8.000 gigavatios horas (gwh). Según Gas Natural es la energía que Doñana aún guarda bajo su superficie en forma de hidrocarburos en el llamado proyecto Marismas. Cuando extraiga toda esa energía, la empresa gasística ya está autorizada para almacenar 10.000 gwh en la cavidad. Esa será la particular aportación de Doñana a un cambio global del que sus lagunas y sus anfibios ya son víctimas.
El gobierno central le dio sus las 'bendiciones' al proyecto en marzo, a pesar de estar en funciones. A los ecologistas y la Junta de Andalucía les preocupa no solo el nuevo almacén, sino los 72 kilómetros de gasoductos que, según la empresa, serpentearán a las puertas del Parque Nacional de Doñana.
“¿Por qué se tiene que construir en espacio protegido? Las actividades industriales son incompatibles con los parques nacionales”, asegura Juan Romero, portavoz en Doñana de Ecologistas en Acción.
Javier Madrid, director de Gestión del Medio Natural de la Junta, recuerda que no ha habido problemas con la extracción de gas en Doñana durante 30 años, “pero eso no significa que no los vayamos a tener ahora. El Ministerio (de Medio Ambiente) se ha negado a analizar el proyecto en conjunto. La amenaza de Gas Natural (de pedir una indemnización de 358 millones de euros por el veto) no deja lugar a dudas de que para nosotros Doñana es lo primero”.
El Ministerio de Medio Ambiente le aseguró a eldiario.es Andalucía en junio que el proyecto cuenta con “un elevado grado de protección ambiental”. Los grupos ecologistas sostienen lo contrario. Juan José Carmona, de la organización verde WWF, lo compara con el proyecto de El Castor (Castellón), donde “se suponía que estaba todo muy bien pensado, pero hubo seísmos. Hay un riesgo bastante importante”.
Asimismo, WWF recuerda que Doñana es “un patrimonio de la humanidad, cuyos acuíferos se pueden ver contaminados. Es además una cuestión filosófica y moral”. Romero, de Ecologistas en Acción, abunda que “los grupos ecologistas estamos en contra de los hidocarburos y a favor de las renovables. Doñana no debe contribuir al cambio climático”.
Partidos políticos como Podemos también han manifestado su rechazo al proyecto, ya que “Doñana debe ser conservar la riqueza medioambiental y no convertirse en un espacio industrial”. “Cerca o en los límites de Doñana, estos proyectos de extracción o almacenamiento de gas natural provocarán daños irreversibles al medioambiente y a nuestra joya más preciada”, abundan. Tal y como señala Romero, se está recuperando el espíritu de 'Salvemos Doñana' como “plataforma amplia” de sindicatos, ecologistas, intelectuales y políticos para proteger el espacio protegido. El almacén de gas se ha convertido en la nueva punta de lanza.