La familia fallecida este sábado por una intoxicación en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) no buscaba comida en los contenedores. Sí recogían cartones, plásticos chatarra o incluso, ropa. Cualquier material vendible para acumular “10 ó 15 euros al día”. Así lo confirman sus vecinos, que los veían “buscar lo que podían cada mañana” y acostarse “muchas noches sin comer”.
Pero el drama de su muerte ha sacado a la luz otras muchas historias bañadas de pobreza y exclusión social: “Yo sí estoy comiendo de la basura porque no tengo”. Carmen Sánchez es una alcalareña de avanzada edad, sin trabajo, sin ayuda y sin recursos: “no veo respuesta ninguna, soy de las personas que me meto en los contenedores y si me puedo llevar un plato de comida a mi casa, me lo llevo”. Relata, con crudeza, su drama diario, a las puertas de un Ayuntamiento donde se concentran varios centenares de personas en demanda de más servicios sociales.
Otra vecina, que no quiere aportar su nombre, reitera la historia contada sólo unos segundos antes. “Y yo voy también a los contenedores y recojo comida”, expresa entre muestras de consternación e indignación, “estoy comiendo de la basura porque no tengo”. La familia de los fallecidos –E.C., de 61 años, su mujer, C.B., de 50 y su hija de 14, y la menor, de 13, que evoluciona de manera favorable– sostienen que “no es cierto que esta familia estuviera en la indigencia ni alimentándose en ningún momento de comida recogida de los contenedores de basura”. Mediante un comunicado, han aclarado que, contra lo afirmado estos días, “no es cierto que esta familia estuviera en la indigencia ni alimentándose en ningún momento de comida recogida de los contenedores de basura”. Según el portavoz familiar, Miguel Ángel López, el fallecido, fontanero de profesión, se encontraba desempleado y buscaba “cartón o chatarra” para poder venderlo. Estos días, subraya, habían “efectuado una compra de alimentos de cara a la Navidad”.
La Policía ha retirado del domicilio, comunican, una muestra de estos productos “para avanzar en la investigación de las posibles causas de los fallecimientos”, que ha recaído en el juzgado número 2 de Alcalá, y determinar si alguna sustancia tóxica pudo causar el suceso. La familia pide que el entierro “se lleve a cabo en las más estricta intimidad”, agradece “el apoyo del pueblo alcalareño y del ayuntamiento” y solicita “respeto y consideración sobre todo porque hay una niña de 13 años que tiene que continuar con su vida”. Una hermana mayor, de un matrimonio anterior del padre de ambas, ha mostrado su intención de que quede bajo su tutela.
“Entre familias trabajadoras se ve a la gente en la calle buscar en los contenedores”
Durante la concentración se puso en duda en reiteradas ocasiones tanto la labor de los servicios médicos de emergencia como la propia asistencia social municipal. Desde la plataforma 15M local, María Fernández sostiene que la familia había solicitado “una ayuda social en octubre y el trámite tarda como unos diez meses, con lo cual es imposible que cubriera las necesidades de la familia en esos momentos”. “No es un caso único”, subraya, ya que considera que la necesidad se ha extendido “entre familias trabajadoras, se ve a la gente en la calle buscar en los contenedores”.
“He sido vecino de ellos durante seis años, vivían con lo poco que se podía buscar ese hombre por las mañanas, era una familia normal, y esto es muy duro”, relata Sara Giráldez. “Aquí en Alcalá –prosigue– se está viviendo una situación dramática, en mi caso, vivo en la Corrala Liberación, con 25 familias sin luz y sin recursos, hay un bebé con diez días y es un edificio que nos dicen que está en concurso de acreedores y no se sabe nada de él”.
“De 426 euros sólo nos quedan 110 para comer y somos unos cuantos, la nevera se queda vacía y no me puedo comer un bocadillo como cuando estábamos trabajando, y ellos –los fallecidos– no cogían comida de la basura, recogían cartones para sacar 10 ó 15 euros al día”, Yoana María Alarcón. “No lo voy a sentir, si eran vecinos míos y se acostaban las criaturas muchos días sin comer, se iban a coger cartones y lo que podían coger, no tenían cómo darle de comer a sus hijos… yo tengo tres hijos, llevo siete años parado, mi mujer tampoco trabaja, no tenemos ayuda, esto es una locura”, dice Samuel, que no quiere especificar su apellido, con lágrimas en los ojos.
A la espera del resultado oficial de la autopsia, estas voces fueron las de centenares de vecinos que se concentraron a las puertas del ayuntamiento local, en demanda de más servicios sociales. Entre muestras de consternación e indignación, se llegó incluso a producir algún momento de tensión e intento de acceder al edificio consistorial, rechazado por las fuerzas policiales.
Sobre los momentos de tensión que se han producido en la entrada del ayuntamiento, la delegada municipal de Asuntos Sociales de Alcalá, Mariló Gutiérrez (PSOE), entiende que los vecinos “tienen derecho a mostrar su enfado porque hay gente que lo está pasando muy mal, están ya en tan mala situación que lo que les damos es una migaja, un parche”.
En estos momentos, continúa Gutiérrez, “nada es suficiente”. En el caso de la familia fallecida, la delegada confirma que habitaba el mismo piso que había sido de su propiedad, embargado en estos momentos por impago aunque no pesaba sobre el inmueble ninguna ejecución de desahucio. “Era una familia luchadora y que intentaba sobrevivir”, describe, “y la gente lo que necesita es empleo y no las ayudas que podemos darle en los servicios sociales”. El ayuntamiento alcalareño ha decretado tres días de luto oficial. Hoy es el primero de ellos.
En la concentración estaba presente el portavoz nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, que reclamó la activación “de la renta básica, que es fundamental porque una familia necesita algo para vivir todos los días”. Para Cañamero, es necesaria “una reacción pacífica de la población que demuestre a los gobiernos que no podemos aguantar más, le tenía que dar vergüenza a nuestros gobernantes que Andalucía haya dos millones de pobres y en los pueblos un 50% de paro”.
El sepelio de los tres miembros de la misma familia que fallecieron el sábado en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) por una supuesta intoxicación alimentaria (E.C., de 61 años, su mujer, C.B., de 50 y su hija de 14) tendrá lugar este lunes. La otra hija del matrimonio, de 13 años de edad, se recupera de manera favorable y ya ha pasado a planta del hospital Virgen del Rocío.