La crisis de la Sanidad Pública en España conlleva consecuencias que se viven en el día a día de los centros de salud. Todas ellas acaban a menudo reducidas a la falta de personal y las elevadas listas de espera que han disparado también el hartazgo de usuarios y profesionales. Algo por lo que en ocasiones la relación entre paciente y sanitario se vuelve tan tensa que acaba en algún tipo de altercado. Ya sea una agresión física, verbal o una situación insostenible en pleno centro médico. Así lo denuncian los profesionales sanitarios de la provincia de Granada que en este 2018 siguen padeciendo distintos tipos de agresiones en sus centros de trabajo.
No en vano, los propios sanitarios se quejan de la falta de medidas que puedan solucionar los problemas con los que se enfrentan a diario. Aunque según los datos facilitados por la Consejería de Salud a este medio, las agresiones físicas y verbales denunciadas en 2017 en Granada fueron 76, los profesionales se refieren a ellas como algo que ocurre diariamente. Lo que sucede es que en ocasiones estas agresiones o situaciones tensas no son denunciadas por lo que no aparecen reflejadas en las estadísticas oficiales.
Cada vez más enfermos, cada vez menos medios
Al tiempo que las listas de esperas no hacen más que crecer, los centros de salud y los hospitales granadinos se encuentran a menudo incapaces de atender la demanda de atención médica que precisan los enfermos. Desbordados ante la falta de medios, los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) se quejan de que precisamente por ese motivo la tensión es algo que se produce habitualmente en estos lugares. Una tensión que deriva en las agresiones a las que se someten por la falta de personal. No solo de sanitarios que puedan atender a los enfermos que llenan las salas de espera sino de personal de seguridad que vele porque reine el respeto entre pacientes y profesionales de la salud.
Victorino Girela, presidente de Sanidad del sindicato CSIF, apunta a que en cuestión de seguridad aún queda mucho por hacer. Por ejemplo, en los centros de salud que hay dispersos por la provincia de Granada, “no existe seguridad privada salvo en lugares muy concretos como Atarfe o Pinos Puente”. Y ni siquiera en esos casos, en los que sí se cuenta con seguridad, la misma funciona todo el día. Los turnos de esta seguridad privada ni son diarios ni son a tiempo completo según denuncia Girela.
CCOO, uno de los sindicatos que más hincapié está haciendo en las agresiones físicas, muestra su preocupación por un “enorme repunte” de este tipo de situaciones en las últimas semanas. Desde la organización sindical, su portavoz sanitario, Félix Alonso, afirma que los casos de agresiones se producen de manera habitual debido en gran medida a los problemas con los que se encuentra la sanidad granadina en estos momentos: “La falta de personal sanitario en momentos clave como el invierno hacen que los pacientes se pongan nerviosos porque cada uno de ellos está en su derecho de creer que debe ser el primero al que atiendan los médicos, cuando realmente, por ejemplo las Urgencias, trabajan en función de la gravedad que revista el enfermo que llega”.
Educar para prevenir
Pese a que los problemas que afectan a los trabajadores sanitarios cada día no cesan, la falta de personal o de seguridad no son los únicos factores que inciden en este problema. Desde CCOO también se recuerda que “hace falta educar a la población sobre el respeto en los centros de salud”. Felix Alonso apunta a que “cuando acudes al médico tienes muchos derechos pero prácticamente ningún deber”. Algo que habría que revisar para saber que la autoridad de un profesional de la salud ha de ser respetada.
Victorino Girela de CSIF solicita a su vez “más medidas” para educar a la población. Lo hace poniendo en valor que serían necesarias más “campañas informativas o educativas para sensibilizar a los pacientes”.
El SAS, con trabajo por hacer
En lo que respecta al Servicio Andaluz de Salud (SAS) del que forman parte los profesionales sanitarios que son víctimas de agresiones, fuentes del mismo aportan datos concretos sobre el número de ellas que han sido denunciadas en los últimos años. Sin ir más lejos, a las cuatro o cinco agresiones que han trascendido de este comienzo de 2018, el SAS apunta que en 2017 se denunciaron 76 (30 físicas y 46 verbales). En 2016 hubo 55 en total por las 96 de 2015, las 80 de 2014 y las 69 de 2013 según los números aportados a eldiario.es/andalucia por parte de la Consejería de Salud de la Junta.
Desde Salud recuerdan que trabajan diariamente en mejorar la conflictividad en los centros de salud y que para ello hace una década que se puso en marcha el Plan de Prevención y Atención de Agresiones. Un plan que contempla, entre otras cuestiones, asesoría jurídica y apoyo psicológico para los agredidos. Algo por lo que incluso pueden ser trasladados de centro si así lo solicitan. Según el SAS, solo en 2017, los letrados atendieron 24 casos de los cuales 23 dieron lugar a una sentencia condenatoria contra el agresor al tiempo que 5 de ellas fueron por delito de atentado contra funcionarios públicos.
No en vano, Salud apunta también que el plan que funciona desde 2005 hace que en los centros sanitarios de Granada haya 1.030 medidas de seguridad de diferentes tipos. Desde interfonos hasta videocámaras. Un extremo que sin embargo los sindicatos consideran ineficaz. Por ejemplo, el conocido como “botón del pánico” que los sanitarios tienen a su disposición para que puedan solicitar seguridad en momentos de tensión se muestra “poco eficaz” a la hora de evitar que esa clase de episodios se repitan. Porque esa, junto con otras medidas, han demostrado poca eficacia a la hora de prevenir los episodios violentos. De ahí que los sindicatos tengan claro que han de ponerse en marcha acciones disuasorias y de protección que eviten que estos incidentes sean algo habitual en la sanidad pública.