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Antonio de la Torre: “En España hace falta cultura democrática”
Antonio de la Torre es el actor con más películas en la edición 66 del festival de San Sebastián, en donde no ha parado de ir a galas, coloquios y hacer entrevistas desde el pasado sábado con un aroma exultante que no se le va de la cara. Y es que el malagueño no está aquí con cualquier papel, sino con enormes personajes, dos de ellos protagonistas y otro parte de un reparto coral, de los que huelen tanto a premios como a resistencia en la memoria de los espectadores.
Para empezar, se mete en la piel de Pepe Mujica en La noche de 12 años, de Álvaro Brechner, centrada en el tiempo de cautividad que el después presidente uruguayo vivió junto al ex ministro de defensa Eleuterio Fernández Huidobro, y el periodista y escritor Mauricio Rosencof. Tres protagonistas en un filme duro, sobre las condiciones penosas y las torturas a las que fueron sometidos tres hombres que prometieron ser diferentes al régimen que los maltrató, y que lo lograron.
Un emocionado pase el pasado domingo en el K2 de la ciudad donostiarra acabó con media platea entre lágrimas y al actor diciendo esa frase tan peliculera de que el día que se retire esta película habrá dado sentido a su carrera.
El malagueño también protagoniza El reino, la electrizante tercera película de Rodrigo Sorogoyen donde encarna a un político corrupto en uno de los pocos filmes que miran cara a cara a las cloacas de la política española actual. La película, muy bien acogida en San Sebastián y con estreno a la vista el próximo viernes 28, da sentido a la famosa frase de Giulio Andreotti sobre que existen los amigos, los enemigos y después están los compañeros de partido.
Por último, De la Torre también forma parte de Tiempo después, la secuela de Amanece que no es poco, dirigida por José Luis Cuerda, una coproducción con parte andaluza. Dentro de su reparto coral con Roberto Álamo y Blanca Suárez, la almeriense Nerea Camacho y los sevillanos Manolo Solo y Estefanía de los Santos, además de cómicos como Raúl Cimas, Joaquín Reyes o Andreu Buenafuente, Antonio hace de cura surrealista, etiqueta ajustable a cualquier personaje de la trama.
Sentado en el cuartel general del festival, el hotel María Cristina, el actor habla, ríe y se emociona ante este momentazo en su carrera.
¿La noche de 12 años te ha hecho ver a Pepe Mujica aún con mejores ojos?
¿Sabes qué pasa? Cuando me ofrecieron este papel hace dos años y medio en una cafetería en Madrid con Álvaro [Brechner, el director], por increíble que parezca, yo no sabía mucho ni de este movimiento [los tupamaros] ni de Mujica. Después dio sus dos grandes conferencias, en el G5 y en la ONU en Río, que le dispararon como el gran líder global de la izquierda que será hasta el día que se muera, que ojalá sea dentro de muchos años. Entonces, Álvaro me explicó quiénes eran los tupamaros, lo que pasaron, qué tipo de acciones hacían... Supo transmitirme una idea bastante romántica de esta gente. Y yo le dije, hay que hacer una película de esta gente, si no, para qué hemos quedado hoy aquí. Él sonrió porque pensó que había logrado que me subiera al barco en solo diez minutos.
A partir de ahí, viajé cuatro veces al Uruguay, trabajé el acento, tuve un coach en rodaje que me estuvo ayudando, vi muchos vídeos de Mujica y me empapé de todo. Descubrí a una persona carente de vanidad. Cuando Álvaro le dijo al ex presidente que yo iba a hacer de él, dijo [pone acento uruguayo]: “bueno, alguien lo tendrá que hacer” (risas). Nos ayudó mucho y siempre nos decía que notaba que le poníamos alma. Aunque también decía que no quería darle mucha pelota porque ya le escribieron un libro y le pasaron por lo alto. Ese hombre es la persona más coherente que yo he conocido, ese verbo tan difícilmente conjugable para el ser humano que yo no lo logro conjugar del todo. Yo solo a veces soy coherente.
Apoyó la película por la causa para enseñar cómo el ser humano puede enfrentarse a momentos de dificultad. Hay una frase que él hace suya de una canción de Atahualpa Yupanqui que dice más o menos: “Yo trabajo de a trueno a sabiendas que para otros es la llovida”. Ese es Pepe Mujica. Su casa parece Lourdes, allí ha ido hasta el rey a quien le dijo: “A ti te cagaron porque te hicieron rey” [de nuevo con acento uruguayo].
Antonio de la Torre es el actor con más películas en la edición 66 del festival de San Sebastián, en donde no ha parado de ir a galas, coloquios y hacer entrevistas desde el pasado sábado con un aroma exultante que no se le va de la cara. Y es que el malagueño no está aquí con cualquier papel, sino con enormes personajes, dos de ellos protagonistas y otro parte de un reparto coral, de los que huelen tanto a premios como a resistencia en la memoria de los espectadores.
Para empezar, se mete en la piel de Pepe Mujica en La noche de 12 años, de Álvaro Brechner, centrada en el tiempo de cautividad que el después presidente uruguayo vivió junto al ex ministro de defensa Eleuterio Fernández Huidobro, y el periodista y escritor Mauricio Rosencof. Tres protagonistas en un filme duro, sobre las condiciones penosas y las torturas a las que fueron sometidos tres hombres que prometieron ser diferentes al régimen que los maltrató, y que lo lograron.