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Granada se vuelca con Palestina en la marcha por la dignidad con motivo del 28F

Bahaa se maneja entre la “esperanza y la desesperanza”. A sus 30 años y mientras cursa un máster en estudios internacionales, la violencia empleada por Israel sobre Gaza y Cisjordania hace difícil que personas como él puedan vivir en paz cuando su familia vive precisamente en la zona del conflicto. Este miércoles, como otras 5.000 personas, según fuentes de la Coordinadora Andaluza de las Marchas de la Dignidad -2.000 según la policía-, se ha puesto tras las pancartas que reclaman el “fin del genocidio” israelí sobre los gazatíes en la marcha por la dignidad que se ha llevado a cabo por las calles de Granada. Una marcha en una fecha marcada por el 28 de febrero, Día de Andalucía, que no ha dado motivos a algunos asistentes para celebrar nada y que ha recorrido el centro de la ciudad de la Alhambra.

Porque familias como la de Bahaa, que está en Cisjordania, contienen el aliento cada día para tratar de saber qué será de su futuro, después de un pasado de ocupación y violencia por parte de Israel: “Nos cuesta decir estamos bien”. “Aquí casi todos tenemos familia en Palestina”, decía uno de los asistentes que ha preferido no identificarse. Y lo cierto es que era palpable por la emoción desbordada en los rostros de quienes han gritado “free Palestine”, “no es una guerra, es un genocidio” o han clamado contra la connivencia de occidente por apoyar al gobierno de Netanyahu en su invasión de Gaza y los ataques sobre Cisjordnia.

“El sentido común en Palestina es una mezcla de esperanza y desesperanza. Esperanza por la resistencia y desesperanza por el genocidio que está cometiendo el ente sionista y las masacres contra los civiles”, apuntaba Bahaa. Él es un ejemplo de lo que la comunidad palestina siente tan lejos de su tierra. El agotamiento humano de quienes no quieren ser víctimas de un conflicto que no han pedido. Así, en la marcha de este 28 de febrero, que se ha realizado en esta fecha coordinado por el movimiento Boicot, desinversión y sanciones (BDS), que se articula por toda España, se han visto momentos de emoción en cada tramo de la misma. Como el de un joven al que, en apoyo a Gaza, se le han saltado las lágrimas viendo tanto apoyo.

Los asistentes han llamado también a acabar con “las cifras del horror sionista”. Algunos recordando que hace tan sólo unas emanas la Corte Internacional de Justicia “acogió” la denuncia de Sudáfrica en la que acusa a Israel de estar cometiendo un genocidio y se está a la espera de conocer la resolución definitiva. Por eso, tras las pancartas, también se ha pedido un “boicot a Israel” para que deje de tener sustento económico en su invasión sobre el pueblo palestino.

Dignidad compartida

Manoli, una señora de avanzada edad que también ha acudido a la movilización, ha participado de la marcha porque “no hay mucho que celebrar hoy si los derechos de la gente no se respetan”. Y no sólo por la catástrofe humanitaria en Palestina, sino porque a nivel local se mantienen luchas que se han visibilizado también en algunas de las pancartas. Peticiones contra desahucios, incremento de las pensiones o la subrogación del personal técnico en integración social.

Andalucía está supeditada a los intereses neoliberales del Partido Popular y ya estamos viendo cómo nos hacen retroceder en sanidad”, decía Antonio, otro de los asistentes. Junto a él, una familia con dos niños pequeños que ya saben lo que es participar de una movilización por los derechos de la mayoría. “Esto es lo de siempre, aquí tenemos unos gobiernos que siempre se aprovechan de su posición para que los cuatro golfos de turno se lleven el dinero y nos dejen a los pobres enmallaos”, apuntaba Ángel, poco antes de pedirle a otro de los asistentes que le dejase una bandera de Palestina, que él también se siente “muy comprometido” con esa lucha.

Para Ana, una joven que ha acudido junto a un grupo de amigos, “estar en estas manifestaciones es importante porque al final si la gente no se mueve nadie resuelve nada”. Como muchos de su generación, “el trabajo no da para pagar una casa y poder vivir, así que no está mal hacer lo que dice la pancarta”, ha dicho mientras su dedo apuntaba al lema “pan, trabajo, techo y dignidad”. Una lucha “compartida” que, en esta ocasión, como el lema “desde el río hasta el mar”, pero pasando por el Mediterráneo, ha unido a palestinos y andaluces.

También en defensa de “lo público, lo común y el medio ambiente”, los manifestantes han querido, como viene siendo habitual en estas movilizaciones, pedir la salida de la OTAN de las bases de Rota y Morón de la Frontera. Una reivindicación histórica que tiene un nuevo contexto con la invasión de Israel sobre Gaza. Por ello, el 7 de abril habrá una marcha en estas bases, que llegará desde todos los puntos de Andalucía, para que se retire Estados Unidos de los citados enclaves militares “en solidaridad con Palestina”.

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