- El enfrentamiento verbal recurrente se ha repetido en la siempre polémica Toma de Granada entre defensores y detractores de la celebración
El Partido Socialista, que ostenta la alcaldía de Granada con el apoyo de Ciudadanos, ha transigido y ha participado en las celebraciones de la Toma de la ciudad después de tres años sin acudir como acto de protesta de forma unánime, incluida la celebración religiosa en la Catedral de la ciudad. Desde la alcaldía aseguran que han asumido un acuerdo “colectivo” del pleno donde se aprobó el calendario de festejos de que se celebrase la Toma y se mantuviese como es tradicional hasta ahora. Y que la celebración religiosa, aunque no es “obligatoria” ni nadie “está obligado a ir” forma parte de la fiesta y del recuerdo de las capitulaciones de Boabdil a los Reyes Católicos.
La presencia socialista contrasta, pues, con la posición adoptada por la formación que encabeza el ahora alcalde, Francisco Cuenca, cuando en años anteriores eran oposición y no acudían a la Toma por no estar de acuerdo con ella. Ahora, como equipo de Gobierno, han claudicado a la presión de Ciudadanos, que les permitió sacar al PP de la alcaldía, para que la Toma de Granada siguiera realizándose tal cual. En cualquier caso, aseguran que lo que no querían era una fiesta que fuera “una bronca” y por eso “se han redoblado los esfuerzos para hacer una fiesta más tolerante” con el desfile de los moros y cristianos, y más presencia policial, entre otras medidas.
La comitiva ha partido desde el Ayuntamiento hasta la Catedral en la que han estado presentes los ediles de PSOE, PP y Ciudadanos, y ha contado con la ausencia del edil de IU y los de Vamos Granada, partido que ha pedido “repensar” la fiesta. El alcalde ha acaparado muchas miradas. Su postura no es sencilla de defender desde que amagó con hacer caso a las peticiones que reclaman que la Toma de Granada deje de celebrarse y que en su lugar la festividad se traslade al 26 de mayo que fue el día en que Mariana Pineda fue asesinada. Pero Francisco Cuenca ha capeado un trayecto difícil para él en el que ha tenido que escuchar como algún ciudadano le recordaba la polémica por los hospitales públicos granadinos y hasta le gritaban “Cuenca, esto es lo que vale” al tiempo que ondeaban la bandera franquista.
El 1492 y “la unidad de España”
En la Catedral, a las doce del mediodía han continuado los actos protocolarios y, en este caso, religiosos. Primero con una misa a cargo del capellán mayor, Manuel Reyes por ausencia del arzobispo Francisco Javier Martínez. La homilía de Manuel Reyes ha apelado al espíritu del 2 de enero de 1492 para hacer una reflexión que cree “que tiene mucho que ver con los tiempos que vivimos”. “Lo vivido entonces con la unificación del pueblo castellano en la Toma de Granada, se parece a lo que hay que vivir hoy” según el capellán que apuesta por la unidad del país en clara referencia a los desafíos independentistas.
Expresión de división
Dice un popular refrán que con “año nuevo, vida nueva”. Dicha frase, por más que se repita, no tiene sentido en Granada cada 2 de enero. Pues cada vez que llega esta fecha, la ciudad vuelve a ser testigo de la conmemoración de la Toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492 que puso fin a la Reconquista cristiana sobre los musulmanes de la península ibérica y vuelve a evidenciar que hay división entre los granadinos. Por un lado, los que defienden esta celebración y por otro quienes no lo hacen. Una costumbre, la del enfrentamiento entre unos y otros, que este año tampoco ha sido una excepción.
Los actos que han empezado sobre las once y media de la mañana, han contado con una amplia presencia de granadinos que se han dado cita en la plaza del Carmen donde se encuentra el Ayuntamiento de Granada. En el centro de la misma ha estado por primera vez un destacamento de la Legión que ha servido para que los miembros de la Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR) y el SAT lanzaran sus primeras consignas contra la Toma minutos antes del inicio oficial de la conmemoración de una fecha que este lunes ha cumplido su 525 aniversario. Al grito de “2 de enero, nada que celebrar”, “militares, fuera de nuestras calles” o “gastos militares para escuelas y hospitales” los manifestantes de izquierda han querido dejar claro su rechazo. Tan solo la respuesta en forma de “Viva España” de alguno de los asistentes y abucheos han respondido al desafío contra la Toma de Granada.
“No entiendo porque no quieren que se celebre la Toma, no fue un genocicido, fueron unas capitulaciones” decía una mujer indignada ante lo que ella ha considerado una falta de respeto por parte de los grupos anticapitalistas que aseguran que la Toma es la conmemoración de “un genocidio que no se puede celebrar”. No sólo ha habido división de opiniones, sino diversidad de edades. El enfrentamiento por la Toma de Granada no parece que se vaya a enterrar en el tiempo cuando incluso la voz de algún niño se ha dejado escuchar reclamándole a los grupos de izquierda que se marchasen de la plaza.
El plato fuerte aún estaba por llegar. Ha sido al regreso de la comitiva al Consistorio granadino a la una de la tarde aproximadamente. A esa hora se ha celebrado la tradicional salida al balcón del Ayuntamiento de la ciudad al grito de 'Granada qué' saludando a los granadinos que esperaban en la plaza con el siguiente ritual: “¿Granada, Granada, Granada? ¿Qué? Por los ínclitos Reyes Católicos, Don Fernando V el de Aragón y Doña Isabel I de Castilla, ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!, ¡Viva Andalucía! y ¡Viva Granada!”.
Sin embargo, entre vivas a España y a Granada se han mezclado otros muchos ya tradicionales también por lo recurrentes año tras año: desde “fuera racistas” a “hoy como ayer, Fernando e Isabel”. Ese ha sido el momento más tenso de los que han tenido lugar durante la conmemoración de la Toma. Los dos extremos se han tocado verbalmente. Los extremos de la izquierda contra los de la derecha y viceversa ante una nutrida presencia policial que ha frenado todo conato de enfrentamiento físico y que ha evaluado la jornada como un día “sin incidentes”.
Para finalizar la festividad, el Ayuntamiento de Granada ha decidido incluir este año un desfile de moros y cristianos llegados de la zona norte de la provincia. En concreto de Zújar, Cúllar y Benamaurel. Con ello se ha pretendido darle ese barniz inclusivo que los detractores piden al incorporar a los musulmanes dentro de la conmemoración. Así han desfilado hasta las inmediaciones del Palacio de Congresos donde los moros han hecho entrega de la llave de la ciudad a los cristianos de manera simbólica.
Contra la Toma, alternativas
Mientras, la plataforma 'Granada Abierta', la organización que más tiempo lleva tratando de evitar que cada 2 de enero sea festivo en la capital granadina, ha expresado su desacuerdo como cada año. Entienden que dar cabida a estos actos significa estar de acuerdo con “una fiesta sectaria” que además es excluyente y que consideran “antidemocrática”. Este año han vuelto a contraprogramar una actividad paralela a la Toma. En ella se ha rendido homenaje a la figura de Enrique Morente y Leonard Cohen con la presencia del cantaor Juan Pinilla y la lectura de poemas de Federico García Lorca.
El acto ha tenido lugar en la Fundación Euroárabe y ha contado con la presencia de José Antonio Pérez Tapias (PSOE) que optó a la secretaría general de los socialistas cuando Pedro Sánchez ganó. Para Tapias, la Toma “hoy por hoy plantea una división social” por lo que cree que hay que caminar hacia una celebración “más inclusiva”. El socialista añade que en esta conmemoración hay “elementos polémicos que la extrema derecha toma como bandera para ciertas proclamas”.
Como alternativa, en 'Granada Abierta' proponen que la festividad del 2 de enero pase a ser la del 26 de mayo que fue el día en que Mariana Pineda fue ejecutada por supuestamente tejer una bandera que atentaba contra la restauración absolutista de Fernando VII en 1814. Sostienen que homenajeando a la joven granadina que fue asesinada con 26 años se rendiría tributo a la lucha por la libertad que Mariana Pineda representa. Aunque de momento sus deseos quedarán en eso, en deseos, porque el alcalde Francisco Cuenca ha confirmado que el año que viene la Toma de Granada se volverá a celebrar.