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Granada impregna de sangre la serie 'La monja guerrera' en Netflix
Cabezas cortadas con katanas, cuerpos amputados por monstruos gigantes, demonios asediados por monjas guerreras. Edu Pérez y Víctor Alcalá se lo han pasado como niños trabajando para el próximo estreno de Netflix, La monja guerrera, la serie de la plataforma norteamericana basada en un cómic, que no solo se rodó en Málaga, Córdoba y Sevilla, sino que contrató sus efectos especiales de maquillaje a Barbatos FX.
Desde su cuartel general en Granada, Edu y Víctor han dado rienda suelta a su pensamientos más truculentos, mientras leían el guion de la serie y, a contrarreloj, iban dando forma (o destrozando, según se mire) a todo tipo de heridas abiertas y desmembramientos. A partir de este viernes, podrán sus viscerales creaciones estarán disponibles para los 150 millones de suscriptores de la plataforma norteamericana.
En primer lugar, vamos a situarnos: ¿En qué consiste el trabajo de maquillador de efectos especiales?
El trabajo de un maquillador de efectos especiales consiste principalmente en el diseño y la elaboración de prótesis para la creación de personajes o para la transformación física de un actor. Aunque el maquillaje protésico es nuestro principal servicio, dentro del departamento de efectos especiales de maquillaje también nos encargamos de otros tipos de piezas como réplicas hiperrealistas, ficticios, props o atrezzo especial.
¿En qué ha consistido exactamente vuestra labor en la nueva serie de Netflix, La monja guerrera, que se estrena este 3 de julio?
En Warrior Nun (La monja guerrera) fuimos los encargados de la supervisión, la creación y la aplicación de todas las prótesis dentro del departamento de maquillaje. También hemos realizado algunas réplicas y algunos efectos especiales prácticos para la serie.
¿Qué tipo de prótesis habéis creado?
Hemos creado muchas prótesis diferentes para Warrior Nun, desde prótesis más violentas o “gores” hasta otro tipo de prótesis más “técnicas” para el rodaje de ciertas escenas de acción o para la transformación física temporal de algún personaje. También realizamos varios trabajos para que sirvieran de base a la creación de efectos digitales en postproducción.
Cabezas cortadas con katanas, cuerpos amputados por monstruos gigantes, demonios asediados por monjas guerreras. Edu Pérez y Víctor Alcalá se lo han pasado como niños trabajando para el próximo estreno de Netflix, La monja guerrera, la serie de la plataforma norteamericana basada en un cómic, que no solo se rodó en Málaga, Córdoba y Sevilla, sino que contrató sus efectos especiales de maquillaje a Barbatos FX.
Desde su cuartel general en Granada, Edu y Víctor han dado rienda suelta a su pensamientos más truculentos, mientras leían el guion de la serie y, a contrarreloj, iban dando forma (o destrozando, según se mire) a todo tipo de heridas abiertas y desmembramientos. A partir de este viernes, podrán sus viscerales creaciones estarán disponibles para los 150 millones de suscriptores de la plataforma norteamericana.