Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, es, desde esta semana, hijo adoptivo de Granada. Así lo ha decidido la Diputación provincial que dirige el popular Francisco Rodríguez en un movimiento que ha sorprendido a todo el mundo. En el seno del Partido Popular de Granada se lee este movimiento como un intento por forzar un “acercamiento” con Moreno Bonilla, justo cuando el equilibrio de fuerzas en la formación está experimentando cambios.
Se trata de otro episodio más para unos populares granadinos que viven en una lucha interna casi de forma permanente. Cambian los protagonistas, pero el juego de la balanza permanece intacto. Por eso, gestos como el nombramiento como hijo adoptivo de Granada a Moreno Bonilla se interpreta desde diferentes puntos de vista. En todo caso, según la Diputación provincial, el presidente de la Junta de Andalucía ha sido distinguido con ese honor por su “labor, implicación y vinculación con Granada”.
Si bien es cierto que Moreno Bonilla no ha escondido nunca que la ciudad de la Alhambra es una de las más importantes de su vida, puesto que su mujer es granadina, esta relación parece limitada como para haber sido nombrado hijo adoptivo a ojos de militantes y oposición. Sobre todo, porque quien otorga el reconocimiento es la institución que dirige uno de los líderes provinciales más discutidos, como lo es Francisco Rodríguez, presidente del PP de Granada, según fuentes internas.
Fuentes populares sostienen que Rodríguez trata de forzar un “acercamiento” ganándose el favor de Moreno Bonilla en un momento en el que su rival local, la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, parece haber perdido terreno. La también ex consejera de Fomento aterrizó en tierras granadinas como la gran esperanza del PP para recuperar la Alcaldía y aunque lo logró con una mayoría absoluta, internamente se desliza que Carazo está desencantada con su situación.
Aspiraba a poder gobernar Granada con un margen suficiente como para llevar a cabo políticas atractivas para la ciudadanía, pero la tesorería local está maltrecha y dista mucho de parecerse a la de la Consejería de Fomento, donde Carazo pudo promover numerosas actuaciones que elevaron su imagen como política. Ahora, sin embargo, la sensación que genera la alcaldesa es que no está cómoda y que gobierna por inercia, de acuerdo con lo que se dice por los pasillos del Ayuntamiento de Granada.
Por eso es relevante este acercamiento de Rodríguez. Como Carazo es una de las personas más cercanas a Moreno Bonilla y fue su apuesta personal, el presidente de la Diputación siempre ha percibido que está a merced de la ex de Fomento, según explican fuentes del partido. Sobre todo, porque a Carazo siempre le ha preocupado la situación de Rodríguez como alcalde de Alhendín. La razón es que en este municipio ya se han producido algunas denuncias en las que su nombre ha aparecido, aunque hasta el momento todas han sido archivadas.
Tampoco ha ayudado en esta batalla interna que la Fiscalía de Sevilla esté investigando a Marifrán Carazo y a parte de la cúpula de Fomento por la adjudicación de varios contratos a dos empresas sin trabajadores ni experiencia. Consciente de ello, dicen en el PP, Rodríguez está estrechando el cerco sobre Moreno Bonilla. Tanto que en la última Junta Directiva Provincial, Carazo se ausentó y Francisco Rodríguez se mostró “empoderado”, según la militancia.
Al parecer, el hartazgo de Carazo con su posición como alcaldesa le habría llevado a pedir un puesto en el Senado o para presidir la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) o la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) sin éxito. Algo que parece haberle dado alas al presidente provincial del PP para ganarse el favor de la dirección regional del partido a través de Moreno Bonilla. “Rodríguez está mucho más fuerte ahora de lo que lo estaba hace meses”, dicen los populares.
Su condición de presidente de la Diputación le permite “contentar” a muchos de los que un día le dieron la espalda porque la financiación del ente provincial le da margen de maniobra. Algo que choca con la situación de una Marifrán Carazo que ve cómo la tesorería municipal de Granada está resultando ser su gran lastre. “Le han nacido enemigos por promesas incumplidas”, sostienen voces internas. Y en esa tesitura, Francisco Rodríguez está dispuesto a dar batalla para ganar terreno.
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