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Montxo Armendáriz: “Lo que conocíamos como cine está en vías de desaparición”

Juan Gabriel García

Conversar sobre cine con Montxo Armendáriz supone una experiencia tan grata que treinta minutos saben a demasiado poco. Ese fue el tiempo exacto que duró nuestra charla, en la que hablamos sobre su primera etapa como director y los objetivos del curso de verano de la Universidad de Almería que le ha traído a la provincia donde rodó parte de una de sus películas más memorables, Las cartas de Alou (Elías Querejeta PC), allá por 1990.

De la idea a la pantalla se titula el curso que ha impartido Armendáriz, junto con la productora ejecutiva y directora de producción Puy Oria. Esta propuesta académica, enmarcada en la oferta de estudios de verano de la Universidad de Almería, en este caso en colaboración con la Diputación Provincial y Filming Almería, ha contado con la dirección de Enrique Iznaola e Isabel Mercader.

Forjado en el documental, las primeras películas de Armendáriz se caracterizan por el realismo y la crudeza, tanto en las historias como en la forma de narrarlas, salvo el caso de Secretos del corazón, cinta que supuso un punto de inflexión en su estilo. Evidencian el fuerte compromiso de su autor con la historia que nos cuenta, siempre hay un trasfondo, varias lecturas, como él mismo reconoce, una intención por “mejorar las cosas”.

De la idea a la pantalla: ¿cuáles son los objetivos de este curso de verano de la Universidad de Almería?De la idea a la pantalla: 

Los objetivos se basan en dar los conceptos básicos para que cualquiera hoy día, con una ‘camarita’, pueda contar una historia y tenga los recursos suficientes para analizar cómo dar más dramatismo, cómo hacer el montaje, cómo darle más ritmo… Es decir, los conceptos básicos sin entrar a profundizar porque por el tiempo es imposible.

En este sentido, imagino que la proliferación de las cámaras réflex digitales ha posibilitado que muchas más personas puedan crear historias audiovisuales con un mínimo de calidad, algo impensable hace un par de décadas.

Sin lugar a dudas. La digitalización ha generado un gran salto cualitativo en positivo, aunque también ha provocado una serie de problemas la hora de concebir el cine. Lo que conocíamos como cine ha desaparecido o está en vías de desaparición. Lo que está surgiendo ahora es un nuevo audiovisual totalmente diferente, tanto en la forma de producirlo como de consumirlo. La gente consume en móviles, ordenadores…, no hace falta ir a una sala de cine para ver una historia contada en imágenes, que en el fondo es lo que era el cine. En este sentido, afortunadamente, se ha dado la democratización. Hoy día está al alcance de cualquiera poder tener una ‘camarita’ o un móvil, que puede grabar perfectamente en 4K.  Me parece profundamente positivo, porque cualquiera puede contar una historia.

Charo López y Montxo Armendáriz durante el rodaje de ‘Secretos del corazón’. Foto: Teresa Isasi

Muchos de esos cambios en el consumo de cine pasan por las exitosas plataformas de contenido audiovisual a través de la red, ¿qué le parecen?

La digitalización y todo lo que comporta en cuanto en cambio en la manera de exhibir y consumir tiene sus partes positivas y negativas. La positiva responde a la democratización, pero también provoca una lucha de poder por ver quién se hace con el mercado. Algo que históricamente ha ocurrido siempre. Las plataformas y las televisiones pelean entre sí por ver quien controla la distribución de grandes producciones y series. Eso a mí no me parece ni mejor ni peor, no voy a entrar, simplemente no me interesa, es comercialización pura y dura del producto.

Pero para muchos sigue siendo chocante ver una serie en la pantalla de un móvil.

Es una cuestión generacional. Yo soy incapaz de ver una película en una pantalla de un móvil, pero es que soy incapaz de leer un mail en un móvil, salvo que sea urgente. Es como cuando yo discutía con mi padre sobre si llevar el pelo largo o no, o si los Beatles sabían cantar o no. Ver en un móvil exige una percepción de visión y un esfuerzo muy distintos al de ver en una sala de cine. Desde que los niños tienen dos años se han acostumbrado a verlo así y el nervio óptico y el cerebro se han adaptado.

¿Desde Tasio (1984, Elías Querejeta PC) ha cambiado mucho el cine?

Totalmente. Hacer hoy día Tasio sería imposible. Económicamente sería inviable, no interesaría a nadie. En aquellos momentos ya fue complicado, porque me decían que no interesaba. Muchos productores me decían: esto no interesa a nadie porque no hay ni sexo ni muertes ni droga ni nada. Entonces, ¿qué tiene esto?, y yo decía: tiene la vida. Que la vida es así y tiene la atmósfera, el clima y las ansias de libertad de una persona por defender aquello que cree es su vida. Esto ya no interesaba a los productores en 1984.

Sigue leyendo la entrevista en Filmand. Cine y más

Conversar sobre cine con Montxo Armendáriz supone una experiencia tan grata que treinta minutos saben a demasiado poco. Ese fue el tiempo exacto que duró nuestra charla, en la que hablamos sobre su primera etapa como director y los objetivos del curso de verano de la Universidad de Almería que le ha traído a la provincia donde rodó parte de una de sus películas más memorables, Las cartas de Alou (Elías Querejeta PC), allá por 1990.

De la idea a la pantalla se titula el curso que ha impartido Armendáriz, junto con la productora ejecutiva y directora de producción Puy Oria. Esta propuesta académica, enmarcada en la oferta de estudios de verano de la Universidad de Almería, en este caso en colaboración con la Diputación Provincial y Filming Almería, ha contado con la dirección de Enrique Iznaola e Isabel Mercader.