La elección del nuevo alcalde de Granada amenaza con seguir provocando ríos de tinta. Desde que Luis Salvador y José Antonio Huertas, exregidor y exconcejal por Ciudadanos respectivamente, le dieron su apoyo la semana pasada al socialista Francisco Cuenca para darle el poder del Ayuntamiento, la tensión es máxima en el seno de Cs. La dirección granadina, encabezada hasta ahora por Salvador y su círculo de confianza, ha roto totalmente con la andaluza de Juan Marín, tal y como reconocen fuentes próximas a ambos líderes.
Lo ocurrido llama especialmente la atención porque Marín y Salvador se habían esforzado en mostrarse prácticamente inseparables desde que el segundo se hizo con la alcaldía de Granada. Aunque en el pasado se enfrentaron por dirigir Ciudadanos en la Comunidad Autónoma y el gato al agua acabó llevándoselo Marín, en los últimos tiempos la unidad parecía absoluta. Sin embargo, desde que Salvador y Huertas decidieron apoyar al PSOE de Francisco Cuenca para darle la alcaldía de Granada, en Cs no ocultan que se sienten traicionados. De ahí que estén preparando la expulsión de los dos.
“Juan Marín sabe que le dio demasiado poder a Luis y ahora se arrepiente”, dicen fuentes muy próximas al presidente de Ciudadanos en Andalucía. “Entre él, Juanma Moreno y Elías Bendodo -presidente y consejero de Presidencia de la Junta respectivamente-, han estado cuidándolo para evitar que en cualquier momento provocara una crisis en el Ayuntamiento de Granada”. Quienes conocen lo ocurrido dentro de los naranjas sostienen que perdieron el control de Luis Salvador cuando permitieron que el partido se hiciera a su imagen y semejanza en tierras granadinas. “Ha expulsado a mucha gente que del partido”.
Sin comunicación
Desde hace días no hay comunicación entre Salvador y sus superiores en Sevilla y Madrid. Ha decidido ir por su propia cuenta y riesgo y por eso no ha hecho caso a ninguna de las declaraciones que han hecho sus compañeros de partido exigiéndole que no le diese la alcaldía al PSOE. “Quiere sobrevivir como sea y le da igual darle su apoyo al que sea”, apuntan fuentes de Cs. Sumido en su particular reino de Taifa de Granada, Luis Salvador utiliza otro argumentario para justificar su apoyo a los socialistas.
Según cuentan desde su círculo próximo, Salvador se siente menospreciado y olvidado por la dirección nacional de su partido. No comprende cómo no ha recibido ninguna visita institucional de ningún peso pesado de Ciudadanos en los dos años que ha sido alcalde de Granada. Tan solo ha contado con el apoyo de Juan Marín, pero no ha sido suficiente para que el exregidor rompiese todo puente con el que aún es su partido y con el Partido Popular, socio preferente de los naranjas.
Por otra parte, en el seno de la estructura granadina hay también quienes afean a Salvador y Huertas que hayan apoyado al PSOE de Granada para hacerse con la alcaldía. “Es incomprensible. Los socialistas no los necesitaban para gobernar, pero lo han hecho sabiendo que llevarle la contraria a la Ejecutiva podía costarles la expulsión”, aseguran fuentes de Ciudadanos. Sobre eso, en los últimos días ha habido incluso algunos afiliados que han acusado a Luis Salvador y José Antonio Huertas de haber traicionado su confianza.
Hablan también de la asamblea que se celebró el martes previo al pleno de investidura y en la que se decidió apoyar al PSOE. “Allí hubo presión social para que se votara a favor de Francisco Cuenca. Era un voto a mano alzada y todos se venían”. Una circunstancia criticada por estos afiliados díscolos con la dirección granadina porque creen que dicho encuentro no fue más que un trámite preparado y sin margen para el debate.
Algunos, que fueron colocados por Luis Salvador en puestos de los que viven, prefieren guardar silencio, aunque no comparten la estrategia de su líder. Y otros, pese a ser claramente minoría, sí hablan abiertamente de no entender cómo se le ha podido dar la alcaldía a un alcalde imputado. Francisco Cuenca permanece como investigado en una causa que investiga la presunta contratación de personal externo en cursos de formación de la Junta de Andalucía hace una década.
Desde el entorno de Luis Salvador se justifica la ruptura con las decisiones de Ciudadanos recordando que el que se marchó del bipartito de Granada fue el PP y los concejales tránsfugas de Cs, Manuel Olivares y Lucía Garrido. Que no era una situación deseada y que no les quedaba más remedio que separarse de los populares. Especialmente porque durante el mes que ha durado la crisis del Ayuntamiento tanto Salvador como Huertas han sido sometidos a una campaña de “acoso y derribo”.
La “prisa” de Juan Marín
En esa tesitura, fuentes muy próximas al exalcalde no ocultan que ya no hay ningún tipo de relación con el presidente de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín. “De pronto tiene mucha prisa por echarlos del partido”, dicen por sus declaraciones en las que anuncia que Luis Salvador y José Antonio Huertas serán expulsados de Cs. Creen que esa celeridad responde a un único interés: sobrevivir en el Gobierno andaluz y no quedarse fuera del Parlamento de Andalucía en las próximas elecciones autonómicas, a pesar del hundimiento de Ciudadanos. “Lo que está claro es que van de la mano Juanma, Elías y Juan”.
Con este panorama, lo que es seguro es que la alcaldía de Granada no solo se ha cobrado al bipartito como víctima, sino que va a arrasar con Ciudadanos. Cuando se haga oficial la expulsión de Salvador y Huertas, Cs se quedará sin representación en el Consistorio porque hace algo más de un mes se marcharon los otros dos ediles que tenían, aunque no han dejado sus actas. De esa forma, el grupo de no adscritos del Ayuntamiento pasará a tener más concejales (5) que los que tienen en Podemos-IU (3) y Vox (3), gracias a los cuatro ex de Ciudadanos y al tránsfuga del PP, Sebastián Pérez.
Una aritmética municipal que anticipa que habrá acuerdos entre el PSOE y alguno de estos ediles rebeldes para hacer posible el mandato de dos años que queda. De momento, todo apunta a que Luis Salvador y Huertas acabarán entendiéndose con los socialistas, como señalan fuentes consistoriales. “Apoyaron a Francisco Cuenca para hacerse con una concejalía cada uno”, dicen también desde el entorno del presidente de Cs Andalucía, Juan Marín. Falta por ver si se hará realidad y qué pasará cuando los naranjas queden reducidos a una gestora en Granada que trate de revivir las cenizas de un partido en descomposición.