una mayoría simple.
“En esto hay una leyenda...a mí ni a Pepe nos obligaron a dejar el acta. Yo en esa época no hablé con la presidenta de la Junta. Lo hicimos nosotros, éramos conscientes de nuestra responsabilidad política. Nadie nos obligó. Eso de que Ciudadanos exigió nuestra renuncia... eso era una leyenda política, eso es falso”, concluyó Chaves.