Espadas y De la Torre, palabras amables para el fin del pique entre Sevilla y Málaga

La expectación por el encuentro público entre los alcaldes Juan Espadas y Francisco de la Torre era máxima por la novedad. Los alcaldes de Sevilla y Málaga, juntos, para hablar de proyectos conjuntos entre Sevilla y Málaga. Presentaban en público la alianza entre las dos capitales andaluzas y las mesas del salón del hotel NH de Málaga las llenaron sobre todo empresarios pero también el alcalde de Granada, Juan Torres Hurtado, y la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio. Había políticos, abogados, economistas y hasta representantes de las cofradías. Si acudieron para conocer qué proyectos concretos se impulsarán desde este nuevo eje, se fueron casi de vacío. La cita sí sirvió para constatar que al menos hay buena disposición y voluntad aparente de superar viejas rencillas y recelos. En qué se traduzca esa disposición está por ver.

El anuncio de esta colaboración ha despertado interés en eso que ahora se llama “sociedad civil” (fundamentalmente, empresarios), algunos de los cuales impulsaron la iniciativa a título privado y acudieron al encuentro organizado por Sur y patrocinado por una empresa de obra pública. Pero el intento también levanta alguna ceja. Civisur es una de esas asociaciones empresariales y profesionales que lleva casi dos años trabajando para reforzar la cooperación. En su nombre tomó la palabra Luis Merino, exalcalde de Sevilla, y espetó a los regidores lo siguiente: “Estáis montando una estructura en la que la sociedad civil queda como hermano pequeño y creo que tendría que ser al revés”. “La sociedad civil ha superado la lógica del agravio comparativo, que era política, y luego hemos sumado a los dos ayuntamientos. Debemos tener la habilidad de fomentar esto”, replicó Espadas.

También hay recelos en otras ciudades. El alcalde de Granada, con sorna, agradeció que se hubieran acordado de él. La alcaldesa de Córdoba vinculó la iniciativa a los “nuevos tiempos” en la política y De la Torre dijo que había detectado un “ambiente a favor”. “Este proyecto está a disposición de todas las ciudades”, aseguró el alcalde de Málaga. Antes Espadas había negado que se trate de una administración “paralela”: es un proyecto de “desarrollo territorial” que “una las fortalezas y nos haga ser más atractivos en el exterior”.

“Superar el ombliguismo”

A la iniciativa le falta, por ahora, concreción. El moderador del coloquio entre los alcaldes preguntó en varias ocasiones por “tres proyectos concretos, por favor” y lo más que consiguió fue el anuncio de una colaboración entre las empresas públicas de aguas. Hubo alusiones a realidades ya vigentes, como la industria aeronáutica sevillana y la apuesta de Málaga por convertirse en Smart City, sea eso lo que sea. También menciones a la necesidad de pelear por infraestructuras que puedan beneficiar a ambas capitales o a territorios más amplios (el hub internacional para el aeropuerto de Málaga, el tren litoral, la autovía Osuna-Valle del Guadalhorce, la S-40). El proyecto está naciendo y Espadas pidió “un poquito de paciencia”.

Se trata, explicó el alcalde sevillano, de poner a disposición de los empresarios una mesa para que expongan sus ideas y jerarquizar los proyectos que se presentan a la administración autonómica. “Hay que facilitar que las ciudades sean atractivas”, completó De la Torre, que informó de que ya ha habido reuniones de equipos técnicos para establecer métodos de trabajo conjunto.

Y esto, ¿en qué se traduce? De momento, se deduce que se van a diseñar proyectos conjuntos que puedan ser financiados por la UE. También que una estrategia turística común es prioritaria. “Si yo tengo dos millones de visitantes británicos en Sevilla, y nueve millones en Málaga, mi objetivo es hacer un trabajo sólido con los nueve millones. Nunca hemos hecho promoción del destino Sevilla en la Costa del Sol”, lamentó Espadas, quien pidió superar el “ombliguismo”.

Ante las dudas de algunos y la petición del moderador de que convencieran al público, Espadas exclamó: “¡Que hay muchas oportunidades! Oportunidades para experiencias y proyectos conjuntos que sean atractivos en el exterior”. “Después de lo que hemos dicho deben estar convencidos. Lo que es bueno para el territorio es bueno a nivel empresarial”, terció De la Torre.

“Nadie puede interpretar una operación política, es una operación al servicio del bien común”, dijo De la Torre cuando el acto ya terminaba. “Yo diría que nos evalúen por lo que se haga”, completó Espadas.