Una profesora de la Universidad de Granada denuncia ser víctima de presunto acoso laboral: “Llevan una década impidiéndome dar clases de mi especialidad”

Álvaro López

3 de mayo de 2021 21:26 h

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Hace meses que Milena Rodríguez no se siente con fuerzas para dar clase. Nacida en 1971 en La Habana (Cuba), esta doctora en Filología Hispánica y profesora titular de Literatura Hispanoamericana en el Departamento de Literatura Española de la Universidad de Granada (UGR) dice estar viviendo un infierno profesional desde hace una década. Según denuncia, sufre un acoso laboral continuado desde hace diez años que le ha impedido dar clases de su especialidad y le ha llevado a vivir situaciones de marginación y exclusión a la hora de ejercer la docencia.

El relato de esta profesora de la UGR comienza en el año 2010 cuando sus superiores del Departamento de Literatura Española empiezan a ponerle trabas para desarrollar su trabajo. Según denunció en febrero del año pasado ante la universidad y de acuerdo con el recurso que ha vuelto a poner este mes de abril, al que ha tenido acceso este diario, Milena Rodríguez ha sido víctima de ‘mobbing’, de vulneraciones sistemáticas de sus derechos como docente y de una campaña de desprestigio que le ha llevado a darse de baja por prescripción psicológica.

“Llevan una década impidiéndome que dé clases de mi especialidad que es Literatura”, cuenta a eldiario.es Andalucía. Pese a haber acumulado méritos profesionales y académicos, Milena Rodríguez dice que en su departamento se le ha ignorado sistemáticamente y se les ha dado preferencia a personas “que tienen menos formación”. De hecho, según su testimonio, sus superiores le impiden dar clase en los másteres de su especialidad y lleva diez años sin poder impartir Literatura Hispanoamericana en el Máster en Estudios Latinoamericanos: Cultura y Gestión de la UGR.

Trato desigual

Una situación que para Milena es incomprensible. Especialmente porque se siente invisible pese a ser la investigadora principal del proyecto “Las poetas hispanoamericanas: identidades, feminismos, poéticas (Siglos XIX-XXI)” financiado por el Ministerio de Economía desde hace un lustro. Cree que esta situación responde a una organización “feudal” del Departamento de Literatura de la Universidad de Granada que se organiza en base a favores personales y no tanto por el nivel de los docentes.

En concreto, dado que no le permiten dar clases de posgrado, Milena sostiene que es un problema que atañe a toda la UGR: “Hay unos criterios para asignar las docencias de posgrado que exige la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) pero que en la Universidad de Granada no se respetan”. Como prueba de ello, la doctora en Filología Hispánica relata que sí pudo dar clases en el Máster de Estudios Latinoamericanos, pero que esto no sucedió hasta 2015, “cuando tenía contrato con la universidad desde 2009”. Además, le asignaron la asignatura de Cine, mientras que la de Literatura se le otorgó a varios exbecarios de los catedráticos más importantes del Departamento de Literatura.

“Durante esos años, la docencia que tuve me la busqué yo en el Instituto de la Mujer con su máster GEMMA y así conseguí mi acreditación como docente titular porque si no, nunca me habría podido acreditar como tal”. Aunque llegó a cumplir con todos los requisitos y así pudo dar clase en el Máster de Estudios Latinoamericanos, cuando en 2018 logra su plaza, prescinden de ella. “Se habla de unas supuestas quejas de estudiantes contra mía, pero nunca se prueban”.

Denuncia por acoso

Fruto de toda esta situación, en la que se han dado muchos episodios en la última década, Milena Rodríguez puso una denuncia por acoso laboral ante la Universidad de Granada en 2020. La institución resolvió en su contra alegando, entre otros motivos, que no encontraban indicios suficientes y que los hechos denunciados fueron anteriores a 2017. Según la UGR, “las faltas muy graves prescribirán a los tres años”.

Sin embargo, la doctora en Filología Hispánica ha presentado un recurso de reposición contra la resolución de la universidad porque no está de acuerdo con el archivo de su denuncia. Rodríguez insiste en que ha sufrido ‘mobbing’ laboral de forma sistemática y continuada por superiores y compañeros de departamento y que se ha dañado su imagen para impedirle ser docente de posgrado.

En el recurso interpuesto, Milena Rodríguez señala a varios miembros del Departamento de Literatura y detalla más de una decena de episodios de acoso contra ella desde 2010 hasta 2021. Situaciones que van desde dejarla sin docencia hasta marginarla de un congreso internacional celebrado en La Habana, ciudad en la que nació. Además, uno de sucesos más graves, y que marca los últimos años de la docente en el Departamento de Literatura, ocurre cuando se le acusa de haber filtrado un informe en el que se desvela que dos compañeros suyos habían plagiado una obra literaria en la elaboración de una antología. Algo que Rodríguez siempre negó, pero que marcó la relación con el resto de miembros del Departamento.

El recurso continúa detallando cómo la docente tuvo que enfrentarse al informe derivado de su denuncia por acoso que no era objetivo. “Revela una parcialidad muy acusada en favor de las personas denunciadas”. Rodríguez considera que el informe es sexista y denota superioridad porque, entre otras cuestiones, habla de que el trato hacia ella fue “exquisito”, pese a que la declaración que se le permitió hacer fue más bien un interrogatorio en el que no se le permitió hablar más que para contestar a las preguntas del Instructor encargado de evaluar el caso. La profesora menciona también que todos los hechos y análisis que aparecen en el informe toman por válidas las declaraciones de los denunciados y la ponen en duda a ella.

Medidas urgentes

Por todo ello, la profesora reclama a la Universidad de Granada que se acabe con el acoso que sufre y que le ha llevado a estar de baja, que se depuren responsabilidades y se tomen medidas disciplinarias, que se le permita dar clase de su especialidad y se le traslade de Departamento para no coincidir con las personas a las que ha denunciado por hacerle la vida laboral imposible. Cuestiones sobre las que la UGR tendrá que pronunciarse en las próximas semanas.

Fuentes de la institución académica sostienen que cuando se presentó la denuncia por acoso se actuó “inmediatamente proponiéndole una mediación de la que la profesora Rodríguez se retiró”. Además, dicen en la UGR, “la rectora encargó entonces una información reservada a un catedrático de derecho laboral (a un instructor). Practicada la información reservada, se concluyó que la denuncia carecía de fundamento, por los que la rectora dictó resolución estableciendo, no solo que no se había producido acoso alguno y que la denuncia carecía de fundamento, sino que además el departamento había facilitado de forma considerable la promoción de esta profesora, especialista en Psicología, hasta lograr su titularidad”.

“Todo ello fue comunicado a todos interesados (acusados y la denunciante). La docente ha presentado posteriormente un recurso de reposición que no aporta nada nuevo en relación con la documentación que ya aportó a su denuncia original”, concluyen las mismas fuentes oficiales.

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