La fusión nuclear es, a grandes rasgos, la unión de núcleos ligeros de materia para formar uno más grande y pesado. Un proceso científico que, entre otras posibilidades, permite crear una gran cantidad de energía. Descubierta a mediados del pasado siglo XX, la fusión nuclear puede ser la solución a los problemas del futuro a la hora de generar nuevas fuentes energéticas que no dependan del carbono. Por eso, la comunidad científica quiere apostar por ‘laboratorios’ que permitan su estudio y desarrollo. Uno de los cuales pretende instalarse en Granada, para lo que las instituciones han dado algunos pasos hacia adelante.
El Gobierno de España, a través del Consejo de Ministros, acaba de aprobar una modificación presupuestaria clave para permitir la creación del consorcio que apoye y promueva la construcción del International Fusion Materials Irradiation Facility-Demo Oriented Neutron Source (Ifmif-Dones), popularmente conocido como acelerador de partículas, que se quiere instalar en Escúzar, a 20 minutos de Granada capital. Un proyecto ambicioso, cuya inversión asciende a 1.000 millones de euros, que pretende ser el motor dinamizador de la economía, la ciencia y el desarrollo industrial de las próximas décadas.
La decisión adoptada por el Ejecutivo permite allanar un camino que no está resultando fácil, pese a la buena disposición de todas las instituciones públicas que están apoyando el plan. No está siendo sencillo porque requiere de una inversión económica muy elevada y porque en la carrera para que el Programa de Fusión Europeo dé luz verde a que la infraestructura se instale en Granada, ha habido otros competidores a nivel europeo. Polonia y Croacia fueron rivales de España, hasta que finalmente la candidatura granadina salió vencedora -firmando un acuerdo de colaboración con Croacia-, y se está a la espera de que Europa invierta capital para que se inicien las primeras obras.
Energía para el futuro
Para entender la magnitud de esta infraestructura, hay que explicar que el acelerador de partículas granadino forma parte de un itinerario europeo que tiene como objetivo final construir la Planta Demostradora de Producción Eléctrica de Fusión (DEMO). Para ello, además del Ifmif-Dones de Granada, Europa también ha aprobado la construcción del Tokamak ITER en el sur de Francia para lograr que la fusión pueda ser la fuente de energía del futuro. Un plan en el que trabajan países como China, Corea del Sur, Rusia, Japón, India y Estados Unidos. Todos ellos socios del consorcio internacional ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor, en español Reactor Termonuclear Experimental Internacional), creado en 1986 precisamente con ese fin.
El Ifmif-Dones o acelerador de partículas ha logrado que el Gobierno central, la Junta de Andalucía, la Universidad de Granada y las entidades locales, se pongan de acuerdo para sacarlo adelante. Un hito con pocos precedentes que se entiende si nos detenemos en la importancia que tiene la otra gran instalación de este tipo que hay en el mundo: la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN por sus siglas en inglés). Esta infraestructura es conocida en todo el mundo porque en 2008 permitió que el ser humano fuese testigo de lo que pudo haber pasado justo en el momento previo al Big-Bang al confirmar la existencia del bosón de Higgs, también conocida como partícula elemental de la que surgirían todas las que hacen posible el Universo y la vida tal y como la conocemos.
Enrique Herrera Viedma, coordinador de la Universidad de Granada para el Proyecto de Construcción del Acelerador de Partículas Ifmif-Dones, cree que es necesario fijarse en el CERN para entender el potencial de la infraestructura que se quiere levantar en Granada. “Evidentemente el CERN es más grande, pero conceptualmente son iguales. Ambos son ecosistemas de investigación donde te encuentras a gente de muy distintas áreas”. Si bien la base de todo es el acelerador de partículas para usar la fusión nuclear como fuente de energía del futuro, no es el único horizonte que se maneja.
“Tenemos que conseguir eliminar lo que está siendo nocivo para la naturaleza por su impacto medioambiental”. Con ese principio se desarrolla esta tecnología con la que Granada quiere estar a la vanguardia. Y aunque se habla de fusión nuclear, no se puede confundir con las centrales nucleares que existen hoy en día y que son muy peligrosas si ocurre una catástrofe natural como Fukushima o un fallo humano como el de Chernobyl. “En este proyecto no utilizamos uranio, sino un átomo de hidrógeno cuyo calor luego genera la energía que buscamos”. Lo que implica otra ventaja: el acelerador de partículas servirá para crear materiales que puedan aguantar esas grandes temperaturas capaces de traducir la fusión nuclear en energía, pero sin residuos que sean nocivos durante años, como ocurre con el uranio de una central nuclear clásica.
Un plan integral
Un proyecto que acabará por sustituir, si no aparece otra fuente de energía desconocida en el corto plazo, a las centrales nucleares tal y como las conocemos, “si logramos que de aquí a 15 o 20 años la investigación nos permita inventar algún material que soporte el calor de la fusión nuclear”, explica Herrera Viedma. Para eso trabajará el acelerador de partículas. Para eso, pero no solo en ese campo. Con un plan de trabajo que no contempla la apertura de esta infraestructura hasta dentro de, al menos, una década, hay que tener en cuenta que el global del Ifmif-Dones no estaría operativo hasta dentro de 20 o 30 años. “Hay que asumir que se trata casi de un proyecto de vida porque hay que atraer a científicos e instituciones que vayan a desarrollar su trabajo durante mucho tiempo”.
En términos económicos, además de que la inversión total pueda superar los 1.000 millones de euros, hoy por hoy ya se ha adelantado algo de dinero, aunque de forma casi testimonial si se tiene en cuenta el montante total. La modificación presupuestaria del Gobierno para crear el consorcio es de 1,5 millones de euros, mientras que la Administración General del Estado, a través del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), aportó 16,3 millones de euros para el proyecto 'Actividades de preparación de emplazamiento de Ifmif-Dones e implantación de laboratorios relacionados (Dones-Prime)' y hay que sumar también los 13 millones de euros de fondos Feder del Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020 (POPE). Además, la Universidad de Granada también está invirtiendo capital en abrir instalaciones complementarias al futuro acelerador, también en Escúzar, que permitan empezar con trabajos científicos y de investigación que estén relacionados con el proyecto del Ifmif-Dones.
Con la duda de si la pandemia de la Covid-19 ha podido hacer que la Unión Europea no se atreva a invertir todo el dinero que cuesta el acelerador de partículas de Granada, quienes integran el consorcio esperan que los primeros trabajos se puedan realizar el año que viene. “Creo que es una cuestión estratégica para la humanidad, porque lo que estamos hablando es de identificar energías alternativas que sean capaces de generar la misma cantidad que hoy, por ejemplo, las nucleares”, concluye Herrera Viedma.