“Mis padres me enseñaron a decir la verdad y lo que dijo Fran Hervías lo es: se firmó una alternancia”, son las palabras con las que portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Granada, Manuel Olivares, ha agitado la actualidad municipal. Sus declaraciones desmienten a su alcalde, el también naranja Luis Salvador, y le dan un balón de oxígeno al Partido Popular que tiene de nuevo argumentos para reclamar la alcaldía en el próximo mes de junio. Y más allá de eso, lo que ha hecho Olivares es hacer público el desencuentro que hay en el equipo de Gobierno entre la mayoría de los concejales y el regidor.
Las declaraciones del portavoz de Ciudadanos en el Consistorio granadino son la continuación de una entrevista concedida por Fran Hervías al Diario Ideal. Recién fichado por el PP desde Ciudadanos, Hervías llega a decir que Luis Salvador le ha traicionado y que “se firmó un pacto de alternancia” entre populares y naranjas conocido como “2+2”. Ese acuerdo, al que siempre ha aludido el que fuera líder del Partido Popular de Granada, Sebastián Pérez, significaría que el actual alcalde tendría que dejar de serlo en un plazo máximo de dos meses.
Dicho de otro modo, lo que se ha escenificado en público con las intervenciones de Olivares y Hervías no es más que la forma que han encontrado los concejales del Ayuntamiento de Granada de mostrarle la puerta de salida a Luis Salvador. Fuentes del Consistorio indican a este periódico que el regidor está solo y que solo cuenta con el apoyo de uno de los ediles de Ciudadanos, José Antonio Huertas (son cuatro). Dicen que su figura está tan desgastada que el resto de concejales le achacan la paralización que sufre la gestión del Consistorio.
Cruce de versiones
A esta ecuación hay que sumar al portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento, César Díaz. En 2019, a los pocos meses de que se produjera la investidura de Luis Salvador, Díaz aseguraba que el pacto de la alternancia se había firmado y que si no se cumplía, en el PP se sentirían “traicionados”. Sin embargo y tras las declaraciones de Olivares, el edil popular ha preferido mantener un perfil más bajo y limitarse a pedir explicaciones a Luis Salvador.
El alcalde, por su parte, ha respondido insistiendo en que nunca firmó tal pacto y que el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, fue quien le prometió que gobernaría Granada durante los cuatro años de mandato. Luis Salvador también ha llegado a insinuar que fue Sebastián Pérez el que le propuso firmar el “2+2” y que se negó a hacerlo con el compromiso de García Egea de hacer bueno el acuerdo nacional entre Partido Popular y Ciudadanos.
En declaraciones a este medio, Manuel Olivares se reafirma: “Yo ratifico que aquel día, Luis Salvador se comprometió a un 2+2 con el PP. Estábamos muchos testigos delante”. Además, sostiene que antes o después “se verá la verdad”. Lo que vuelve a dejar en evidencia la posición del alcalde de Granada dentro del Ayuntamiento que dirige. Debilitado ante sus concejales, lo que pueda ocurrir en las próximas semanas tiene varias lecturas.
El PP tiene la llave
Después de que Fran Hervías desatara la tormenta y que Olivares la intensificara, la pelota está en el tejado del Partido Popular. A nivel local, los concejales del PP están dispuestos a hacer lo que sea necesario para desalojar a Luis Salvador de la alcaldía. Tanto es así que varios ediles ya se han postulado internamente para liderar un eventual equipo de Gobierno que saliera tras el adiós del actual alcalde.
Sin embargo, el PP andaluz no quiere ni oír hablar de movimientos de sillones en la Plaza del Carmen. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, está centrado en mostrar una imagen política de gestión y no quiere que nada se salga de ese guion. Quemado por lo ocurrido con el congreso provincial de Sevilla que le llevó a un enfrentamiento con el presidente nacional de los populares, Pablo Casado, Moreno prefiere que todo siga como está.
Fuentes nacionales del PP avalan esa hoja de ruta del presidente andaluz, pero no descartan que la dirección nacional del partido quiera tomar la decisión por su cuenta y forzar a Luis Salvador a irse. Lo que no queda clara es la fórmula que elegirían en el Partido Popular para que eso se produjera. Si Luis Salvador quiere, hay pocas opciones de que deje de ser alcalde.
Una moción de censura contra el regidor no sería posible a la derecha del tablero político, aunque sí al izquierdo, pero ahí no querría verse el PP en la tesitura de bajarse de un bipartito para darle un gobierno municipal al PSOE. Tampoco parece posible que los socialistas apoyaran una moción contra Luis Salvador porque ganaron las elecciones y se sienten legitimados con sus diez concejales por los siete que tiene el PP, el segundo partido más votado en las municipales de 2019.
Luis Salvador decide su destino
La otra vía que se contempla es que Luis Salvador salga por su propia voluntad. Aunque ha estado negociando su salida con el Partido Popular para ir a la Junta de Andalucía integrado en alguna consejería o en alguna lista de coalición PP-Cs de cara a las elecciones andaluzas de 2022, sus planes se habrían frustrado, según fuentes nacionales del Partido Popular. La llegada de Hervías a los populares parece haberle bloqueado el paso. Además, en los pasillos del Ayuntamiento de Granada se da por hecho que Manuel Olivares también dará el salto de Ciudadanos al PP si se confirma la caída en picado de los naranjas si pierden su espacio político en Madrid el próximo 4 de mayo.
Con todo, el futuro político más inmediato de Luis Salvador pasa por resistir en el sillón de alcalde de Granada, aunque cuenta con la oposición mayoritaria de los concejales. Tan solo una moción de censura a favor del socialista Francisco Cuenca apoyada por Sebastián Pérez, que se deja querer por Vox, o cualquier otro concejal díscolo del equipo de Gobierno, harían posible que hubiese cambio en la alcaldía de Granada. Una opción que, hoy por hoy, descartan desde el PSOE a eldiario.es Andalucía. Las próximas semanas serán ajetreadas.