El nuevo curso político se presenta en Granada tan inestable como el que acabó antes de las vacaciones de agosto. El líder y presidente local del Partido Popular, Sebastián Pérez, ha amenazado, durante un mitin celebrado en Órgiva (Granada), con romper el gobierno municipal si no le hacen alcalde en dos años merced al acuerdo que supuestamente se alcanzó entre PP y Ciudadanos para la investidura y que ha recordado en varias ocasiones. Dicho pacto, según Pérez, contemplaba que Luis Salvador, de Cs, con solo tres concejales además de él, sería el primer edil durante los dos primeros años de mandato y que posteriormente habría alternancia siendo Sebastián Pérez el alcalde.
Sin embargo, la realidad se ha mostrado tozuda con la supuesta alternancia que pregona el líder del PP de Granada. Aunque algunos altos cargos populares han respaldado tal punto del acuerdo, Luis Salvador nunca ha afirmado que tal cambio en la alcaldía se fuese a producir dejando claro en alguna ocasión que él sería el alcalde durante los cuatro años que dure el mandato municipal. No obstante, mientras Salvador permanece de vacaciones, su gobierno se tambalea cuando tras el pleno de organización de julio se vislumbró cierta estabilidad.
Diferentes versiones
Todo parte de las negociaciones que se llevaron a cabo entre PP y Cs para la alcaldía de Granada. Sobre ellas, Sebastián Pérez tiene su propia versión de lo ocurrido en las horas previas a la investidura de junio que acabó con Ciudadanos en la alcaldía. El conocido como 'Pacto del WhatsApp' atravesó por una serie de etapas que fueron arrinconando en sus opciones al líder del PP evidenciando que había perdido la confianza de la dirección regional y nacional de su partido. Hasta el punto de que, pese a que Sebastián Pérez llegó a anunciar un acuerdo para que él fuese alcalde, el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, acabó decidiendo que fuese Luis Salvador y no Pérez, quien se alzase con la alcaldía. Según fuentes internas de los populares, nada se pactó sobre una supuesta alternancia en el sillón de alcalde.
Según recoge el diario IDEAL, Sebastián Pérez asegura que fue él quien se sacrificó para evitar que gobernase el PSOE de Francisco Cuenca que había ganado las elecciones. Y que en ese sacrificio se recogía que Ciudadanos tendría la alcaldía dos años y el PP los dos siguientes. Un extremo que estuvo repitiendo como mantra durante las semanas posteriores a la investidura y que quedó acallado a finales de julio cuando la elección del personal de confianza y de la estructura de gobierno quedaron aprobadas en pleno.
Una amenaza inesperada
Llama la atención que Sebastián Pérez se muestre tan beligerante con su socio de gobierno ahora cuando llegó a asumir un rol secundario en las fechas previas y posteriores al citado pleno de organización. Ciudadanos y Partido Popular, que ya están llevando a cabo su tarea de gobierno conjunta con sus 11 concejales (7 del PP y 4 de Cs incluyendo al alcalde), encaran ahora un mes de septiembre que se prevé tan inestable y decisivo como lo fue junio.
A la amenaza inesperada de Pérez hay que sumarle que Vox no está por la labor de facilitarle el mandato al bipartito. El partido de extrema derecha ha criticado con dureza las palabras de Sebastián Pérez llegando a preguntarse si no son fruto de “sustancias alucinógenas”. El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Granada, Onofre Miralles, recuerda que ya le tendieron la mano al PP para que se opusieran al gobierno de Luis Salvador “tras los incumplimientos que realizaron desde la formación naranja desde el inicio del mandato”.
Ingobernabilidad
Si Pérez cumpliese su palabra, el PP pasaría a la oposición en el Consistorio dejando a Ciudadanos solo y muy débil para sacar cualquier medida adelante. Con apenas cuatro concejales parece inviable un gobierno municipal como ya resultó difícil cuando el PSOE ostentaba la alcaldía teniendo ocho en el anterior mandato. Por lo que la ingobernabilidad que padece seguiría instalada en el Ayuntamiento de Granada desde que hace cuatro años su exalcalde popular, José Torres Hurtado (PP), perdiese la mayoría absoluta que había cosechado durante más de una década.
Sin presupuesto municipal desde 2015, la ciudad continúa organizando su economía en base a unas cuentas de hace ya un lustro y, entre otros problemas, el pago a proveedores no deja de empeorar. Cada vez tarda más el Consistorio en hacer frente a sus deudas provocando que Granada esté atravesando una de las etapas financieras más complicadas desde la llegada de la democracia. Sin mayorías claras en la derecha, por las disputas entre PP, Cs y Vox, y con la izquierda de PSOE y Unidas Podemos-IU en minoría, el horizonte a corto plazo se presenta negro a los pies de la Alhambra.