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La segunda piel de los quemados: científicos granadinos diseñan un tejido artificial capaz de crear sus propios vasos sanguíneos

El grupo de investigadores que ha desarrollado estos vasos sanguíneos

Álvaro López

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La ciencia ha vuelto a dar otro paso para lograr terapias regenerativas que superen enfermedades y dolencias graves de las personas. Un grupo de investigadores del departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UGR), miembros del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), ha logrado desarrollar vasos sanguíneos en tejidos artificiales. Un avance esencial para que, a medio plazo, los pacientes puedan recuperar su calidad de vida a través de trasplantes que sean exitosos porque serán completamente biocompatibles.

Si bien la técnica para desarrollar tejidos artificiales no es nueva, ya que lleva muchos años de desarrollo, este hallazgo científico sí es pionero. Porque estos tejidos se componen de un conjunto células, fibras y productos celulares manipulados en un laboratorio para crearlos, pero hasta la fecha no era fácil que se integrasen en un paciente porque el organismo tiende a asimilarlo como tejido muerto por la falta de vascularización que tienen. Sin embargo, este equipo de ingenieros tisulares liderados por Antonio Campos y Miguel Alaminos ha logrado superar ese problema a través de la fabricación de un nuevo modelo de mucosa oral que puede servir como base para el resto del organismo.

En concreto, lo que han generado se conoce como material extracelular, que es muy difícil de generar en un laboratorio, pero que es básico para la creación de esa mucosa. Gracias a la unión de varios elementos como fibrina, agarosa y células madre extraídas de partes del cuerpo humano como el cordón umbilical, los científicos han conseguido fabricar mucosa oral humana con vasos sanguíneos que se desarrollan rápido y son biocompatibles. Como recuerda Miguel Alaminos, es un éxito porque “uno de los problemas de los tejidos artificiales es que normalmente no se integra bien en el paciente porque el ser humano lo reconoce quizás como un tejido muerto”.

El experto en Histología matiza que ese rechazo ocurre “casi siempre porque los tejidos artificiales no tienen vasos sanguíneos, ya que es muy difícil fabricarlos”. Hasta ahora, lo que se ha hecho es que, cuando se fabrican tejidos artificiales, se ponen “vasos sanguíneos de otra parte del cuerpo porque es muy complicado crearlos. La naturaleza usa tejidos muy difíciles de reproducir”. Pero con su hallazgo, han conseguido superar ese problema y avanzar hacia terapias regenerativas. “Nosotros hemos sido capaces de colocar células de varios lugares (tejido adiposo, cordón umbilical…) para que se conviertan en primitivos vasos sanguíneos”.

Acelerar el proceso

La investigación, que está en fase de desarrollo tras haber sido probada en ratones, ha mostrado resultados muy positivos. “Cuando lo hemos puesto en animales de laboratorio hemos visto que los vasos sanguíneos se generan de una forma muy favorable, por lo que el índice de viabilidad es muy superior al aportar nutrientes al tejido artificial”, explica Miguel Alaminos. Un avance científico que no solo sirve para mejorar patologías de la boca al haberse desarrollado mediante la mucosa oral, sino que de esa manera se puede conseguir aplicar a la parte del cuerpo que se desee: “el factor limitante, que son los vasos sanguíneos y su falta de vascularización, se supera porque ya son biocompatibles”.

Humilde, Alaminos dice que la investigación que han realizado no es “la panacea” porque es un pequeño avance que se suma a años de desarrollo científico. En el caso concreto de su equipo, llevan más de 15 años trabajando en la creación de mucosa oral, por lo que son expertos en ese campo. Además, matiza que no es que los tejidos artificiales sean incapaces de generar vasos sanguíneos, sino que lo hacen tan lento que el cuerpo puede acabar considerándolos muertos y rechazarlos. “Nosotros con esto aceleramos muchísimo el proceso”.

Gracias a ello, muchas enfermedades que requieran del trasplante de tejidos van a tener un tratamiento mejor. “Por ejemplo, grandes quemados que tienen la gran parte de su cuerpo dañado y que no tienen tratamiento, prácticamente acaban muriendo si tienen el 80% del cuerpo quemado. Con esto se abre la puerta al primer tratamiento que ofrece esperanza a estos pacientes”. Miguel Alaminos confía en que mediante esta red vascular que han conseguido generar se pueda “mejorar el daño que se ha observado en pacientes de otras patologías”.

Una investigación coral

En cuanto al coste que ha tenido la investigación, Alaminos dice que es muy difícil de cuantificar. “Puedo decir que, por desgracia, hacer investigación es muy caro porque hay que usar productos con precio elevado y requiere de mucho personal, pero en el departamento de Histología hemos podido hacer algunas cosas gracias a la financiación pública recibida en diferentes programas”. Por otra parte, aunque el equipo principal pertenece a este departamento de la Universidad de Granada, lo cierto es que la investigación se ha realizado en colaboración con otros como el de Física o el de Óptica, así como con los hospitales Virgen de las Nieves y San Cecilio de Granada.

Con todo, aún hay que ser cautos sobre cuándo se podrá usar este hallazgo en pacientes. Dado que hasta la fecha solo ha sido probado en ratones de laboratorio, la legislación es estricta para su desarrollo en humanos. “Para los tejidos artificiales que contengan células humanas necesitamos la aprobación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AMPS), tener una sala blanca donde fabricar el producto, aunque nuestra intención es trasladarla a clínica lo antes posible. Previamente hemos tardado una media de 10 años para que pase al paciente”.

“Quiero reconocer la labor maravillosa que lleva a cabo una agencia que se llama Red Andaluza de Diseño y traslación de Terapias Avanzadas, que es la que se encarga de ayudarnos a la transferencia clínica de los productos. Ellos son los que se encargan de hacer el papeleo para ayudarnos a que llegue a los pacientes”, añade Miguel Alaminos. De esa forma, pueden centrarse en el siguiente paso de la investigación que es fabricar una mucosa oral aún más duradera y resistente con materiales más elásticos. “Trabajamos en la investigación de nuevos tipos de células que se fabriquen antes (ahora mismo se tarda cerca de un mes) y trataremos de aplicar la técnica de los vasos sanguíneos en otros tejidos”.

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