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La Operación Nazarí no le pasa factura al PP en Granada y amplía su ventaja

No hubo sorpasso granadino. Tampoco se esperaba en una provincia de voto tan tradicional como Granada. La alternancia entre PSOE y PP es un hecho en tierras granadinas y la movilización del voto hacia fuerzas alternativas aún sigue siendo residual. Este 26 de junio deja a un Partido Popular claramente reforzado, que amplía su ventaja, y a una oposición que deberá hacer autocrítica de cara a próximos comicios.

Si el claro vencedor es el PP, el gran perdedor de estas elecciones en la provincia Granada es Unidos Podemos. La formación morada mantiene su único diputado en la granadina Ana Terrón, pero pierde en votos. Aunque han logrado 86.033 por los 83.650 de Podemos en diciembre, hay que tener en cuenta que en esta ocasión Podemos e Izquierda Unida confluían en la misma candidatura. Si hace seis meses hubiesen concurrido juntos a las urnas habrían obtenido 109.000 votos lo que ahora dan los 23.000 que ha perdido la coalición y que son prácticamente los mismos que logró IU el 20-D.

Ha sido un mazazo para la formación morada que iba a protagonizar un sorpasso al PSOE según todas las encuestas. Pero si en España no se ha producido, en Granada tampoco ha sido así. Los socialistas retroceden, sí, pero menos que Unidos Podemos. Aunque han perdido casi 8.000 votos, mantienen prácticamente el mismo porcentaje (30,98% ahora y 30,97% en diciembre). Algo que no pueden decir del Senado, en el que pierden a Ana Gámez por 5.000 votos de margen con el PP, al que le dan su tercer senador mientras el PSOE se debe contentar con uno.

Pese a la Operación Nazarí, en la que la cúpula del PP en el Ayuntamiento de Granada se ha visto involucrada en una trama urbanística que sigue en los juzgados, los populares no se han resentido en absoluto. Es más, han salido reforzados al tiempo que han asestado un pequeño mordisco a la manzana de Ciudadanos. Los populares, que han arrasado en la provincia con casi 12.000 votos más que en diciembre, en la ciudad de Granada amplían su ventaja y casi duplican a los socialistas, que ahora ostentan la alcaldía. Por su parte, la formación naranja de Luis Salvador, que repetirá como diputado por Granada, pierde 5.000 votos frente a los comicios del 20D, de los cuales casi la mitad son solo de la capital.

El comportamiento del votante en la provincia de Granada ha lastrado a las llamadas formaciones “del cambio” en beneficio de los populares, que deben anotar en su hoja de ruta que se quede todo como está actualmente. No ha habido un solo factor externo de cuantos han salpicado a la imagen del partido que haya hecho tambalear al PP que sale claramente reforzado de las elecciones del 26 de junio.

El PP lo celebra y la oposición busca culpables

Con este escenario es normal que el Partido Popular tenga motivos para la celebración. Su presidente en Granada, Sebastián Pérez, sostiene que la victoria ha sido “épica” y que han vuelto a demostrar que son la formación “que se crece ante la adversidad”. Se felicita de los resultados obtenidos en la capital e incluso apela a Dios, del que dice que “pone a todo el mundo en su sitio, y hoy al PP lo ha puesto en la victoria, una más de muchas”.

Mientras los populares tienen muy claro su papel de vencedores, sus rivales políticos y han quedado aturdidos por los resultados, con cruces de declaraciones y acusaciones de quién tiene más culpa sobre lo sucedido. Tan solo Luis Salvador se muestra algo satisfecho al considerar que “Granada le ha dicho a Ciudadanos que nuestro voto es vuestro; el de un partido de centro”. Salvador ha aprovechado para rechazar el argumento de que son una formación que aglutina votos del Partido Popular porque, a su juicio, “a partir de ahora nadie podrá decir que Ciudadanos tiene votos prestados (…) se ha acercado prácticamente a los resultados del 20-D” pese a la fuerte subida del PP.

Lo que vuelve a quedar de manifiesto es la fragmentación de la izquierda en nuestro país, que se ha repetido en Granada. No tanto por el votante, que más o menos se ha mantenido fiel en la provincia, sino por los representantes de PSOE y Unidos Podemos. Los primeros porque ven a Unidos Podemos como un rival y no como un aliado. Paco Cuenca, alcalde de los socialistas en Granada, culpa a Podemos de la victoria electoral de los populares y asegura que “no voy a perdonar a Podemos que después del desprecio a Granada con trenes y AVE podamos tener otra vez al PP gobernando”, en referencia a que Podemos no apoyó un eventual Gobierno de España entre PSOE y Ciudadanos.

En un sentido similar habla la secretaria general de los socialistas en Granada, Teresa Jiménez, que cree que “la soberbia de Pablo Iglesias ha llevado a estos resultados”. Los aludidos, Unidos Podemos, en boca de su diputada por Granada, Ana Terrón, hacen lo propio y señalan al PSOE y a Susana Díaz como “la gran perdedora de la noche” ya que consideran que fue la gran valedora para que el bipartidismo se mantuviese. Terrón también ataca al pacto entre PSOE y Ciudadanos, “la ciudadanía no ha avalado ese pacto entre Pedro Sánchez y Ciudadanos así que esperamos, porque sigue habiendo posibilidades, un Gobierno de cambio en España”.

Así queda el cuadro en Granada. Con mucho color azul en todos sus trazos, con el morado y el rojo sin querer tocarse más que para echarse en cara relaciones pasadas y con el naranja moviéndose en tierra de nadie en la provincia. A fin de cuentas, entre las perdedoras, Ciudadanos ha resultado ser la fuerza menos damnificada en tierras granadinas. Todo mientras el PACMA, el partido animalista, continúa un discreto pero estable ascenso que le ha llevado a obtener casi 2.000 votos más que en diciembre y superar ya el 1% del electorado de Granada que ha confiado en la formación.