Podemos crece. La nueva formación, que ha irrumpido como elefante en la cacharrería del panorama político español, sigue tomando forma desde el espaldarazo ciudadano que significó el resultado de las elecciones europeas. Surgen casi por generación espontánea delegaciones locales y por barrios que vienen a denominarse 'círculos'. Las redes sociales dan fe. ¿Y cómo funciona un Círculo Podemos? De modo asambleario, básicamente, muy 'al estilo 15-M'. Así debaten, se organizan y forman grupos de trabajo. Todo, para “abrir el camino a seguir hasta las municipales”. Y más allá, auguran.
De “puertas abiertas en la calle”, en las últimas fechas las plazas de ciudades y pueblos acogen actos de presentación y constitución del Circulo Podemos de turno. Se trata cada vez de “una asamblea abierta e informativa”, definen los integrantes de la novedosa agrupación. En Sevilla, como ejemplo, “hay unos 11 ó 12 círculos, uno por distrito más o menos, y entre 40 y 50 en pueblos de la provincia”. Y aparecen “a una velocidad que casi se nos escapan”. Tienen una suerte de efecto contagioso que crea réplicas a un ritmo vertiginoso. Casi habría que marcar en el mapa político aquellos lugares que aún carecen de 'círculos'.
Del efecto gaseosa a las elecciones generales
Así doblegan, al menos por ahora, a quien percibe el fenómeno con la misma fuerza que la gaseosa. Explosivo, en un primer momento, irá perdiendo fuelle con el paso del tiempo, plantean agoreros sobre el futuro de la formación liderada por el politólogo Pablo Iglesias. ¿Marcan ya algún punto de la agenda política nacional? ¿Han pasado de contrapunto exótico a los partidos tradicionales a ser considerados como un rival a tener en cuenta? Desde dentro creen que sí. Van a por todas, dicen. Confían en un cambio social que tiene próxima parada en las elecciones municipales, luego en las autonómicas y, al final del túnel, las generales.
Primera reunión del Círculo Podemos Sevilla Centro. Tarde calurosa, veraniega. Unas 120 personas acuden a las Setas de la Encarnación, emblema físico del 15-M sevillano. Sirve como paradigma de lo que se cuece en muchos puntos del país. El orden del día es básico, en apariencia: 0, presentación. 1, balance de las elecciones europeas. 2, organización interna y responsabilidades. 3, tareas del Círculo. Luego llega el análisis, las propuestas, el debate que tira del hilo de algunas cuestiones... Con el objetivo, subrayan, de “configurar el Círculo y organizar los grupos de trabajo”, al final divididos en “extensión, comunicación, política o iniciativa electoral, organización y finanzas”.
Después de los cinco eurodiputados y la cosecha de más de 1,2 millones de votos en apenas cuatro meses de vida, la formación crece. Y los apoyos también. “Ya lo habíamos dicho, esto va en serio. Señores de la casta, que tiemblen vuestros sillones”. A simple vista, los 'círculos' y su 'estilo 15-M' tienen una integración heterogénea. Gente joven y otra no tanto, casi a partes iguales. Esa hibridación generacional que busca “un cambio, otro sistema más humano”.
También de procedencias políticas diversas. “Hay que abrirse a las bases de los demás partidos si queremos gobernar”, dice un joven, vislumbrando el trasvase de futuros votos, caladeros de participantes en el proyecto. Otra persona, que casi dobla en edad al anterior, previene: “Ahora es el momento más difícil. La posibilidad de que surgiera un partido como este no se contemplaba y la oligarquía se ha dado cuenta de que sí, que es posible. Nos van a machacar. Así que nos tenemos que inmunizar ante eso si queremos cambiarlo todo”.