La defensa de Juana Rivas ha solicitado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada que la jueza tuviera en cuenta las “circunstancias” que han rodeado al caso y por ende la violencia ejercida sobre ella y sus hijos más allá de los supuestos delitos de sustracción de menores y desobediencia por los que ha sido citada este martes.
La mujer de Maracena, que estuvo en paradero desconocido con sus hijos cerca de un mes, ha acudido a los juzgados de la Caleta de la capital granadina entre una gran expectación. A su llegada, Juana ha asegurado no haber podido contactar aún con sus hijos, en Italia con su padre –condenado por un delito de lesiones en 2009– desde la semana pasada.
El letrado de Rivas, Juan de Dios Ramírez, ha comparecido tras la declaración de la mujer que apenas ha durado diez minutos para explicar la estrategia de defensa que ha llevado a cabo el nuevo equipo jurídico de la madre de Maracena. Ha evitado hablar sobre el procedimiento judicial en curso pero sí ha avanzado algunos detalles.
Según ha explicado, Juana solo ha atendido a las preguntas de su abogado basando su argumentos en los hechos que han rodeado a todo el caso aludiendo a las supuestas agresiones que tanto ella como su hija habrían sufrido por parte de su expareja, Francesco Arcuri. Ramírez ha señalado que la jueza “ha intentado que el interrogatorio no abarque estos extremos sino que siguiera de modo estricto solamente sobre la conducta investigada de Juana”. Esto es, la supuesta sustracción de sus hijos y la desobediencia a una orden judicial que son los cargos que se le imputan actualmente.
Rivas continúa en libertad provisional
Tras acudir al juzgado, la situación procesal de Juana Rivas no ha cambiado. Sigue en calidad de investigada y en libertad provisional con los cargos antes mencionados, a la espera que la jueza decida tomar nuevas medidas sin ninguna citación judicial nueva en el horizonte. Más allá de la prevista para el próximo 31 de octubre en Italia donde comenzará a dibujarse la forma en que se llevará custodia sus hijos.
Mientras tanto los niños continúan con su padre en Italia desde el pasado jueves; fecha desde la que Juana, según sus abogados, no ha podido contactar con ellos. Por esa misma razón han solicitado una medida cautelar extraordinaria a Italia para que de manera urgente pueda haber comunicación con ellos a través de videoconferencia. De hecho, tal y como ha explicado el letrado, han presentado ante la jueza pruebas de haber intentado hablar con los niños a través de WhatsApp sin haber obtenido respuesta alguna.
El de este martes es el último capítulo que ha tenido lugar en el caso de Juana Rivas. Tras casi un mes en paradero desconocido, la mujer se presentó en el juzgado el pasado 22 de agosto y en calidad de detenida -sobre ella pesaba una orden de detención por huir- prestó declaración ante el juez. Pocas horas después dictó libertad provisional contradiciendo el criterio de la Fiscalía, que pedía prisión provisional. Seis días después de aquella comparecencia ante el juez, Rivas entregó a los dos menores a la Guardia Civil, con los que había huído desde el 26 de julio para evitar cumplir la sentencia civil que ordenaba la restitución inmediata al padre aquel mismo día, condenado por un delito de lesiones hace ocho años.
“Imaginaos como estoy”
Por su parte Juana Rivas ha sido escueta ante los medios de comunicación. Pese a que la cita ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada estaba prevista para las 11 de la mañana, Rivas se ha presentado en el mismo unos cuarenta minutos después. A su llegada ha atendido a las preguntas dejando claro que no se encuentra bien. “Imaginaos como estoy”, ha confesado Rivas nada más llegar acompañada por su hermana, su padre y sus nuevos abogados. A su vez ha recalcado que ha acudido para “decir toda la verdad”. La citación de Juana se ha producido días después de que sus familiares no declararan en su comparecencia en el mismo juzgado. Su asesora Francisca Granados y la psicóloga que la atendía en Maracena negaron un día antes que indujeran a la mujer a huir con los menores.